Bruselas

Alemania, Italia y Francia piden al Banco Europeo de Inversiones (BEI) más financiación para la industria armamentística en respuesta a la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania. El canciller Olaf Scholz, la primera ministra Giorgia Meloni y el presidente Emmanuel Macron han escrito una carta a Nadia Calviño en la que sostienen que para poder aumentar la inversión en defensa en Europa "se necesita de forma urgente la potencia de préstamo del BEI".

La misiva -con fecha del 17 de marzo- está firmada también por los líderes de Finlandia, Bulgaria, República Checa, Dinamarca, Estonia, Letonia, Lituania, Países Bajos, Polonia, Rumanía y Suecia. Además de la presidenta del BEI, en la lista de destinatarios figuran también el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y el primer ministro belga, Alexander de Croo, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la UE.

"La guerra ilegal de agresión de Rusia contra Ucrania ha traído cambios rápidos, profundos y duraderos al entorno de seguridad europeo. Debemos continuar brindando un rápido y potente apoyo político, económico y militar a Ucrania todo el tiempo que sea necesario y la UE debe incrementar sus fuerzas y capacidades en seguridad y defensa", arranca la carta de los líderes europeos.

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Los jefes de Estado y de Gobierno "coinciden en que la financiación del BEI para las necesidades de seguridad y defensa debe reforzarse en línea con las nuevas prioridades de la UE". "La guerra de agresión de Rusia contra Ucrania ha provocado un aumento de las necesidades de inversión en el sector de la seguridad y la defensa en Europa. En este contexto, entre otras cosas, se necesita de forma urgente la potencia de préstamo del BEI", subraya la misiva.

El mandato del BEI le permite invertir en tecnologías de doble uso militar y civil (como los drones), pero excluye el armamento, la munición o la infraestructura militar. Hasta ahora, Calviño ha apostado por exprimir al máximo las posibilidades que ofrece este mandato: el BEI cuenta con un programa de financiación de 8.000 millones hasta 2027 en seguridad y defensa (que incluye I+D, ciberseguridad o protección de infraestructuras críticas), del cual sólo se han consumido 2.000 millones.

Sin embargo, Francia, Italia y Alemania lo ven insuficiente. "Tenemos que explorar diferentes posibilidades que permitan al BEI invertir en actividades relacionadas con la defensa más allá de los actuales proyectos de doble uso. Eso significa revaluar la actual definición de proyectos de doble uso y la lista de actividades excluidas, así como reconsiderar su política crediticia para la industria militar y otros elementos restrictivos", prosigue la carta.

Todo ello debe hacerse, eso sí, sin incrementar el perfil del riesgo del BEI, algo en lo que siempre insiste Berlín. "Además de mejorar las posibilidades del propio BEI, el ajuste de la política del Banco podría tener un efecto de señal, que impulsaría las inversiones privadas en seguridad y defensa y las haría más aceptables para los mercados financieros, los inversores privados y los bancos", subrayan los firmantes.

"La industria de defensa de la UE es una parte vital de la seguridad europea. Una industria de defensa creíble requiere a su vez inversiones. Por eso debemos discutir de forma urgente cómo permitir más inversiones del BEI en el sector de la seguridad y la defensa, sin dejar de atraer y ampliar la base de inversores y manteniendo también su calificación crediticia", concluye la misiva.

La Comisión de Ursula von der Leyen presentó a principios de marzo su primera y ambiciosa Estrategia Industrial de Defensa de la historia de la UE, pero le adjudicó una financiación de apenas 1.500 millones de euros del presupuesto comunitario. Los Estados miembros tampoco tienen margen para incrementar su gasto militar en un momento en que vuelven a aplicarse las reglas de disciplina fiscal de la UE. De ahí que los líderes europeos exploren otras vías para conseguir dinero.