El sector español de los concesionarios no se levanta de una cuando le llega otra bofetada con la mano abierta, de las que duelen y sonrojan, pero de las que tienes que subir la mirada y seguir adelante.

La industria de la automoción vive una profunda transformación asociada a la electrificación de la flota. Por si fuera poco, a esto se suman las dudas entre los consumidores sobre qué motorización comprar (gasolina, diésel, híbrido o eléctrico), la pandemia, la prevista subida de impuestos y hasta una crisis de semiconductores que afecta a todo el mundo.

El presidente de Faconauto, la patronal española que integra las asociaciones de concesionarios oficiales de las marcas de turismos y maquinaria agrícola, Gerardo Pérez, aborda en una entrevista con Invertia todas estas situaciones a las que se enfrenta el sector.

Gerardo Pérez, presidente de Faconauto. Faconauto

Las matriculaciones de vehículos cerraron los primeros cuatro meses del año con un retroceso del 36%. ¿Cómo se arregla esto?

La caída se debe a tres factores. El primero, la propia pandemia y la situación derivada de ella. La solución es vacunar lo más rápido posible y se está haciendo un buen trabajo en este sentido. En cuanto a la parte económica a raíz de la Covid-19, veremos cómo ha quedado la economía española. Yo creo que mal, pero habrá una recuperación relativamente rápida.

El segundo, todo el ruido ambiental en torno al automóvil. Ahora mismo en todas las motorizaciones hay unas incertidumbres que este sector no se puede permitir. Los motores diésel y gasolina tienen los días contados. Incertidumbre. En el vehículo eléctrico no tenemos puntos de recarga suficientes y, además, la tarifa eléctrica varía en unos porcentajes desproporcionados según la hora. Más incertidumbre.

No tenemos tranquilidad para poder trabajar y que el cliente tome sus decisiones, con lo cual es muy complicado que al final no continúe con su coche hasta que este debate se calme. Si queremos renovar el parque para 2040 o 2050 hay tiempo, pero dejad de hacer bandera ideológica del medioambiente y trabajad para tener vehículos más modernos. Tiene que cesar este ruido.

Dejad de hacer bandera ideológica del medioambiente y trabajad para tener vehículos más modernos

El tercero, la crisis de los semiconductores (también llamada de los chips) que vivimos en estos momentos. Ahora mismo hay muchas marcas con graves problemas de suministro. Estamos expectantes para ver cómo se soluciona. Esperemos que aunque el verano sea duro, en el último trimestre del año tengamos un stock de coches suficiente para poder vender.

La crisis de los semiconductores está castigando mucho al sector…

Está afectando muchísimo porque hay muchos vehículos que con que falten algunos microprocesadores ya no se pueden comercializar. Por ejemplo, cuando no se puede instalar una radio, que controla multitud de procesos en el coche, ya es imposible entregar esa unidad.

No a todas las marcas afecta por igual, pero sí a gran parte de los vehículos que se venden en España. De hecho, han tenido que parar turnos en muchas fábricas por esta situación.

El año pasado había mucho stock disponible. ¿Hay margen para aguantar ante esta situación?

Ahora mismo estamos en el momento más grave de este problema. Cuando surge, todavía teníamos stock y podíamos tirar de él. En la actualidad, los concesionarios nos estamos quedando sin coches, los fabricantes también, y se está trabajando bajo pedido con plazos de entrega de cuatro-cinco meses, lo que dificulta mucho la teórica salida de la crisis prevista para junio.

Ahora mismo los concesionarios nos estamos quedando sin coches y se está trabajando bajo pedido con plazos de entrega de cuatro-cinco meses

El Gobierno insiste en que hace falta un nuevo impuesto de matriculación para evitar multas por parte de la UE. ¿Qué efecto puede tener en el sector?

La subida del impuesto de matriculación que se ha producido al no querer prorrogar el sistema actual influye negativamente. Este es un sector muy sensible al precio. Cuando el cliente piensa que han subido los impuestos de matriculación, se pretende subir los impuestos al diésel, y los vehículos de por sí son más caros porque vienen con diferentes tecnologías de electrificación e hibridación, alejamos la compra de un vehículo del poder adquisitivo del consumidor.

Cuanto más lo alejemos, más difíciles serán las ventas, porque no está subiendo la renta per cápita en el mismo porcentaje que el precio de los vehículos. Ahí tenemos un serio problema.

El pasado 10 de abril entró en vigor el Plan Moves III. ¿Resulta sencillo para un particular solicitarlo y cobrarlo? ¿Es suficiente?

Es un dinero importante como para que el cliente dedique un tiempo y lo pida. Lo que pasa es que las ayudas las gestionan las comunidades autónomas y dentro de las 17 hay diferentes velocidades. Por ejemplo, Madrid había agotado los fondos cuando en otras comunidades ni siquiera estaban puestos en marcha o todavía se repartía el Moves II.

Este plan ataca a un segmento muy determinado de los vehículos, no el mayoritario que son los motores de combustión (diésel y gasolina). Por tanto, sí tiene efecto en la movilidad eléctrica e híbrida, pero sobre el total del mercado es casi imperceptible.

