Duro Felguera se encuentra en un punto crítico. La banca se niega a conceder más avales para que pueda presentarse a nuevos proyectos, lo que bloquea sus opciones de ganar concursos. Así que la última propuesta del equipo que capitanea Acacio Rodríguez pasa por pedir a los grandes bancos que capitalicen la deuda de 85 millones de euros que la ingeniería asturiana tiene con ellos.

La respuesta de la gran banca no ha llegado todavía ya que Santander, Caixabank, Sabadell, Bankia y BBVA no terminan de ponerse de acuerdo en cuál sería la mejor solución. Así que ante esta situación el grupo asturiano, tal y como han publicado diversos medios, trata de encontrar un ‘caballero blanco’ que salga al rescate e inyecte capital en el grupo.

Unos acontecimientos que sigue de cerca también Blas Herrero, quien sigue pensando en salir al rescate de Duro Felguera si la compañía no es capaz de llegar a un acuerdo con los bancos. Eso sí, no lo hará a cualquier precio. El empresario asturiano -según fuentes cercanas- reclama a los gestores una auditoría independiente de todos los proyectos que hay en marcha. ¿El motivo? Teme que puedan aparecer agujeros que no estén contemplados en las cuentas presentadas al mercado.

Las auditoras favoritas

El equipo que trabaja junto al propietario del grupo Radio Blanca duda de lo que puede haber detrás de obras como las que se llevan a cabo en Dubai, Argelia, Costa Rica y en algún otro país latinoamericano. Un ‘desfase’ que podría estar cerca de los 200 millones de euros. Es por ello que ha reclamado que una empresa especializada e independiente, se ocupe de analizar plazos y cumplimientos de cada proyecto. Hablamos de compañías como Worley o Mott Macdonald.

Otra de las preocupaciones está en Venezuela. No hay que olvidar que Duro Felguera está involucrada en una investigación de la Audiencia Nacional sobre presuntos sobornos a funcionarios del chavismo y que podría tener responsabilidades que asumir.

También existen dudas en el grupo que lidera Herrero sobre qué ocurrirá con Hacienda. Al parecer, hay actas de inspección en España y Chile por un importe cercano a los 200 millones de euros y que habrá que afrontar en los próximos ejercicios. 

Tener todos esos datos sería fundamental para que Herrero diera del paso de hacerse con el grupo asturiano, pero no sería suficiente. La hoja de ruta planificada por su equipo pasa por hacer reducir a cero el capital para después capitalizar la deuda y llevar a cabo una ampliación de capital en la que él, junto a otro grupo de inversores, inyectarían el dinero suficiente para que Duro Felguera pueda volver a contratar proyectos.

Herrero cuenta con el apoyo de otros empresarios asturianos para salir al rescate de Duro Felguera, aunque desde su entorno reclaman también el respaldo de otras instituciones como el Principado de Asturias.

Los accionistas

No es la primera vez que el empresario intenta entrar en Duro Felguera. Ya estudió la posibilidad durante 2018, en el momento más crítico del grupo y que terminó con una ampliación de capital de 125 millones de euros y una quita de la deuda financiera. Un proceso por el que entraron en el capital los Fernández Gor, propietarios de Mayoral, la familia Urquijo y también TSK, la otra gran ingeniería que hay en Asturias y que lidera Sabino García Vallina o el grupo qatarí Acec.

En aquel entonces el entorno de Blas Herrero calificó de insuficiente la ampliación de capital, y se negó a entrar en la compañía. Ahora, un año y medio después, vuelve a medir sus fuerzas aunque, por ahora, no existe ningún acuerdo con los gestores ya que -según explican fuentes conocedoras- las opciones del consejo de administración pasan por alcanzar un acuerdo con los bancos o encontrar un caballero blanco.

Por el momento la compañía intenta dar pasos adelante para ganar tiempo. Ha vendido buena parte de sus filiales, se ha deshecho de su sede en Madrid (y ha trasladado a Asturias a su plantilla), ahora también ha pasado a ocupar en régimen de alquiler su sede en Gijón. También ha logrado la victoria en algunos arbitrajes como el que mantenía en Australia con Samsung y que le ha reportado más de 100 millones de euros. Sin embargo, todo eso no es suficiente para garantizar la viabilidad de la compañía.

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