Los expertos lo tienen claro. La fusión entre CaixaBank y Bankia obligará a ING a repensar su estrategia de cajeros en España, que tiene su pilar en la alianza para que los clientes puedan sacar desde 50 euros de forma gratuita en las máquinas de la entidad absorbida con la operación.

Todo apunta a que la nueva CaixaBank romperá este acuerdo cuando se cierre la fusión, previsiblemente durante el primer trimestre de 2021. Primero, porque el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, dejó claro el pasado viernes que todos los acuerdos de Bankia con otras entidades, como el de seguros con Mapfre o con Caser en Baleares o el de crédito al consumo con Credit Agricole, serán puestos en revisión. Es decir, CaixaBank impondrá su estrategia comercial en esta nueva etapa.  

Segundo, porque fue la propia CaixaBank la que en 2015 rompió el 'statu quo' en el sector, tras anunciar que cobraría una comisión de 2 euros por la retirada de efectivo de sus cajeros a los ‘no clientes’. Un movimiento que obligó al resto de entidades a alcanzar acuerdos entre sí, como el que ING mantendrá con Bankia hasta el momento definitivo de la fusión.

Imagen de cajeros de Bankia.

En este caso, ING paga a Bankia 0,65 euros por cada operación de retirada de efectivo en su red. Pese a que la entidad holandesa asume ese coste del cliente, los expertos coinciden en que CaixaBank no cambiará la estrategia que le ha funcionado durante años y solo permitirá la retirada de efectivo de forma gratuita a sus propios clientes.

Desde ING explican que aún es muy pronto para valorar esta posibilidad, pero otras fuentes cercanas a la entidad asumen el fin del acuerdo tras la fusión, que se encontrará con una inmensa red de 14.800 cajeros en toda España (9.800 de CaixaBank y 5.400 de Bankia). Máquinas que, como es lógico, también formarán parte de los ajustes esperados con la operación.

Tiempo para alternativas

En este sentido, las fuentes consultadas explican que ING tiene tiempo suficiente, de aquí a que se rompa el acuerdo con Bankia, para buscar alternativas para sus clientes. Estas podrían llegar mediante acuerdos con otros bancos y con redes independientes, como ya ocurrió en 2019 cuando ING estrenó para sus clientes 2.000 cajeros más de la red de Euronet para compensar la pérdida de máquinas del Popular tras su integración en Banco Santander. 

La otra vía, complementaria a la búsqueda de nuevos acuerdos, vendría de la mano de un impulso a la operativa digital y del pago con tarjeta entre sus clientes.

Hay que tener en cuenta que la crisis del coronavirus ha generado profundos cambios en el comportamiento de los consumidores que hace apenas un año eran impensables. Entre ellos, precisamente, una menor visita a cajeros y sucursales para evitar posibles contagios. Según los últimos datos del Banco de España, en el segundo trimestre del año (que incluye los meses más duros del confinamiento), la retirada de efectivo se desplomó un 52% respecto al año anterior.

En total, se registraron poco más de 112 millones de operaciones. Eso sí, cada visita al cajero se aprovechaba para sacar más cantidad de ‘cash’.

Todavía parece pronto para concluir que esa tendencia de comportamiento en pleno confinamiento, que también ha disparado los pagos digitales, haya llegado para quedarse. Pero la reducción física de cajeros también es evidente, acompasando el cierre de sucursales que el sector ha acelerado en los últimos tiempos. Hay que buscar alternativas para los clientes.

En España, el número de cajeros asciende actualmente a 49.976, según datos del Banco de España. Una cifra que en 2008 superaba las 61.700 máquinas y que adelgazará todavía más tras la fusión entre CaixaBank y Bankia.

Desde ING recuerdan que en estos meses previos a la fusión, Bankia seguirá compitiendo con CaixaBank y sus clientes no se verán afectados por la operación. Además, podrán seguir sacando dinero en efectivo de forma gratuita en puntos de Euronet, Cashzone, Banca March y Cajeros Euro Automatic Cash (antiguos cajeros de Banco Popular y Targobank). Y también pueden hacerlo en todas las máquinas de territorio nacional, siempre que la retirada sea superior a los 200 euros. 

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