¿Cómo cree que debería atacarse esa parte para renovar el obsoleto parque móvil español?

Hay que poner en marcha dos planes: el Moves III para los eléctricos y otro de incentivos para el achatarramiento de vehículos gasolina y diésel. Nos hartamos de repetirlo.

Parece que los motores de combustión son el enemigo, pero es la tecnología mayoritaria utilizada por los españoles y la mayor parte de los países europeos. Pero claro, muchas de estas naciones no tienen nuestro problema de una edad media del parque de 13 años. Las emisiones no solo no bajan, sino que suben.

De hecho, no sé si bajarán a corto plazo las emisiones de los vehículos, pero está claro que caídas del 36% en las matriculaciones generan paro automáticamente en los sectores de producción y distribución de nuestro país.

Ahora también está el debate de pago por uso en las carreteras. ¿Otra piedra más en el camino para el sector?

Yo al pago por uso lo llamaría además pagos por uso. El consumidor paga de sus impuestos una parte que va al mantenimiento de las carreteras, también paga un impuesto de matriculación, otro de circulación, otros cada vez que reposta combustible, y luego, cada vez que utiliza las autovías, también paga. Es una más.

Aquí se está pagando absolutamente por todo y además ahora quieren que paguemos por las carreteras. Parece que la movilidad que permite el vehículo es el gran enemigo de no sé quién.

El medioambiente tiene que ser una palanca para conseguir una mejora de todos los ciudadanos, pero no a costa de meternos en casa. Tenemos que atacar la antigüedad del parque de vehículos, que es el gran problema del medioambiente en este país.

Aquí se está pagando absolutamente por todo y además ahora quieren que paguemos por las carreteras

Los concesionarios invertirán 290 millones de euros en su transformación verde y digital hasta 2023. ¿Qué cambios implica esta inversión?

Queremos acometer una transformación en todos los concesionarios, 5.200 en toda España, para una transformación verde y digital. ¿En qué sentido? Nos gustaría que todas las instalaciones sean 'cero emisiones' en un plazo de cinco/siete años. También hablamos de una transformación digital, donde todos nuestros centros permitan la interacción con el cliente en el canal que elija.

Todo ello lo vamos a hacer apoyados en la inversión del concesionario, pero pretendemos contar con los fondos Next Generation UE. Pensamos que estamos en el sitio adecuado en el momento adecuado.

¿Cuánto dinero cree que podrían aportar los fondos de la UE para esta transformación?

Vamos a intentar conseguir lo máximo. Hemos pedido casi 500 millones de euros para estas 5.200 instalaciones en un sector que representa el 10,5% del PIB nacional y los concesionarios somos un 3,5% de ese porcentaje.

Ha llegado el momento de que nuestros centros, nuestras pequeñas fábricas, sean un referente para el resto de sectores.

En tiempos de crisis, la formación es uno de los ámbitos en los que hacer más fuerza para salir. Ustedes han invertido 12 millones de euros y se ha creado la Universidad Faconauto. ¿Hacia dónde va la formación en los concesionarios?

Al final un concesionario tiene que ofrecer al cliente una especialización en sus vehículos. Somos especialistas en cada una de nuestra marcas y pretendemos gracias a la formación tener una diferenciación sobre el resto de operadores del sector que tocan todas.

Vamos a avanzar para que la formación de nuestros equipos sea la mejor. Además, el desarrollo tecnológico ha transformado los vehículos radicalmente. Antes teníamos mecánicos y ahora especialistas tecnológicos, ingenieros en los talleres. Ahí es donde Faconauto está invirtiendo y haciendo fuerza.

Imagen de un concesionario. Europa Press

En el vehículo nuevo nosotros somos nuestra propia competencia (un concesionario de la marca X contra otro de la misma marca), pero en postventa el cliente decide entre un servicio oficial y uno no oficial. Tenemos la firme intención de que los servicios oficiales sean los mejores para que el cliente nos elija y la tarta de postventa cada vez sea mayor.

Incluso los vendedores tienen que ser casi informáticos para manejar todas las funciones que traen los vehículos nuevos.

Las entregas se están haciendo ahora en dos días diferentes. El cliente recibe tal cantidad de información el primero que normalmente quedamos un segundo para consolidar lo que ha entendido y resolver dudas. Un vehículo hoy en día es un aparato tecnológico de primera categoría.

Un último problema que vive el sector es la cancelación de los contratos de todos los centros de distribución del nuevo grupo automovilístico Stellantis (fusión de PSA y FCA). ¿Qué ha pasado?

Por si fuera poco la subida de impuestos, la crisis de los semiconductores, la pandemia, la persecución a los motores de combustión, etc., donde los concesionarios estamos haciendo grandes inversiones, Stellantis ha cancelado todos los contratos de su red comercial en Europa con dos años de preaviso.

Para nosotros es una muy mala noticia porque no es un proceso de concentración negociado ni pactado, sino unilateral, que pone en peligro 330 concesionarios oficiales y 35.000 empleos. Faconauto denuncia esta medida y va a pelear en el ámbito político y legal para defender a nuestros concesionarios ante una situación injusta.

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