La deuda que las familias tienen con los bancos está repuntando, aunque aún sigue lejos de sus niveles máximos, registrados en 2008. En la actualidad, ha vuelto al umbral en el que se encontraba hace tres años gracias al dinamismo de la demanda de crédito que ha traído la bajada de los tipos de interés.
Los españoles deben a los bancos por hipotecas o por créditos al consumo unos 703.001 millones de euros, de acuerdo con los últimos datos disponibles, que son del Banco de España y corresponden al pasado mes de junio -se publican con un cierto decalaje-.
Esta cifra es un 2% más y un 2,7% más elevada que el mes pasado y que hace un año, respectivamente. Y un 5% más alta que los 669.366 millones que debían las familias a la banca en febrero de 2024, cuando se registró el mínimo desde 2006.
El mínimo histórico coincide con el primer registro de la serie histórica del Banco de España, que corresponde a enero de 2003. En aquel momento, la deuda era de 359.178 millones de euros. En tan sólo cinco años esa cifra se multiplicó por 2,5 veces al calor de la burbuja inmobiliaria.
El repunte de la deuda que se percibe en junio de este año se debe al aumento de la demanda de crédito que han experimentado las familias con la bajada de los tipos de interés que el Banco Central Europeo (BCE) lleva un año acometiendo.
En la actualidad, la facilidad de depósito -la tasa a la que se paga a los bancos por los depósitos a un día en el banco central, el tipo de referencia para el BCE- se sitúa en el 2%.
Por su parte, el tipo de interés de las operaciones principales de financiación, la tasa a la que los bancos pueden obtener liquidez del BCE a una semana, está en el 2,15% tras la última decisión del Consejo de Gobierno sobre política monetaria.
A su vez, el tipo de interés de la facilidad marginal de crédito, al que los bancos deben pagar al BCE para obtener préstamos a un día, se halla en el 2,4%.
Al estar más barato el crédito, los ciudadanos se animan a solicitar más financiación a los bancos, por lo que su saldo total crece. Es una dinámica contraria a la que se vivió en los años anteriores, que dio lugar a registrar mínimos desde 2006 el año pasado.
En aquellos momentos, la vertiginosa subida de los tipos, que conllevó un crecimiento muy rápido del Euríbor a doce meses -la referencia para los créditos hipotecarios-, desincentivó la petición de crédito por parte de las familias, al tiempo que les permitió cancelar sus deudas con los ahorros acumulados en la pandemia.
Este movimiento está influido, principalmente, por la evolución del crédito al consumo. El saldo de esta financiación ha crecido un 11,5% desde febrero de 2024, cuando se tocó el mínimo desde 2006, hasta 196.905 millones de euros; al mismo tiempo, la de hipotecas se ha elevado un 2,69% en el mismo periodo, hasta 506.096 millones.
Lejos del máximo
En todo caso, el dato se encuentra aún lejos del máximo de endeudamiento de las familias con la banca, que es de 878.736 millones y se alcanzó en noviembre de 2008, apenas dos meses después de la caída de Lehman Brothers. El último dato disponible supone un 20% menos.
Y esa caída se ha debido, sobre todo, a un desapalancamiento de las familias en relación con el crédito hipotecario. El saldo de este tipo de financiación se ha reducido un 22% desde ese máximo (649.871 millones de euros), mientras que el de crédito al consumo ha disminuido un 14%.
