El decreto de medidas urgentes aprobado el pasado 17 de marzo que suspendió todas las operaciones de portabilidad de numeración fija y móvil que no estuviesen en curso mientras esté en vigor el estado de alarma ha dejado un gran damnificado: los operadores móviles virtuales (OMV).

Este grupo de pequeñas compañías ha visto reducida casi a cero su actividad comercial en las últimas semanas y lo están notando en sus cuentas. Un operador móvil virtual o OMV es una compañía de telefonía móvil que no posee una concesión de espectro de frecuencia por lo que no tiene una infraestructura propia de antenas.

Por ello debe alquilar la red a una de las operadoras móviles con red (OMR), en este caso Movistar, Vodafone, Orange o MásMóvil. Es por ello que su actividad se basa principalmente en la telefonía móvil.

De esta manera, su principal estrategia comercial es arrebatar clientes a sus competidores, un mercado en auge y que en plena época de guerra comercial de las operadoras está viviendo una segunda juventud.

Estamos hablando de un mercado cautivo de más de 4,7 millones líneas móviles de clientes ajenos a los grandes paquetes convergentes y que generalmente solo requieren servicios de prepago en móviles. Es la mitad de los clientes que tiene MásMóvil, el cuarto operador del mercado.

Medio millón de altas

Un segmento en el que las grandes telecos no tienen el liderazgo y que, pese a la oleada de compras en el sector y a que las grandes intentan crear sus propias low cost para ganarles terreno, no para de ganar cuota.

Los datos de la CNMC indican que en diciembre de 2019 registraron 4.703.302 líneas móviles, un espectacular crecimiento de casi 500.000 líneas en un solo año. En doce meses han pasado de tener una cuota de mercado del 7,8% al 8,6%. Y todo fruto de su agresiva política comercial para acelerar portabilidades.

Hablamos de una treintena de pequeñas compañías como Airis Mobile, Alów, Best Móvil, BT Móvil, GT Mobile, Ibercom, Jazzpanda Móvil, Mobilcat, RACCTel, Suop Mobile, TruePhone,  UppMobile o You Mobile. Operadoras que, indican, están teniendo problemas por la paralización de las portabilidades.

Es así como los OMV consultados indican que durante estas últimas semanas su actividad se ha visto reducida radicalmente y que prácticamente no tienen movimiento comercial. Si la situación va a más y el estado de alarma dura más de dos meses consideran que la situación puede ser crítica.

Envío postal

Entre estas empresas sorprende que se haya cancelada la portabilidad y que se permitan las nuevas altas. Del mismo modo, critican que se prohíba la portabilidad bajo la excusa de que hay que proteger a los instaladores cuando se permite que hagan reparaciones a domicilio.

Por otro lado, advierten que no se ha considerado que las portabilidades se pueden hacer de manera telefónica y que las nuevas tarjetas SIM se puedan enviar por correo postal, sin riesgo para nadie.

Y van más allá, indicando que el Gobierno nunca les consultó el impacto del fin de las portabilidades en su negocio y que todo se ha acelerado por la presión de los grandes operadores. Solo piden que se reconsidere esta medida para que puedan seguir operando con normalidad.

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