El grupo de ingeniería y energía ha comunicado hoy en un hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el cierre de la operación, tras anunciar un acuerdo en noviembre y comunicar esta semana que ya se habían conseguido todos los permisos y condiciones necesarias para culminar la compraventa, entre ellos el visto bueno de los organismos reguladores y de los acreedores de la sociedad.

De la cantidad total de la venta, 510 millones de dólares (unos 415 millones de euros), Abengoa los destinará a la devolución de créditos suscritos en el marco del plan de refinanciación de la compañía, que eludió el concurso de acreedores tras llegar a un acuerdo con los bancos acreedores.

Tras la venta, Abengoa, que tenía un 41,5 % del capital de Atlantica Yield, se queda con un 16,5 % sobre el que Algonquin tiene una opción de compra, sujeta a la autorización del Departamento de Energía de Estados Unidos, a ejecutar antes del 31 de marzo, pero si no lo hiciera el grupo de ingeniería y energía venderá ese porcentaje a otros inversores interesados.

La venta del 25 % de Atlantica Yield a la compañía de energía canadiense supone también el nacimiento de una sociedad para el desarrollo internacional y la construcción de infraestructuras de energía y agua, Abengoa-Algonquin Global Energy Solutions (AAGES), que ya ha presentado su primera oferta para desarrollar una línea de transmisión en Perú, informó el grupo de ingeniería en la presentación de sus resultados de 2017.

Atlantica Yield tuvo unas pérdidas en 2017 de 111,8 millones de dólares (unos 91 millones de euros) por la reforma fiscal en Estados Unidos, muy por encima de los 4,8 millones de dólares (unos 4 millones de euros) que perdió en 2016, aunque incrementó en un 2 % su beneficio bruto de explotación (ebitda) y mejoró sus ingresos un 4 % con respecto al año anterior. EFECOM

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