Publicada

Las claves

El aviso de Red Eléctrica (REE) sobre la inestabilidad detectada en el sistema eléctrico y el riesgo de que acabe provocando nuevos apagones tras el ocurrido el pasado 28 de abril ha puesto en alerta a las empresas tecnológicas y de telecomunicaciones que operan en España.

Según han indicado fuentes de ambos sectores a EL ESPAÑOL-Invertia, varias compañías ya están empezando a activar sus planes de contingencia y los protocolos diseñados para hacer frente a posibles interrupciones del suministro eléctrico.

Telecomunicaciones y tecnología son dos industrias que dependen en gran medida de contar con un suministro eléctrico estable para garantizar la continuidad y la calidad de sus servicios, que se han convertido además en uno de los pilares de la actividad económica.

Por ello, y pese a que ambos sectores han reivindicado la resiliencia mostrada por sus infraestructuras durante el gran apagón del 28 de abril, lo cierto es que en el caso de las comunicaciones los usuarios sí experimentaron una degradación de los servicios recibidos. 

De ahí que muchas empresas decidieran reforzar sus infraestructuras y la resiliencia de sus equipos, así como los planes de contingencia elaborados para hacer frente a posibles incidencias, ya sean en el suministro eléctrico o provocadas por fenómenos naturales o problemas de ciberseguridad.

Aviso de REE

A última hora de la tarde del miércoles, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) informó de que Red Eléctrica le había solicitado modificar determinados procedimientos de operación del sistema por razones operativas, lo que llevó al regulador a abrir una audiencia pública.

El motivo es que el operador había observado en las últimas dos semanas "variaciones bruscas de tensión en el sistema eléctrico peninsular español" y avisaba de que pueden "tener impacto en la seguridad del suministro si no son implementados los cambios propuestos".

Ante este nuevo escenario, fuentes de algunas compañías del sector han explicado a EL ESPAÑOL-Invertia que han decidido poner en marcha los protocolos o planes de contingencia que tienen diseñados para hacer frente a fallos en el suministro eléctrico.

Esto implica, por ejemplo, medidas como poner en alerta a todos los operarios y equipos que se encargan del mantenimiento de esta parte de la infraestructura o comprobar las estaciones y los generadores de emergencia para asegurarse de que todo funciona correctamente.

Hay otras compañías que, en cambio, han decidido esperar un poco más a ver cómo evoluciona la situación, ya que por el momento no han detectado incidencias en parte de la red que suministra electricidad a sus infraestructuras.

Además, han remarcado que sus planes de contingencia funcionaron adecuadamente durante el apagón del pasado abril y que están preparadas para que el núcleo central o core de sus infraestructuras siga operando sin problema ante cualquier interrupción del suministro.

Por ejemplo, en Lenovo se muestran "tranquilos" ante la posibilidad de un nuevo incidente en el suministro eléctrico y recuerdan que su infraestructura se mostró "resiliente" durante el apagón del 28 de abril y se recuperó en tiempo récord.

En este sentido, remarcan que, eso se debió, precisamente, a que sus equipos están preparados para que, en caso de que ocurran este tipo de incidentes, la recuperación sea eficiente y rápida, y que presente el menor número de fallos.

Planes de contingencia

Las empresas de tecnología y telecomunicaciones cuentan desde hace años con una serie de planes de seguridad y resiliencia que les permitan garantizar la máxima disponibilidad y la calidad de sus servicios ante distintos tipos de incidentes que puedan afectar a la continuidad de su negocio.

Unos planes que contienen distintas medidas dirigidas a reducir la probabilidad de que se produzcan incidencias en el servicio, así como permitir su detección y recuperación cuando se producen. Entre ellas se encuentran la gestión de riesgos, la implementación de controles y pruebas o la definición de estrategias de respuesta.

Desde Lenovo apuntan que el gran apagón de abril puso en evidencia esta importancia de que las empresas cuenten con un centro de contingencia y políticas para evitar interrupciones críticas de la actividad empresarial. "Es imprescindible que las entidades puedan garantizar la accesibilidad, seguridad y recuperación de los datos a la vez que evitan los tiempos de inactividad", recalca.

Por su parte, la empresa de tecnología para infraestructuras críticas Vertiv señala, que en previsión de que pudiera suceder un nuevo apagón, muchos de sus clientes les llamaron para reforzar sus infraestructuras y asegurar la resiliencia de sus equipos. "Por lo tanto, esta vez más compañías cuentan con soluciones más resilientes", agrega.

Un ejemplo son los SAI (Sistemas de alimentación ininterrumpida), que jugaron un papel fundamental a la hora de asegurar el suministro eléctrico durante los primeros minutos del apagón de abril, ya que quedó protegida la infraestructura crítica hasta que se transicionó a los generadores diésel.