Cuatro de cada diez padres afirman que las pantallas suponen una fuente habitual de conflictos con los hijos, según el estudio 'El impacto de las pantallas en la vida familiar', realizado por 'Empantallados.com' y GAD3, con el apoyo de 'Por un uso Love de la tecnología', de Orange.

La investigación, para la que se han realizado más de 1.400 entrevistas 'online' a padres y madres con hijos menores de 18 años en España, ha sido presentada este martes 29 de enero en el espacio Cómo, en Madrid, por presidente de GAD3, Narciso Michavila, y la responsable de Comunicación de Empantallados, Pía García Simón.

En relación con los efectos del uso de las pantallas en el ámbito familiar, el 66% de los padres y madres entrevistados creen que están teniendo un papel favorable en la gestión de la actividad familiar, y el 74% opina que la tecnología les ha unido poco o nada con sus hijos.

"En el estudio late el que el teléfono móvil puede ser la mejor herramienta para unir aquello que está distante y que está separado, entre familiares incluso, pero a su vez dentro del seno de los hogares, si no se sabe hacer un uso adecuado, el móvil se puede convertir también en el principal muro que separe a los miembros de la familia", ha relatado Michavila.

Respecto a los riesgos a los que se enfrentan los hijos en el entorno digital, el ciberacoso y la relación con desconocidos son los principales, seguidos por el acceso a contenidos inadecuados, la pérdida de tiempo y la sobrexposición de su imagen.

Preguntados sobre los métodos que utilizan para proteger a sus hijos, cuatro de cada diez (39%) padres asegura que utiliza controles parentales y el 74% afirma tener implementadas normas de uso de las pantallas en el hogar. Así, procuran acompañarles en el entorno digital: en una escala del 1 a 5, la mayoría de padres se otorga un 4 cuando se les pregunta en qué grado saben qué hacen los hijos con sus dispositivos.

"El castigo tradicional que era 'Hijo, si te portas mal no vas a salir' ha cambiado por 'Hijo, como te portes mal te saco a la calle pero sin el móvil y sin las pantallas. Es la mayor amenaza a los adolescentes en este momento", ha señalado Michavila.

Según los resultados del estudio, las familias consideran que la edad media adecuada para tener una tableta es a los 10 años y consideran que, de media, los 13 años es una buena edad para entregar el primer teléfono móvil. En relación con su propia experiencia, el 39% de los padres confiesa que el primer móvil llegó demasiado pronto.

Por otra parte, sobre el consumo de televisión, la investigación muestra que los más pequeños de la casa, hasta los 5 años, los que más televisión ven, ya que la mayoría dedica, al menos, una hora al día. El smartphone registra un mayor tiempo de uso entre los menores 16 a 18 años.

Asimismo, el informe indica que uno de cada tres padres y madres entrevistados reconoce hacer un uso excesivo de la tecnología y no se ven como un buen modelo para sus hijos. En general, los progenitores hacen un uso más intensivo de las pantallas que sus propios hijos, nativos digitales.

En este sentido, las conclusiones del estudio indican que los padres ven la televisión y otra pantalla de forma simultánea y utilizan el móvil por la noche, ya en la cama, con mayor frecuencia que los hijos.

En este contexto, el 60% de los padres quiere saber más sobre educación digital y la gestión de pantallas. Según el estudio, acuden, por este orden, al criterio de familiares y amigos, al colegio y a la Red como principales fuentes de información. Las webs especializadas sobre uso de pantallas e Internet tienen un papel importante, siendo consultadas por un 46% de los padres entrevistados.

Michavila ha concluido con un mensaje al mundo empresarial: "Si queremos tener trabajadores motivados tenemos que saber respetar perfectamente su ámbito privado y, por lo tanto, no invadir la intimidad familiar con las nuevas tecnologías y pretender tener trabajadores conectados las 24 horas".

Además, ha advertido del peligro de "sobre proteger" a los menores a través de las tecnologías y saber en cada momento qué están haciendo, mientras que la responsable de Comunicación de Empantallados considera que hay que "sustituir la palabra control, la protección, por el acompañamiento".

LA OPINIÓN DE LOS EXPERTOS

Tras la presentación de los resultados del estudio, la decana de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, Charo Sádaba; la analista de tendencias en C4E Consulting Services María Zalbidea; y el experto en innovación y branding Gustavo Entrala han participado en el acto ofreciendo algunas claves.

Durante su intervención, Charo Sádaba ha afirmado que "Internet no es un parque de atracciones" ni está diseñado para los niños, aunque sí tienen su lugar en la red; y ha avisado de que es "mucho más probable" que los jóvenes estén "sobrexponiendo su intimidad" en las redes sociales, a que desconocidos contacten con ellos a través de Internet. Además, ha indicado que el problema no es cuánto tiempo le dedican a las pantallas, sino qué hacen en ese tiempo.

Por su parte, la analista de tendencias en C4E Consulting Services María Zalbidea ha explicado que la Inteligencia Artificial puede enseñar a los padres a analizar información en tiempo real; a anticiparse a las necesidades de sus hijos; a conocer sus gustos mejor que los algoritmos; y al reconocimiento de imágenes.

En opinión de Gustavo Entrala, es un "mal momento" para ser padre o madre "helicóptero" y es preocupante que actúen de un modo proteccionista "cortando cables, cortando wifis" porque Internet puede servir a los hijos para encontrar y desarrollar su talento.

El evento, presentado por el periodista Javi Nieves, ha sido inaugurado por el subdirector de Servicios de Ciberseguridad de INCIBE, Marcos Gómez, que ha defendido la necesidad de apostar por el acompañamiento por parte de los padres en lugar de por la vigilancia, y ha avisado de que en Internet "el malo no tiene cara".

También ha intervenido en el acto la directora de Marca, Comunicación y Patrocinios de Orange España, Isabel Alonso, que ha explicado que "la tecnología ha venido para quedarse" y que en "las últimas dos décadas" ha cambiado la forma de vivir, de relacionarse, de aprender, de enseñar y de usar el tiempo de ocio. "Esto que es tan ventajoso y tan estupendo para todos desencadena muchos riesgos que debemos tener en cuenta", ha advertido