Imagine que busca hipoteca para su vivienda, pero no quiere recorrer sucursal por sucursal en busca de la mejor oferta del mercado. Finteca surgió en 2018 para solucionar este problema, analizando los perfiles de los futuros propietarios y acompañándoles en una búsqueda cien por cien online del mejor préstamo entre una larga lista de bancos.

Con tan solo dos años de vida, esta start-up nacida al calor de Nuclio Venture Builder, la incubadora de negocios fundada por Carlos Blanco, ha logrado sobrevivir al parón sufrido por el sector durante los peores meses de la crisis. Ahora, aspira a que octubre sea su mejor mes por actividad en el año. Es más, consideran que serán uno de los grandes 'covid winners' en los próximos años. 

Jordi Domínguez, CEO de Finteca, analiza en esta entrevista los retos de la recuperación para el mercado hipotecario, en el que, a su juicio, las dos grandes ‘barreras’ de entrada ahora mismo son la falta de ahorros y el sector en el que trabaje el cliente. Del riguroso escrutinio de los bancos no se libran, ya, ni los pilotos de las grandes aerolíneas.

¿Cómo se define Finteca?

Somos un bróker hipotecario digital que ayudamos a la gente a encontrar la hipoteca que mejor se adapte a sus necesidades, mediante acuerdos con 15 bancos y una amplia oferta de mercado. Todo a través de un proceso online en el que, además, los clientes pueden contactar con nosotros si es necesario por teléfono.

¿Cómo ganan dinero si sus clientes, al final, acaban firmando el contrato con el banco?

Contamos con acuerdos con prácticamente todos los bancos, que nos pagan una comisión por cada hipoteca que les dirigimos. Al tener tantos acuerdos, está garantizada nuestra independencia. Gracias a esta comisión, nuestros clientes pueden acceder al servicio que les prestamos de forma totalmente gratuita, sin costes ni comisiones.

Nuestro papel es hacer un estudio del riesgo del cliente y el 99% de los bancos nos hace una oferta vinculante. A las entidades les interesa contar con nosotros, porque buscamos los clientes que más puedan adaptarse a su oferta. Es un ahorro de tiempo básico para ellos.

Esperamos que octubre sea nuestro mejor mes del año. Haremos un número de transacciones 6 veces mayor que en febrero, antes de la crisis.

¿Qué ha supuesto la crisis para su negocio?

En los meses de confinamiento registramos un parón de la actividad porque no se firmaban préstamos. En julio ya empezamos a remontar y en septiembre es donde estuvo el punto de inflexión, cuando empezamos a ver una clara mejoría en el negocio.

Si las previsiones se cumplen, octubre será el mejor mes del año para nosotros, con la estimación de que haremos 6 veces transacciones de las registradas en febrero.

Durante estos meses, también hemos hecho un esfuerzo muy grande para acercarnos a las agencias inmobiliarias, y pensamos crecer en este segmento, en el que los clientes son mucho más propensos al mundo digital.

¿Han notado un cambio en el perfil o el comportamiento de sus clientes durante la pandemia?

Con la crisis, sí se ha notado que hay más búsquedas de segundas residencias, viviendas en el pueblo o nuevas promociones adaptadas al home office (teletrabajo).

En cuanto a la operativa, es cierto que los clientes habían frenado mucho en la búsqueda de hipotecas, a la espera de una caída de los precios inmobiliarios. Pero todo se ha reactivado desde septiembre.

Entonces, ¿creen que es buen momento para comprar o hay que esperar mayores caídas de precios?

Los precios pueden bajar algo más, pero la verdad es que no vemos un desplome de cara a 2021. Por eso creo que ahora puede ser un buen momento para acceder a una vivienda. Además, las familias han ahorrado durante el confinamiento, y ya se está notando que ese dinero se ha puesto en marcha en, por ejemplo, reformas del hogar.

Y en términos de hipotecas, ¿es el mejor momento para acceder a un préstamo barato?

Actualmente existen unos precios hipotecarios fantásticos, los más bajos de la historia. Ya hemos visto hipotecas a tipo fijo muy perfiladas por debajo del 1%. Y las variables también son tremendamente atractivas.

En los actuales niveles del euríbor, todavía en negativo, resulta evidente que de aquí a cinco años a las hipotecas no les impactará mucho una posible subida de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE), que en todo caso será muy gradual.

Con los actuales niveles del euríbor y la perspectiva de tipos bajos durante mucho tiempo, la hipoteca variable también es una buena opción. Luego siempre hay tiempo para subrogarse.

La gente se puede plantear una hipoteca variable, aprovechar estos años de tipos bajos que quedan para pagar lo que pueda y, luego, siempre se puede subrogar si los tipos suben y encarecen el préstamo.

De hecho, calculamos que existe en torno un millón de hipotecas en España que podrían ser subrogadas para alcanzar mejores intereses y ahorrarse al menos un 1% al año.

En sus conversaciones con los bancos, ¿han notado algún cambio respecto a la predisposición de las entidades a conceder hipotecas a determinados segmentos de clientes?

Las entidades han cerrado mucho el grifo a clientes como trabajadores del sector turismo, cafeterías, hostelería… incluso en la aviación. Para el resto de perfiles, también se fijan mucho más en las expectativas para el sector donde trabaja el cliente y son mucho más rigurosos en el control de riesgos.

El problema que observamos es que, además, en España hay poco nivel de ahorro. Y esto también puede restringir en cierta medida el acceso a un producto como una hipoteca. En realidad, creo que estas son las dos grandes ‘barreras’ para acceder a un préstamo ahora mismo: la de los ahorros y la del sector donde trabajas.

Siempre hay clientes que volverán a la oficina bancaria, pero creo que la tendencia de la digitalización en el sector ha llegado para quedarse.

¿Creen que el aumento de la operativa online visto durante estos meses de pandemia ha llegado para quedarse?

Siempre hay clientes que vuelven a la oficina de toda la vida, pero creo que la tendencia de la digitalización sí ha llegado para quedarse. La crisis ha provocado que, un proceso que podía haberse desarrollado en los próximos 10 años, se adelante y reduzca el plazo a cuatro.

También tenemos que tener en cuenta el escenario de fusiones bancarias que vivimos, que lógicamente reducirá el número de sucursales. Esto también contribuirá a un mayor crecimiento de la operativa digital.

¿Cree que ese proceso de concentración también afectará a la oferta hipotecaria?

No sé si veremos precios más bajos, pero sí creo que iremos a un momento mucho más competitivo con nuevos modelos de banca, en el que el rol del intermediario será mucho mayor, como ya ocurre en otros países. En EEUU, por ejemplo, esa figura representa el 90% de la actividad, en Australia entre el 60% y el 80% y en España estamos aún por debajo del 10%.

¿Cuáles son sus objetivos a corto plazo?

Queremos estar cerca de las 2.000 hipotecas el próximo año, con presencia en toda España. La cifra supondría multiplicar por cuatro los datos de 2020, aunque es cierto que el segundo trimestre de este año fue flojo como consecuencia de la crisis.

Aún así, estamos gratamente sorprendidos de que octubre vaya ‘como un tiro’. Hemos salido del parón y vemos que el negocio digital está moviendo el mercado, así que creo que seremos unos claros ‘covid winners’, capaces de capitalizar esta situación.

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