La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) trabaja a marchas forzadas para resolver cuanto antes la treintena de expedientes de empresas que han solicitado un rescate al Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas.

El tiempo apremia ya que muchas de ellas han pedido las ayudas hace más de seis meses y el plazo para mantenerse en funcionamiento y responder ante sus acreedores se agota.

Precisamente, para acelerar estos procesos, esta semana la SEPI nombró a Julián Mateos como nuevo director del fondo, al mismo tiempo que ha reforzado los equipos que trabajan en dar una solución a estas compañías lo antes posible. 

El objetivo es comenzar a aprobar los primeros expedientes en septiembre y tener la mayoría resueltos antes de fin de año. De hecho, algunas informaciones apuntan que en el Consejo de Ministros de este próximo martes podrían producirse noticias en compañías del sector turístico.

En cualquier caso, la SEPI ya ha tomado la decisión de que no rescatará a todas las empresas que han solicitado fondos, según ha confirmado Invertia. El objetivo es aprobar los fondos de manera selectiva solo a compañías que sean viables a medio plazo o que puedan demostrar que hay un inversor detrás.

Concurso de acreedores

Según ha podido saber este diario, el análisis exhaustivo de todos los rescates ha llevado a la conclusión de que aprobar todos los rescates sería un error y sólo alargaría la agonía de algunas compañías.

Dicho de otra manera, la SEPI asume que muchas empresas no serán rescatadas y que, por tanto, la mayoría de éstas deberán ir al concurso de acreedores. Estamos hablando de compañías que ya estaban quebradas antes de la Covid y que no han demostrado que pueden articular un plan de negocios creíble a mediano plazo con los fondos que recibirían de la sociedad pública. 

Son decisiones difíciles y con un coste político en algunas empresas afincadas en determinados territorios, pero necesarias para dar credibilidad al fondo, muy tocado tras los escándalos generados por el rescate de Plus Ultra.

La primera premisa que deben cumplir las rescatadas es que haya sido viable y que lo pueda ser en el futuro. El rescate es entendido por la SEPI como una ayuda puntual que contribuya a salir a flote por la pandemia y que no se convierta en un fondo para mantener la supervivencia de una empresa zombi de manera artificial.  

En este sentido, hay muchas que no han podido acreditar esta solvencia, por lo que la SEPI les ha pedido que garanticen la entrada de un inversor externo que pueda asegurar esta viabilidad. En este caso, se está pidiendo a las empresas que este inversor comprometa su llegada antes de que se apruebe el rescate o que -como mínimo- se haga en paralelo. 

Nacimiento del fondo

Lo que se está pidiendo es un compromiso y una oferta en firme y con entrada real de capital, no de proyectos, ni futuribles de difícil cumplimiento. Dos condiciones que muchas de las rescatadas no han podido cumplir en la recta final de la negociación de sus expedientes y que tumbará sus rescates.

El Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas fue aprobado el 3 de julio de 2020 y durante este año de funcionamiento solo ha aprobado cinco rescates por valor superior a los 1.080 millones de euros, apenas el 10% de los 10.000 millones destinados a esta herramienta para rescatar empresas.

El objetivo es aportar apoyo público temporal para reforzar la solvencia empresarial de empresas no financieras afectadas por la pandemia del Covid que sean consideradas estratégicas para el tejido productivo nacional o regional.

Rescates pendientes

Hasta febrero de este año solo se aprobaron cuatro operaciones: Air Europa (475 millones) Ávoris-Halcón Viajes (320 millones), Duro Felguera (120 millones) y Plus Ultra (53 millones), esta última en medio de acusaciones de favorecer empresas relacionadas con el Gobierno venezolano.

Después de estos líos que terminaron en la justicia, tuvieron que pasar cuatro meses hasta que el 13 de julio se aprobó el rescate de Tubos Reunidos. Según informó la empresa vasca a la CNMV recibirá 112,8 millones de euros. En su caso, el desembolso llegó seis meses después de realizar la solicitud.  

Mientras, la lista de espera del fondo de rescate es abultada: Celsa (700 millones de euros solicitados), Hotusa (320), Abengoa (249), Grupo Villar Mir (240), Mediapro (230), Air Nostrum (103 millones), Navieras Armas (100 millones), Wamos (75 millones), Hesperia (55 millones), Room Mate (52 millones), Juliá (37 millones), Airtificial (30 millones), Serhs (35 millones) o Soho (32 millones). Y así hasta una treintena de empresas. No todas los conseguirán.

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