La crisis de Bankia' fue un "accidente fortuito". Esta es la tesis que el abogado de Rodrigo Rato ha defendido este miércoles ante la juez Ángela Murillo. El letrado del expresidente del banco ha explicado que la tesis central de su defensa es que "todo se hizo razonablemente bien y con la mejor intención".

En su exposición de conclusiones definitivas, el letrado que representa al expresidente de Bankia en el juicio que investiga irregularidades en la salida a Bolsa de la entidad en julio de 2011, ha criticado que las acusaciones tengan una "irresistible tendencia a buscar un culpable y decir que no existe el caso fortuito".

"Hubo una sucesión de hechos imprevisibles para todos aquellos que estaban inmersos en la situación. Este tipo de accidente se ha negado por las acusaciones", ha reprochado Ayala ante la sección cuarta de la sala de lo Penal.

El letrado ha indicado que siempre se tiende a buscar a un responsable al que culpar. En su opinión, "no existen hechos constitutivos de delito y hay ausencia de culpabilidad"

Su intervención se ha producido después de que las acusaciones concluyeran su exposición en la sala antes de que el juicio quedara visto para sentencia.

Coste para el trabajador

El impulsor de este caso, el abogado de la Confederación Intersindical de Crédito (CIC) Andrés Herzog, que ejerce la acusación popular, ha recordado que el rescate de la entidad ha costado 1.000 euros a cada uno de los aproximadamente 22 millones de trabajadores que componen la población activa en España.



El letrado ha iniciado su intervención denunciando cierto "hostigamiento", en relación con la pretensión de las defensas que han pedido que las acusaciones se hagan cargo de las costas del juicio, frente a lo que ha defendido que recaigan en los acusados.



Posteriormente ha recordado los términos del rescate de Bankia, que recibió cerca de 23.000 millones de euros de fondos públicos entre la ayuda directa y el préstamo del Frob, un rescate que los gestores de la entidad han atribuido al contexto económico de los años 2011 y 2012.



El problema, ha indicado Herzog, es que no se sostiene que esa crisis financiera sin precedentes afectara sólo a BFA-Bankia, única entidad que tuvo que reformular sus cuentas pasando de 300 millones de euros de beneficio a cerca de 3.000 millones de pérdidas.

Cuentas falsas

La clave reside en las cuentas del ejercicio 2011, las que se usaron para la salida a Bolsa, formuladas en marzo de 2012 y más tarde reformuladas, que "eran falsas", como demostraron durante el juicio los peritos judiciales.



Al ser las cuentas falsas, el folleto de la salida a Bolsa, que tuvo lugar en julio de 2011, era "inveraz, porque así eran las cuentas que figuraban en el mismo", ha señalado Herzog, a lo que se añaden las cuentas proforma presentadas a la CNMV "con datos erróneos, que en vez de ayudar a los inversores sirvieron a lo contrario".



Como prueba de ello ha citado unas provisiones de algo más de 6.000 millones de euros "que los peritos han verificado", concluyendo que "no había tales provisiones", sino algo más de 100 millones.

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