La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha iniciado una campaña para concienciar del consumo de productos que dejan de funcionar o tienen problemas al poco tiempo de su adquisición coincidiendo, en ocasiones, con el fin del periodo de garantía.

Desde la OCU aseguran que este tipo de denuncias se están haciendo cada vez más frecuentes, frente a tiempos pasados donde los electrodomésticos duraban mucho más.

Actualmente, según denuncia la organización, el mercado de productos de alta tecnología y electrodomésticos "ya no se centra en la durabilidad, sino en incitar al consumidor a cambiar hacer lo antes posible su próxima compra". "La realidad nos dice que familias compran lavadoras, teléfonos móviles o televisores que duran menos que el dispositivo al que reemplazan", reconocen.

Esta situación de "obsolescencia prematura", según los expertos, puede deberse a una calidad inferior de los materiales, a que el montaje de producto convierta la reparación opción imposible, a que el software esté programado para hacer que los dispositivos sean inutilizables o que no haya recambio de los accesorios.

Ante esta situación, el pasado mayo, un consorcio de grupos de consumidores, investigadores y empresas de reparación comenzó su colaboración en un nuevo proyecto 'Horizonte 2020' llamado PROMPT (Premature Obsolescence Multi-stakeholder Product Testin Programme) con el objetivo de desarrollar un programa de pruebas independiente para apoyar la evaluación de la durabilidad de los productos de consumo que están en el mercado a disposición de los consumidores.

COLABORACIÓN DE LOS CONSUMIDORES

Del mismo modo, la Comisión Europea, consciente de este problema ha aprobado de forma reciente diferentes normativas para combatir este problema, con un importante coste para los consumidores y un fuerte impacto en el medio ambiente y la economía europea.

Por su parte, la OCU ha pedido la colaboración de los consumidores que han sufrido fallos y averías en sus productos para aportar casos que sirvan para evaluar la durabilidad y la reparabilidad de los productos. "Cuantas más quejas recibamos mejor podremos documentar el fenómeno haciendo visible un problema que nos afecta a todos, pero que es difícil de probar de manera individual", explica la organización.

Esta es una de las parte de esta iniciativa, que, además, se dedicará a estudiar fórmulas para incentivar a los consumidores a no cambiar antes de tiempo sus productos, a reparar los productos y también promover el uso de productos de segunda mano. Tal y como ha señalado, los resultados de la investigación beneficiarán a los consumidores españoles y europeos en la compra de productos mejores y más duraderos.