La última Encuesta de Población Activa (EPA) revelaba que apenas un 5% de la población activa en España teletrabaja de forma habitual. Se trata de una práctica que, hasta la crisis del coronavirus, no estaba muy extendida en nuestro país, entre otras cosas, porque solo el 22% de los trabajadores reúnen las condiciones necesarias para realizar sus tareas de forma remota, según un reciente estudio de Randstad. 

La emergencia sanitaria ha empujado a muchas empresas, casi a marchas forzadas, a la digitalización para poder seguir con su actividad: creando páginas web, abriendo nuevos canales de venta, invirtiendo en equipos y formando a sus trabajadores. Hasta ahora, el tejido empresarial de nuestro país, compuesto en su mayoría por pymes y microempresas, no favorecía un ecosistema innovador, ya que este tipo de empresas, que disponen de menos recursos, son las que menos invierten en tecnología

La nota positiva es que España se encuentra en una buena posición en cuanto a las infraestructuras necesarias para acoger la transformación digital. El informe España Nación Digital 2019, elaborado por Adigital, la Asociación Española de la Economía Digital, define “un mercado de telecomunicaciones maduro, que destaca por su despliegue de redes de alta velocidad, fijas y móviles”. Además, hace hincapié en que ya existe una hoja de ruta nacional y un gran número de proyectos que “la sitúan en una buena posición de partida ante la llegada del 5G”.

La principal debilidad que se señala en este estudio son las capacidades digitales de la población. La formación especializada para los trabajadores no se da de forma generalizada las empresas, de manera que muchos de sus empleados no tienen las competencias suficientes para desempeñar sus tareas en un entorno digitalizado

Este hecho puede hacernos pensar que la mayoría de empresas españolas no están lo suficientemente digitalizadas para hacer frente a una situación como la actual emergencia sanitaria, en la que métodos como el teletrabajo son imprescindibles para la continuidad de los negocios y también una demanda cada vez más común de los empleados. 

En otros países de Europa, como Dinamarca o Noruega, el trabajo en remoto es una opción mucho más asentada porque la inversión en tecnología de estos países ha sido tradicionalmente muy superior. Pero su ejemplo ha servido para comprobar que el teletrabajo puede ser mucho más eficiente y que, en general, proporciona una mayor satisfacción en los trabajadores

¿Cómo se adaptan las empresas al teletrabajo?

La emergencia ha empujado a las empresas hacia una transición a la digitalización. En el caso de Santander, desde que empezó el confinamiento, la relación de los clientes con el banco se ha adaptado a la nueva situación. Los accesos por canales digitales han experimentado un fuerte crecimiento que supera ampliamente el 200% en el caso de la app móvil y la web del banco, al tiempo que desciende la afluencia en las oficinas.

La importante inversión realizada por Santander en los últimos años ha permitido al banco afrontar esta crisis con una plataforma tecnológica de última generación y una web y app móvil recientemente renovadas bajo los más altos estándares de seguridad y usabilidad. Estos canales ofrecen la práctica totalidad de los productos y servicios que cualquier cliente podría encontrar en su oficina.

Muchas empresas han tenido que tomar medidas rápidamente para dotar a sus empleados de los equipos y protocolos necesarios para poder seguir trabajando normalmente desde sus hogares. Las recomendaciones en estos casos son que los equipos utilizados (ordenadores y teléfonos mayoritariamente) deben contar con protección y estar acondicionados para las labores que se van a desempeñar. También deben establecerse canales de comunicación específicos y unos objetivos en base a los que los empleados puedan organizar su nueva jornada laboral. 

Banco Santander, que desde hace tiempo impulsa iniciativas de flexibilidad laboral, ha logrado que más de 100.000 empleados en todo el mundo se encuentren trabajando en remoto. En España, 25.000 empleados del banco teletrabajan desde el inicio del confinamiento y, otros países como Reino Unido o Estados Unidos, superan ya los 5.000 trabajadores que lo hacen a medida que se endurecen las medidas para frenar el coronavirus.

Consejos para teletrabajar

Empezar a trabajar desde casa ha hecho que muchas personas tengan que improvisar una ‘oficina’ y aprender rápidamente a gestionar el tiempo para ser productivos durante el día. Te damos algunos consejos para aprovechar la flexibilidad y autonomía que te proporciona el trabajar en remoto. 

1. Busca un lugar específico donde trabajar y evitar lugares como la cama o el sofá, ya que normalmente los asociamos al tiempo libre. Intenta que tu nuevo espacio de trabajo sea tranquilo, con buena iluminación y un asiento que te permita una buena postura. 

2. Establece una rutinadel mismo modo que harías si tuvieras que ir a trabajar a la oficina. Esto puede ayudarte a no perder de vista los horarios y a ser más ordenado a la hora de realizar las tareas del día. 

3. El teletrabajo es una oportunidad perfecta para ser más autónomo y hacer un mejor uso de tu tiempo

4. Aunque ya no estés en la oficina, mantener el contacto con los compañeros es fundamental para que la comunicación fluya y los proyectos salgan adelante de la mejor manera posible. 

5. Para trabajar de forma segura, ya sea con tu equipo o con el que te haya proporcionado la empresa, ten en cuenta las recomendaciones de ciberseguridad más habituales, como la protección de las contraseñas o la privacidad en los sitios web que visites

6. La flexibilidad del teletrabajo juega a favor de la conciliación laboral, al permitirnos pasar más tiempo en casa. Aunque, estos días, las familias con hijos que se encuentren trabajando en remoto tendrán que aprender a coordinar horarios para no desatender ni el trabajo ni a los más pequeños de la casa. 





La emergencia sanitaria provocada por el coronavirus hará que muchas empresas se replanteen en el futuro métodos como el teletrabajo. Aunque de manera forzada, esta situación está poniendo a prueba la capacidad de las empresas para continuar su actividad aprovechando las posibilidades y facilidades que ofrece la digitalización.