Tres años le va a costar a Carlos Slim ganar dinero en FCC, desde que en 2015 desembarcara en el grupo constructor para rescatar a Esther Koplowitz de una grave situación financiera.

Si no hay más contratiempos y el grupo logra beneficios en 2017 (ya ganaba 21 millones hasta marzo), dentro de un año la junta de accionistas de la constructora, controlada por el empresario azteca al 61%, podrá acordar repartir dividendo a cuenta del presente ejercicio. También se verían beneficiadas la empresaria -hija del fundador de FCC- y sus hijas, quienes, aunque pignorado por el propio Slim, ostentan un 20% del capital de FCC a través de de dos sociedades.

Primer dividendo después de 6 años

Será el primer dividendo después de 6 años. La última vez que los accionistas del grupo constructor fueron retribuidos fue en julio de 2012 cuando recibieron un bruto de 0,65 euros por acción, quedándose con un neto de 0,5135 euros, tras haber obtenido 108 millones de beneficio en 2011.

Ahora, las trabas de las entidades financieras han quedado superadas con el trasvase de 1.350 millones de la matriz a Aqualia, la filial de agua. De esta manera, la ratio de deuda financiera quedará muy por debajo de ese límite de 4 veces el ebitda.

Al cierre de 2014, cuando el empresario azteca se convirtió en accionista de referencia al cubrir una ampliación de capital de 1.000 millones, FCC cerraba el ejercicio con algo más de 5.000 millones de deuda financiera neta y un ebitda de 800 millones, quedando una ratio de 6,2 veces, muy por encima de ese tope de 4 veces impuesto por las entidades financieras para permitir el reparto de dividendos. La otra condición, que el ebitda superara los 750 millones ya se había cumplido en 2016.

Tipos reducidos, del 4% al 1,4%

El enjuague financiero se ha llevado a cabo mediante dos emisiones de bonos de Aqualia. Una, por 700 millones, remunerada al 1,413% y vencimiento en 2022, y otra por 650 millones de euros, que vence en 2027 y con una remuneración anual del 2,629%. De esta manera, la filial de agua que solo contaba, hasta marzo de 2017, con una deuda neta de 242 millones de euros, la verá elevada ahora hasta casi 1.600 millones. Tipos de interés muy por debajo del 4% que FCC venía soportando y que le ocasionaba asumir gastos financieros de entre 100 y 150 millones anuales.

Con esta emisión queda definitivamente cerrado el acuerdo de refinanciación del préstamo sindicado, con un saldo vivo de 3.300 millones de euros (sobre un total de 3.860), que FCC alcanzaba con sus bancos acreedores el pasado mes de marzo.

Destino de los 1.350 millones

Una vez ingresados estos 1.350 millones de euros de las dos emisiones de Aqualia, lo primero que hará FCC será cancelar un crédito intragrupo entre la constructora y su filial de agua por 400 millones.

El resto se empleará para amortizar la deuda con el sindicato de bancos liderado por BBVA. En concreto, el 29% (392 millones) se destinará a cancelar deuda de la matriz, otros 500 millones (equivalente al 37% del dinero captado por Aqualia) se canalizará a través de un dividendo extraordinario a FCC y los restantes 58 millones serán préstamos a la matriz.

Aqualia es el negocio más boyante de FCC. En 2016 alcanzó un volumen de negocio de 1.000 millones de euros y un ebitda de 228 millones en 2016. La emisión de bonos va acompañada de la presentación de un plan estratégico hasta 2021 en el que se prevé un crecimiento de la cifra de negocio del 2,5% y una reducción del apalancamiento al limitar las inversiones y el reparto de dividendo.

 

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