Ya no vale con parar a repostar. Las compañías energéticas trabajan para que el cliente pase más tiempo en sus estaciones, se tomé un café, haga la compra del día o se conecte con su ordenador a trabajar. En busca de este objetivo, Cepsa acaba de dar un paso más y prepara una alianza con Tim Hortons para abrir las puertas de estas cafeterías canadienses en sus gasolineras.

En concreto, y según ha podido saber este periódico, se trata de un proyecto piloto que tendrá su fecha de inicio a finales de este mes. Así, Tim Hortons abrirá uno de sus locales en la estación que Cepsa tiene en Campo de las Naciones, en Madrid, al lado de la M-40.

Pero no será la única. Fuentes conocedoras del acuerdo confirman que habrá otro establecimiento más en Madrid en los próximos meses, con una ubicación todavía por definir.

A partir de estos dos locales, la energética decidirá si sigue para adelante con el proyecto y si continúa levantando la persiana a estas cafeterías en sus estaciones. Con más de 1.700 gasolineras entre España y Portugal, Cepsa tiene un nicho por explotar con el formato cafetería; con los supermercados, se lanzó ya con Carrefour Express, que suman cerca de 400 en sus estaciones.

A por su gran competidor

La apuesta de Cepsa por las cafeterías llega casi dos años después de que Repsol, su gran competidor, firmara con quien a la vez es el gran competidor de Tim Hortons, Starbucks.

En ese sentido, la energética que dirige Josu Jon Imaz anunció en enero del año pasado su alianza con las cafeterías estadounidenses, contando en la actualidad con cerca de medio centenar en sus estaciones. Según los cálculos de Repsol, esta alianza les permite vender de media más de 16.000 cafés al día.

Al igual que Cepsa, Repsol tiene en vigor su acuerdo con El Corte Inglés para tener en su red de estaciones de servicios supermercados de Supercor Stop&Go, y pretenden abrir más de 1.000 locales hasta 2021.

Frente a las automáticas

El concepto de estación de servicio como lugar donde poder comprar algo más que combustible contrasta con el auge de las gasolineras automáticas, que soportan menores costes y requieren menos espacio físico para ser instaladas.

En este sentido, las compañías tradicionales están tratando de aprovechar esta diferenciación para atraer a sus estaciones a más clientes que, a su vez, gasten más dinero. La apuesta está clara.

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