La fecha marcada en rojo en el calendario es el 31 de diciembre, último día autorizado para enviar el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) a Bruselas, pero la convocatoria de elecciones ha trastocado los planes y los tiempos.

En estos meses, desde que en febrero mandara el borrador, el ministerio que preside Teresa Ribera ha sometido el texto a consulta pública, recibiendo alegaciones por parte de empresas, asociaciones y ciudadanos. Además, ya en junio recibió las recomendaciones de la Comisión Europea, que le felicitó por la orientación general del plan, pero pidió más concreción en algunos aspectos como la trayectoria de la instalación de renovables o más información sobre el cierre nuclear. 

Peticiones que, según las fuentes consultadas por este periódico, están resueltas en el nuevo texto, que está a punto de ser terminado. El propio secretario de Estado de Energía, José Domínguez Abascal, comentó a finales del mes pasado que "en los próximos días" se daría a conocer una nueva versión del plan.

Este mismo martes, durante el VI Foro Solar de Unión Española Fotovoltaica (UNEF), la ministra Ribera confirmaba este extremo: "Estamos ultimando la nueva versión del PNIEC, que queremos dar a conocer antes de fin de año", apuntaba, señalando que incorporarán las recomendaciones "sensatas" de la Comisión y que su intención es "ir un poco más allá".

Así, las fuentes consultadas no descartan que el ministerio esté pisando el acelerador para poder presentar el plan definitivo antes del 10 de noviembre, con la vista puesta en las elecciones y en el rédito electoral que podrían obtener de ello. El plan 'verde', no en vano, ha sido durante toda la legislatura una de las grandes apuestas del Gobierno de Sánchez: fue el propio presidente quien presentó el paquete energético del ministerio el pasado febrero, antes de mandarlo a Bruselas.

¿Y si se retrasara su publicación y, entre tanto, saliera otro Gobierno de las urnas? Tal y como reconocen fuentes del sector, sería complicado para un nuevo Ejecutivo dar marcha atrás al plan de Ribera, una vez enviado el borrador a la Comisión y recibidas sus recomendaciones, en tan poco tiempo. 

El único que aprueba

España no está sola en esta carrera. El resto de los Estados miembros también deben enviar su texto definitivo antes del 31 de diciembre. En base a los borradores de los 28, el plan español fue el único que recibió el aprobado en mayo de la European Climate Foundation.

No obstante, los expertos de Ecologic Institute and Climact, que elaboraron el informe, también encontraron defectos en el borrador español. Entre otros, que el plan fue presentado con retraso (de más de dos meses), que las consultas no se celebraron con suficiente antelación para ser tenidas en cuenta, y que se echan de menos algunos puntos importantes como el de la cooperación regional para lograr los objetivos. 

Entre los detalles del PNIEC español, destacan que, para 2030, se prevé un 42% de renovables sobre el uso final de la energía y un 74% de energía renovable en la generación eléctrica, así como un 39,6% de mejora de la eficiencia energética.

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