Agosto siempre ha sido el mes por excelencia para el sector turístico. Pero este año es todo un drama para la industria, especialmente la hotelera. A estas alturas del verano solo están abiertos el 25% de todos los hoteles que hay en España, es decir, entre 4.500 y 5.000 establecimientos de los 16.000 registrados. 

España tiene 1,8 millones de plazas y no están ocupadas más de 300.000. Y lo peor es que de los que están abiertos, “solo llegan en el mejor de los casos a ocupaciones del 45%, pero la media ronda el 35%”, ha asegurado el presidente de la Mesa de Turismo, Juan Molas, en una entrevista en RNE. Hoteles que llenan en su mayoría turistas nacionales y que, por desgracia, “no sirven para salvar la temporada turística”. 

Fuentes del sector reconocen a Invertia que muchos hoteleros prefieren no abrir sus establecimientos con estas ocupaciones porque “no es rentable”. El sector lleva aguantando muchos meses sin ingresos, con plantillas en ERTE y gastos que pagar. Por lo que no pueden permitirse abrir a medio gas. Las grandes cadenas hoteleras, como Meliá o NH, son un reflejo de la situación: registran pérdidas históricas por el impacto del Covid-19.

La playa de Poniente de Benidorm, prácticamente vacía a las puertas de agosto. Efe

Esto es un duro golpe para destinos de costa, como Benidorm o Torremolinos, que viven exclusivamente de turistas internacionales. Mismo caso cuando hablamos de Baleares, donde las escenas de hoteles cerrados y playas vacías acompañan a la segunda región más visitada de España (13,6 millones de visitantes). Toda una mina de oro, que no espera reactivarse hasta la Semana Santa de 2021. 

Vetos y cuarentenas

La principal razón de esta situación -consecuencia derivada del Covid- son los vetos que muchos países están imponiendo a España. Primero fue la cuarenta de los británicos, el principal emisor de turistas con 18 millones el pasado año (de los 84 millones recibidos en total). 

Apenas un día después de conocerse el veto del Reino Unido, Alemania y Países Bajos se sumaron al club de estados que consideran demasiado elevado el riesgo de transmisión del virus en España. El último país ha sido Bélgica, que ha implantado a una cuarentena a los viajeros que lleguen desde Navarra, Lleida, Barcelona y Aragón.

Y aquí el debate está servido. Parte del sector culpa al Gobierno y sus nulas labores diplomáticas con estos países para demostrar que España es un destino seguro. Y otros, mientras tanto, ponen el foco en Cataluña, la mala gestión de la Generalitat en atajar los rebrotes y el alarmismo del presidente, Quim Torra

Solo un dato a tener en cuenta: Cataluña recibió en 2019 a 19,3 millones de extranjeros. Fue la región más visitada con Barcelona como principal atractivo turístico. Pero a día de hoy, cadenas como NH ven con preocupación su situación ya que la demanda no funciona al mismo ritmo que en el resto de destinos nacionales.

Pérdidas para el sector

Sea cual sea la razón, lo cierto es que los vetos pintan un panorama bastante complicado para la supervivencia de empresas y puestos de trabajo. El sector turístico en general “está muy preocupado porque la situación no mejora”, según Molas, quien señala que a 30 de junio el sector ha perdido entre 60.000 y 70.000 de millones de euros. O lo que es lo mismo: 5.000 millones diarios de pérdidas. 

Con aerolíneas operando a medio gas, agencias sin vender, hoteles cerrados y la restauración sufriendo los rebrotes, se avecina un aluvión de despidos que la Mesa del Turismo calcula que podrían alcanzar los 1,5 millones de empleos dentro del sector turístico

Unos clientes en una terraza en Málaga. EFE

De ahí, que todo el sector en bloque se aferre a los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) como a un clavo ardiendo. El Gobierno los ha extendido hasta el 30 de septiembre, pero la industria turística ya pide que se alarguen hasta finales de año. El Gobierno no lo descarta por el momento

De igual forma, esperan que los 140.000 millones de euros de fondos europeos se destinen para salvar parte del tejido empresarial turístico que peligra, al menos un 20% de ellos. 

Soluciones: test en origen y destino

En medio de este desalentador panorama, la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat) propone soluciones para tratar de captar al turismo internacional. La patronal ha urgido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a que exija a la Unión Europea que se establezca un control activo de pruebas Covid-19 para los viajeros en origen y destino, "si no se quiere dar por perdido el año turístico".

Aunque la aplicación de esta petición "ya llegaría tarde", la Confederación considera que "es necesaria" para poder solventar la falta de confianza que existe actualmente en el mercado turístico español.

El presidente de Cehat, Jorge Marichal, entiende que "estas pruebas Covid-19, las que determine la autoridad sanitaria, son vitales para poder seguir adelante si no se quiere dar completamente por perdido 2020 para el turismo".

Para Cehat, "no se puede estar al albur" de procedimientos diferentes o cuarentenas impuestas en cada uno de los países que conforman el arco europeo, algunos de los cuales son emisores fundamentales para España, como es el caso de Gran Bretaña.

Esto es solo un pequeño parche que no soluciona el problema de fondo. Con un 25% de hoteles abiertos en agosto el sector turístico ya da por pérdida la temporada. Ahora solo queda esperar a salvar la temporada alta de Canarias (arranca en octubre) y las ayudas económicas para la supervivencia del sector. 

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