MADRID, 31 (Portaltic/EP)

El uso de 90.000 toneladas de plástico reciclado en la fabricación de cartuchos de tinta y tóner ha permitido a HP reducir el 33 por ciento en las emisiones de gases de efecto invernadero, unos "datos esperanzadores" que -según la compañía estadounidense- pone en peligro el uso de cartuchos falsificados, procedentes en su mayoría de China.

"La falsificación y la piratería ponen en peligro la actual economía circular basada en el conocimiento, que necesita nutrirse de una continua inversión en innovación y ser respetuosa con el planeta", defiende HP a través de un comunicado.

En este contexto, la empresa advierte de que los fabricantes de productos compatibles y marcas blancas o de distribuidor tampoco invierten en I+D, sino que "viven" de la investigación que llevan a cabo las marcas originales, centrando únicamente sus esfuerzos en abaratar costes y dejando de lado la calidad y la innovación.

"Esta ausencia de controles de calidad en los cartuchos o tóner falsos obligan incluso a los usuarios a desechar los trabajos realizados por su pobre resultado", añade HP, que recuerda además que este tipo de empresas no pagan impuestos en el país e "incumplen sistemáticamente cualquier tipo de regulación en el proceso de fabricación y reciclaje".

ESPAÑA, VÍCTIMA DE LAS FALSIFICACIONES

En España se pierden 6.200 millones de euros al año en ventas directas por culpa de la piratería y las falsificaciones, lo que representa el 9,3 por ciento del total de ventas directas que se realizan en el país. Al mismo tiempo, la piratería afecta negativamente a más de 40.000 puestos de trabajo.

Según el Informe 'Tendencias en el comercio de productos falsificados y pirateados', elaborado por la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el comercio mundial de productos falsificados y pirateados alcanza ya los 460.000 millones de euros, con un significativo incremento respecto al anterior análisis de 2016.

Los productos de imitación, fabricados por lo general en el mercado asiático (la industria de la imitación supone el 8 por ciento del PIB en China), contienen materiales de baja calidad que no garantizan ni la durabilidad ni la fiabilidad de su funcionamiento, como sucede con los cartuchos de impresora de imitación.