A dos meses de que el Popular tenga que afrontar el pago de una emisión de bonos convertibles en acciones, y de que estos rocen una caída en su rentabilidad, la agencia de calificación Fitch ha vuelto a modificar el rating de la entidad presidida por Emilio Saracho. Y lo hace solo tres meses después de la última revisión para ahondar todavía más en el bono basura.

En febrero rebajaba la calificación a B+y ahora la pone en B. Y, lo que es peor, con perspectiva negativa. Asimismo, la agencia ha rebajado en un escalón las calificaciones de la deuda subordinada y participaciones preferentes hasta B- y CC, desde B y CCC, respectivamente.

Fitch justifica estos recortes en que las pérdidas anunciadas por el banco en 2016, de casi 3.500 millones, fueron peores de lo esperado, y en el reconocimiento de la existencia de importantes activos problemáticos adicionales, que se han deteriorado significativamente, dejando sólo un modesto margen para absorber pérdidas inesperadas.