Bruselas

Nueva victoria de Ryanair en los tribunales contra las ayudas públicas que los países de la UE concedieron a sus aerolíneas de bandera durante la pandemia. El Tribunal General de la UE (TGUE) ha anulado este miércoles la autorización que dio Bruselas al fondo de compensación de 130 millones de euros que creó Italia para salir al rescate de sus compañías aéreas.

El fallo constituye una nueva derrota para la todopoderosa vicepresidenta de la Comisión y responsable de Competencia, Margrethe Vestager. El TGUE ya tumbó hace un par de semanas el rescate de 6.000 millones que Alemania orquestó para Lufthansa, dando la razón también a un recurso presentado por Ryanair.

La sentencia afirma que el Ejecutivo comunitario no motivó adecuadamente su conclusión de que las ayudas de Italia no eran contrarias a otras disposiciones del derecho europeo distintas de las relativas a las ayudas de Estado.

[El TGUE da la razón a Ryanair y tumba el rescate de 6.000 millones a Lufthansa]

El problema está en que para poder beneficiarse de estas ayudas, las compañías aéreas debían pagar a todos sus empleados destinados en alguna base en Italia un salario igual o superior a la retribución mínima fijada en el convenio colectivo nacional aplicable al sector del transporte aéreo.

Sin incoar el procedimiento de investigación formal previsto en el Tratado, la Comisión decidió no plantear objeciones respecto de la medida controvertida, por entender que era compatible con el mercado interior.

En su sentencia de este miércoles, el TGUE declara que el veredicto de Bruselas según el cual el requisito de retribución mínima no vulneraba ningún principio del Tratado aparte de las disposiciones sobre ayudas públicas "adolecía de falta de motivación".

Esta falta de motivación queda puesta de manifiesto por el hecho de que el Ejecutivo comunitario recibió una denuncia de la Asociación Italiana de Compañías Low Cost en la que se cuestionaba la compatibilidad de este requisito salarial con la libre prestación de servicios.

Considerando este contexto, el TGUE señala que la Comisión debería haberse pronunciado en su dictamen sobre esta cuestión, en lugar de ignorarla. Por todo ello, los jueces concluyen que Bruselas incumplió la obligación de motivación que le impone el Tratado y por eso anula la decisión impugnada por Ryanair.