L.B.
Agencias
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Coca-Cola ha aceptado usar azúcar de caña en los refrescos que comercializa en Estados Unidos después de una conversación entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y la multinacional de Atlanta.

"He estado hablando con Coca-Cola sobre el uso de azúcar de caña REAL en la Coca-Cola en Estados Unidos, y han accedido", ha anunciado el inquilino de la Casa Blanca a través de TruthSocial.

"Quiero agradecer a todos aquellos con responsabilidad en Coca-Cola. Será una muy buena decisión por su parte. Ya verán. ¡Es simplemente mejor!", ha añadido Trump.

De su lado, la compañía ha agradecido "el entusiasmo del presidente Trump por nuestra icónica marca Coca-Cola", apuntando que "próximamente" compartirá más detalles sobre las nuevas ofertas de la gama de productos Coca-Cola.

Según explica la multinacional en su web, la fórmula de la Coca-Cola original que comercializa en Estados Unidos contiene entre sus ingredientes jarabe de maíz de alta fructosa, mientras que en otras geografías como España utiliza azúcar como edulcorante.

Las conversaciones de Trump con Coca-Cola se producen después de que el secretario de Salud y Servicios Humanos del Gobierno de EEUU, Robert F. Kennedy Jr., cargara contra aquellos productos que emplean jarabe de maíz en sus procesos de fabricación.

A su juicio, este producto es parte del problema de obesidad que hay en el país.

Aseguró que el jarabe de maíz de alta fructosa "es una fórmula que provoca obesidad y diabetes". Ahora bien, también ha criticado el azúcar de caña al que podría volver Coca-Cola.

Los embotelladores estadounidenses de Coca-Cola cambiaron el azúcar por el jarabe de maíz en la década de 1980. El objetivo era reducir los costes. De hecho, a día de hoy, se sigue usando en la mayor parte de la producción de la compañía.

Se da la circunstancia de que el jarabe de maíz de alta fructosa se produce en estados agrícolas del Medio Oeste como Illinois, Iowa y Nebraska. Son condados rurales que votaron por Trump en las presidenciales de 2024.

Sin embargo, la caña de azúcar de Estados Unidos se cultiva en la costa del Golfo de Florida y Luisiana. El resto del azúcar de caña que necesita el país se importa bajo un sistema de cuotas arancelarias.

Está por ver de dónde va a conseguir Coca-Cola el volumen total de azúcar de caña que podría necesitar para su producción, dado que es un producto que apenas se cultiva y procesa en Estados Unidos.

Tal y como refleja el Wall Street Journal, la Asociación de Refinadores de Maíz, que representa a los fabricantes de jarabe de maíz de alta fructosa, asegura que no hay evidencias científicas que marquen diferencias entre su producto y el azúcar tradicional.

De hecho, señalan que "este cambio no tiene sentido", y que se trata de productos con nutrientes equivalentes.

Consideran, además, que este sistema reduce la dependencia de Estados Unidos de productos del exterior.

Todo ello antes de recordar que un cambio como el propuesto por Trump a Coca-Cola destruirá miles de empleos en la industria alimentaria y en los ingresos de las granjas.

Durante la jornada bursátil de este jueves, las acciones de Archer Daniels Midland, uno de los principales productores de jarabe de maíz, se dejaban un 1,15%, mientras que las de Ingredion perdían casi un 3%.