Dia ha presentado este lunes los resultados correspondientes al primer semestre del año. La compañía ha reflejado pérdidas durante la primera mitad del año y una facturación inferior a la alcanzada en el mismo periodo del ejercicio anterior.

En concreto, la cadena de supermercados ha elevado sus pérdidas hasta los 418 millones de euros, desde los 29,6 del año anterior y su facturación ha caído un 7% con respecto al mismo semestre de 2018. Las ventas netas de Dia se han situado en los 3.444,5 millones de euros, frente a los 3.701,8 millones de 2018.

El beneficio de Día en el segundo trimestre de los últimos años Europa Press

La compañía achaca los malos resultados a varios motivos, entre ellos el ERE llevado a cabo en España, así como otros recortes de plantilla en Brasil. Dia reconoce niveles "muy elevados" de falta de stock en las tiendas del grupo y un traspaso de más de 200 franquicias a tiendas propias.

De la misma forma, Dia ha llevado a cabo "un  plan de optimización del surtido comercial para lograr una reducción significativa del número de referencias a fin de eliminar la complejidad y mejorar las operaciones".

El CEO de la compañía, Karl-Heinz Holland, ha señalado que "la nueva dirección es plenamente consciente de la exigente situación. El equipo tiene los conocimientos y la experiencia para poner el negocio de nuevo en marcha y continuar tomando las medidas necesarias para situar a la compañía en una posición de fuerza y lograr el éxito a largo plazo. Todos los días habrá mejoras y cambios, lo que llevará algún tiempo".

Mejorar las ventas

Según ha indicado Dia, la nueva dirección, encabezada por Heinz Holland, tiene la intención de mejorar las ventas a través de "diferentes iniciativas". "La prioridad inmediata ha sido normalizar la relación con los proveedores, eliminar las faltas de stock y abastecer completamente las tiendas y almacenes, con el fin de estar preparados para dar un servicio completo a los clientes y volver a la normalidad lo antes posible", explica la compañía.

Por otra parte, los mayores impactos en el EBITDA Ajustado, que suman 88,8 millones de euros, se refieren a los esfuerzos de liquidación de existencias y a las amortizaciones de cuentas por cobrar. El resultado inmediato de estas actuaciones es un balance más fuerte y saludable.

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