Los intereses que los bancos pagan o cobran a las familias por sus productos financieros van a una velocidad diferente en España que en el resto de la zona euro. Las hipotecas son en este país casi las más baratas de la región, mientras que los depósitos dan una rentabilidad equivalente a la mitad que el promedio de los países que utilizan el euro.
En estos momentos, gracias a la caída que el Euríbor a doce meses ha experimentado últimamente, las hipotecas se conceden en España a un interés medio del 2,68%, mientras que en la zona euro se cobran a un 3,29%, según los últimos datos recogidos en la base del Banco Central Europeo (BCE), que corresponden a junio (dado que se publican con un cierto decalaje).
De hecho, en este país las hipotecas son prácticamente las más baratas de la zona euro. Tan sólo les superan las de Malta, que se conceden a un interés medio del 1,6%. En línea con España están Finlandia (2,78%), Eslovenia (2,86%) y Portugal (2,91%). La media de la zona euro es del 3,29%.
El dato de España tiene sentido dado que el hipotecario es un mercado muy competido, en el que los bancos ajustan mucho sus márgenes. Tanto es así que algunos han dejado directamente de estar interesados en competir en este segmento a intereses que en algunos casos llegan, incluso, al 1,65%.
"Vemos que el pricing (los precios) de las hipotecas en este contexto está siendo agresivo y estamos levantando nosotros el pistón porque creemos que a estos precios no le vemos tanto valor", explicaba hace unos meses Luisa Gómez Bravo, directora financiera de BBVA.
Por su parte, durante la última presentación de resultados del banco, los gestores de Santander dejaron claro que en la entidad están "muy centrados en rentabilidad" y "hacer rentable una hipoteca al 1,65% para alguien que no es tu cliente es muy complicado". El mercado hipotecario es, a veces, "irracional", en su opinión.
Los depósitos siguen a la baja
La clasificación española es muy diferente cuando se habla de la rentabilidad de los depósitos. En España el interés medio es del 0,14%, que es prácticamente la mitad que el promedio de la zona euro: del 0,27%.
Se trata de la remuneración media que pagan los bancos a las familias por sus ahorros depositados tanto en cuentas corrientes como en depósitos, pues es el dato que ofrecen en los registros del BCE.
Si se habla solamente de depósitos a plazo (a menos de un año, a doce meses, a dos años o más), el tipo medio ponderado es del 1,73%, como se recoge en las estadísticas del Banco de España.
De vuelta a la comparativa europea, España es el duodécimo país de la zona euro en el que menos se paga por los depósitos o, visto de otra manera, el noveno en el que más se abona, por detrás de Luxemburgo (0,62%), Austria (0,6%), Alemania (0,47%), Finlandia (0,37%), Letonia (0,31%), Lituania (0,28%), Estonia (0,26%) e Italia (0,19%).
En el caso de los depósitos, los bancos españoles no son tan competitivos como en hipotecas. De hecho, con la subida de los tipos de interés que se produjo hace un par de años, la remuneración se elevó hasta el entorno del 4%, pero no más. Y, con la bajada del precio del dinero, la rentabilidad rápidamente volvió a las andadas.
En la actualidad, con la facilidad de depósito en el 2%, los mejores intereses que se pueden encontrar en el mercado están en ese nivel o, como mucho, en el 2,5% en casos especiales (a cambio de una determinada vinculación, para un nivel elevado de saldo, etc.).
Algunas cuentas nóminas (concretamente, la de Bankinter y la de Ibercaja) abonan hasta un 5% TAE durante el primer año si se vinculan los ingresos y se realizan determinados gastos con la tarjeta. Pero son dos excepciones en un mercado con tipos de interés que rondan el 2% en el caso de las cuentas remuneradas.
