A perro flaco todo son pulgas. Cuando parecía que OHL empezaba a sacar la cabeza del agua al reducir sus números rojos a sólo 15 millones en el semestre, llega Deloitte para recordarle que en cualquier momento puede hundirse. A la auditora le preocupa, seriamente, la evolución que pueda tener la liquidez de la constructora a futuro.

¿Y por qué? Pues porque en el último año el dinero disponible de la constructora ha caído un 38%. Pasa de 1.326 millones de euros en junio de 2018 a 823 millones de euros, según los últimos datos. Una reducción que se debe a “las necesidades de fondos de determinados proyectos deficitarios”.

Esa situación, según se puede leer en el párrafo de énfasis de la auditoría de OHL, puede llegar a ser preocupante para la constructora. Las necesidades de seguir inyectando dinero a algunas de las obras “continuará en el medio plazo”, tal y como reconoce la propia constructora en la memoria. Sin embargo, el equipo que capitanea Fernández Gallar se muestra confiado en que el cumplimiento del plan de negocio servirá para poder cumplir con las necesidades de la compañía.

Se trata de un plan que contempla una mejora de la rentabilidad de los proyectos, una mayor contratación y optimización de la gestión del circulante del Grupo, así como una mejora de las posiciones financieras cobrando deudas y desinvirtiendo en activos no estratégicos. Sin embargo, para Deloitte, cualquier desviación en ese plan “podría afectar significativamente a la capacidad del grupo para hacer frente a sus obligaciones financieras futuras”.

Incertidumbre material

Es decir, que existe una “incertidumbre material” que "puede generar dudas significativas” sobre la capacidad de OHL para mantenerse a flote. Un duro golpe para una compañía que lleva meses inmersa en dar la vuelta a los resultados. De hecho, las pérdidas pasaron de 843 millones hace un año a poco más de 15 millones a cierre de junio de este año.

Pero la liquidez no es la única incertidumbre que preocupa a Deloitte. También está, por ejemplo, la situación de las ventas. Siguen cayendo. En concreto, un 5,5% a junio hasta los 1.361 millones de euros.

También le preocupa al auditor que el Grupo Villar Mir no cumpla con sus compromisos adquiridos con OHL. En concreto, los referidos a los préstamos realizados por la constructora a su mayor accionista, y cuyo vencimiento se extendió hasta el año 2020. En total, 123 millones de euros cuyo pago va ligado al “cumplimiento de un plan de desinversiones del deudor”.

Pese a las advertencias de Deloitte, la constructora se guarda varios ases en la manga. Según aparece en sus resultados, es finalista en varios contratos por valor de 800 millones de euros. Finalista, sin embargo, no significa vencedor, por lo que estamos ante una hipótesis que Fernández Gallar no ha materializado por el momento. 

El consejero delegado de OHL ha venido hasta ahora trabajando con una gestión meramente financiera del grupo: viene muy marcada por la venta de la filial de concesiones hecha antes de su llegada, reducción del tamaño de la compañía, mejora de la gestión de los flujos de caja, etc.

Además, ahora cuenta con la esperanza de cobrar cobrar 204 millones de euros procedentes de la reclamación a la Comunidad de Madrid por el tren a Navalcarnero. Un dinero que todavía no se sabe cuándo llegará a manos de OHL. 

Venta de Canalejas

Sea como sea, y en caso de que OHL tenga algún problema de liquidez, Fernández Gallar siempre puede optar por tirar de la joya de la corona: vender su participación en el complejo Canalejas. Se trata, junto al Old War Office de Londres, de una de las dos grandes 'coronas' que le quedan a OHL.

En estos momentos la constructora de Juan Villar-Mir ostenta el 50% de Canalejas, uno de los mayores proyectos urbanísticos de Madrid en este momento. El 50% restante está en manos del fundador de Poker Stars, Mark Scheinberg, que compró su participación en abril de 2017 por 225 millones de euros.

Resulta más que probable que, en caso de apuros económicos OHL decida tirar de esa ‘joya’, sobre todo ahora que el proyecto está a punto de despegar. Se espera que pueda ‘estrenarse’ a principios de año, tras una inversión que asciende ya a cerca de 600 millones de euros.

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