Las claves
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El no de Altice a la oferta de compra por 17.000 millones de euros que presentaron esta semana sus rivales Orange, Bouygues y Free-iliad es una mala noticia para las aspiraciones de consolidación de los principales operadores de telecomunicaciones europeos
Llega, además, en un momento en el que el sector está pendiente de la nueva regulación que está preparando la Comisión Europea (CE) y que, según las últimas informaciones, podría no ser tan favorable para la industria como esperaban y deseaban las compañías.
Los informes elaborados en 2024 de Mario Draghi y Enrico Letta dieron un impulso a las aspiraciones de las telecos al reconocer que uno de los motivos por los que Europa se estaba quedando atrás en materia digital era porque sus empresas no contaban con escala suficiente para competir con sus rivales en Estados Unidos o Asia.
Ursula von der Leyen cogió el guante con motivo del inicio de su segundo mandato y encargó tanto una reforma de las Directrices de la UE sobre fusiones como la creación de una nueva Ley de Redes Digitales (DNA por sus siglas en inglés). La primera propuesta de esta última está previsto que se conozca antes de que acabe 2025.
Mientras tanto los grandes operadores del Viejo Continente siguen reclamando en público, y analizando en privado, operaciones de fusión en los mercados nacionales que permitan a las compañías ganar músculo para poder llevar a cabo las inversiones necesarias y, si es posible, reducir la elevada competencia que existe en la gran mayoría de los mercados.
Francia
Una de esas operaciones es la que se anunció esta semana en Francia. El martes por la noche Orange, Bouygues Telecom y Free-iliad comunicaron que habían presentado una oferta para adquirir la mayoría de las actividades de Altice en el país galo, donde opera bajo la marca SFR.
Las tres mayores operadoras del país se repartían los principales activos de la cuarta, incluyendo tanto sus negocios de particulares y empresas como sus infraestructuras y el espectro. Suponía pasar de un mercado con cuatro redes móviles a uno con tres.
Sin embargo, la empresa presidida y fundada por el multimillonario Patrick Drahi rechazó "de inmediato" la propuesta de sus rivales. Aun así, las tres compañías han decidido mantener su oferta y confían en iniciar un "diálogo constructivo" con Altice y sus accionistas para analizar cómo poder sacar adelante esta operación.
La negativa es una muestra, además, de que los denominados operadores alternativos de cada mercado no están dispuestos a venderse a cualquier precio. Según JP Morgan, la oferta de 17.000 millones de euros es "mejor de lo que se esperaba", ya que la compañía estaba valorada en unos 16.000 millones de euros.
Otros mercados
Altice no es la única operadora que, de entrada, ha descartado públicamente formar parte en un proceso de consolidación. En España, tanto Digi como Vodafone España han negado que estén interesadas en una venta y defienden que tienen un proyecto a largo plazo.
Los rumores sobre una nueva ronda de consolidación en España tras la fusión hace año y medio de Orange y MásMóvil se reforzaron tras las afirmaciones de Marc Murtra, presidente de Telefónica, de que el grupo estaba decidido impulsar operaciones de consolidación en los mercados nacionales.
De hecho, Bloomberg publicó en junio que Telefónica y Masorange habían llegado a mantener conversaciones sobre la posibilidad de repartirse Vodafone España en un movimiento que recordaría al que se ha puesto en marcha en Francia. No obstante, también indicó que no se había presentado propuesta formal a Zegona.
La perspectiva de una consolidación en Francia no sólo impulsó las acciones de Bouygues y Orange, que se dispararon un 9% y un 3%, respectivamente, tras conocerse la oferta. También provocó fuertes subidas en las operadoras de otros países donde se especula con posibles movimientos.
Christel Heydemann, consejera delegada de Orange Group.
Telecom Italia subió un 5%, ya que los mercados esperan que, si hay acuerdo en Francia, esto podría desencadenar movimientos de consolidación en otros mercados europeos, como por ejemplo, Italia.
En declaraciones recogidas por Reuters, firmas como Intermonte, Equita o Banca Akros apunta a una posible salida de Iliad del mercado italiano para concentrarse en el francés, ya que su filial en el país transalpino no genera efectivo (una vez considerados los costes del espectro).
Reguladores
Pero la consolidación no sólo depende de la voluntad de las empresas. También debe obtener el respaldo de los reguladores y los gobiernos tantos nacionales como europeo.
De hecho, tras anunciarse la oferta por Altice, Roland Lescure, ministro francés de Finanzas, afirmó que el Gobierno iba a ser "muy vigilante" con dos aspectos: el impacto de la operación en los precios y en la calidad del servicio.
Por su parte, Benoit Coeure, director de la autoridad francesa de competencia, ya dijo en junio en una entrevista con Les Echos que cualquier operación que implicara a SFR se analizaría sin prejuicios, pero sin ignorar las dificultades.
Hacía unos días, Antonio Hernando, secretario de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, reconocía ante los CEO de las cuatro grandes operadoras españolas que el nuevo paquete regulatorio que se está ultimando en Bruselas será "más bien conservador" y no permitirá el avance "sustancial" que se esperaba hace meses.
Esa era la impresión que el Gobierno español había obtenido en las últimas reuniones mantenidas en Bruselas. Aun así, quiso mostrar su apoyo "con prudencia" a la petición de consolidación de las telecos: "El tamaño sí importa".
Pero Henna Virkkunen, comisaria de Soberanía Tecnológica de la UE, también afirmó recientemente que "no sólo el tamaño importa" y que cada caso debe evaluarse individualmente y garantizando la protección frente al abuso de posición dominante.
Moody's considera que la consolidación en Francia será bueno tanto para las operadoras implicadas como para el conjunto del mercado de las telecomunicaciones. Habrá que ver si, de salir adelante la operación, la Comisión Europea y el Gobierno francés también opinan lo mismo.
