Las claves
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España enfrenta el desafío de invertir cerca de 350.000 millones de euros en renovar sus infraestructuras. Más que sostenibles, el objetivo es que sean regenerativas, con la colaboración público-privada como clave para cuidar recursos, reducir el impacto ambiental y afrontar el cambio climático y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Así lo puso de manifiesto el foro Por un impulso a las infraestructuras regenerativas, organizado por EL ESPAÑOL en colaboración con Acciona, donde representantes empresariales, institucionales y académicos analizaron barreras, oportunidades y estrategias para modernizar las infraestructuras en España.
Juan Amaury Gil, Contracting & Tenders Global Director del negocio de construcción de Acciona, destacó que en España existe una gran capacidad de inversión y muchísima experiencia.
Por un impulso a las infraestructuras regenerativas
"Desgraciadamente, buena parte de esa inversión por parte de nuestras empresas se destina al extranjero, posiblemente porque allí existen legislaciones mucho más adaptadas a las necesidades del sector privado”, alertó Gil, quien defendió que “la inversión privada mejora la calidad del servicio a la sociedad, y además se paga sola”.
“El futuro de las infraestructuras pasa necesariamente por la colaboración público-privada; es imprescindible si queremos cubrir el déficit inversor y avanzar en eficiencia y sostenibilidad”, sostuvo Julián Núñez, presidente de Seopan, quien recordó el desfase de la actual regulación. "Nuestra Ley de Contratos es de los años sesenta y la de concesiones data de principios de los 2000”, dijo.
Núñez alertó, además, que “en España las concesiones representan apenas el 2% de la contratación pública, frente al 12% en la Unión Europea”, evidenciando la “ausencia de colaboración público-privada en este ámbito”.
Desde el ámbito académico, Miriam Martínez, coordinadora del Máster Universitario en Planificación y
Gestión de Infraestructuras de la Universidad Politécnica de Madrid, incidió en la necesidad de “pensar en la gestión y explotación de las infraestructuras, no sólo en la obra nueva y los materiales".
"La empresa privada siempre optimiza cualquier recurso que tenga. Por eso debemos también pensar en la gestión, no solo en la fase de construcción”, apuntó.
Gonzalo Fernández Sánchez, vocal de la Junta Rectora del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos (CICCP), reforzó el mensaje: “La colaboración público-privada es nuestra esencia en la ingeniería de caminos".
"Público y privado… pero añadiría también la parte académica, tanto pública como privada. Es fundamental repartir los riesgos, aumentar la seguridad de los ciudadanos y reducir los riesgos”.
Alejandro López Navarrete, director de Strategy, Risk & Transactions de Deloitte, destacó que “el sector privado, si algo no es rentable, no lo hace. La búsqueda de esa rentabilidad es lo que hace muy eficientes a muchas infraestructuras. Estamos empezando a ver brotes verdes en algunas autonomías como Aragón, Extremadura o Andalucía, donde se empiezan a fomentar este tipo de colaboraciones mediante el mecanismo de concesión”.
Aportar valor
En este contexto, desde Acciona defienden que las infraestructuras regenerativas “deben ser diseñadas con visión de futuro, capaces de aportar valor al entorno y a la sociedad”, apuntó Amaury Gil, quien subrayó que más del 95% de la inversión del grupo sigue los criterios europeos de sostenibilidad, aunque los recientes fenómenos climáticos obligan a repensar el modelo y apostar por mayor resiliencia.
Alejandro López Navarrete apuntó que “las infraestructuras regenerativas exigen mirar más allá del mantenimiento básico”, y reclamó avanzar hacia la “circularidad en materiales como acero y cemento”, planteando soluciones que permitan “reutilización y eficiencia energética”.
Por su parte, Gonzalo Fernández Sánchez defendió que “la ingeniería debe liderar el desarrollo social y ambiental positivo”, y que cada proyecto debe ser adaptado para “restaurar el equilibrio ecológico” y aplicar “soluciones basadas en la naturaleza”, con inversión y reflexión creativa.
El presidente de Seopan insistió en que las nuevas infraestructuras no sólo deben “minimizar el impacto negativo”, sino “adaptarse a los cambios climáticos y sociales, generando un impacto positivo en el entorno”. Para ello, reclamó la innovación en materiales y eficiencia energética.
Además, Miriam Martínez planteó que la clave está en “unir la renovación con la digitalización”, y que sólo de ese modo se conseguirán infraestructuras “inteligentes y resilientes, capaces de absorber eventos climáticos” y adaptarse al entorno. Recalcó, además, que los materiales deben ser “reciclables y simular procesos naturales”.
Adaptar la normativa
Uno de los puntos clave del foro fue la urgente necesidad de adaptar la normativa. Los ponentes coincidieron en que la regulación española está desfasada y “no facilita, ni promueve, ni atrae la innovación”, como subrayó Julián Núñez, y que la complejidad de los trámites y la incertidumbre política frenan tanto la inversión pública como la privada.
“Hay que poner el foco en la planificación desde el origen y después en una normativa que parta de la política con la colaboración privada”, afirmó Amaury Gil, quien añadió que “la innovación es la pieza clave para diseñar infraestructuras verdaderamente regenerativas”.
El mayor reto, señaló Miriam Martínez, "será renovar y digitalizar una red envejecida, integrando tecnologías para que nuestras infraestructuras sean inteligentes y resilientes". Alejandro López Navarrete completó la idea: "Es esencial modernizar las leyes de contratación para incorporar criterios de sostenibilidad, eficiencia y ciclo de vida. Si no lo hacemos, limitamos la capacidad del sector para innovar".
Los participantes coincidieron en que las infraestructuras futuras deben ser “sostenibles o no serán, regenerativas o no serán”, como resumió Fernández Sánchez.
El foro cerró con un mensaje compartido: regenerar y modernizar las infraestructuras solo será posible si España “cambia el foco” normativo y apuesta decididamente por la colaboración, garantizando así bienestar y competitividad para las próximas décadas.
