Abengoa, que ha estado a punto de convertirse en la mayor quiebra empresarial en la historia de España, disparó sus pérdidas en los nueve primeros meses del año hasta 5.413 millones de euros, frente a los 'números rojos' de 193,9 millones de euros del mismo periodo del ejercicio pasado, debido al reconocimiento de pérdidas derivadas del deterioro de determinados activos y a la ralentización generalizada del negocio, informó la compañía.



Se trata de las pérdidas más altas registradas por una compañía española desde el saneamiento de Bankia en 2012, que perdió cerca de 20.000 millones de euros después de ser nacionalizada por el Estado. Se sitúa en línea con las de Telefónica en 2002, cuando la operadora provisionó sus inversiones en licencias UMTS y los activos de su filial de Internet Terra. También supera a otro capítulo negro de la empresa española: los 2.417 millones que perdió la inmobiliaria Martinsa-Fadesa en 2008, que luego acabaría quebrando.

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En concreto, el grupo de ingeniería y energías renovables, que el pasado mes de septiembre alcanzó un acuerdo de reestructuración financiera con sus acreedores que ha sido homologado el pasado 8 de noviembre por el juzgado, registró pérdidas contables por importe de 4.227 millones de euros por la menor valoración de los activos de bioenergía en Estados Unidos, Europa y Brasil, así como de líneas de transmisión en el país sudamericano y de las plantas de generación en México y las plantas solares en Chile.

La compañía señaló que la aplicación de las medidas establecidas en su plan viabilidad ha conllevado el reconocimiento durante el tercer trimestre de una serie de pérdidas adicionales, que está previsto que sean compensadas una vez que se registre el impacto positivo derivado de las quitas y de la ampliación de capital contempladas en el contrato de reestructuración, permitiendo así restablecer el equilibrio patrimonial de Abengoa, así como la dotación de la suficiente liquidez para iniciar las operaciones previstas en el plan de viabilidad revisado.

En bioenergía, el deterioro asciende a 1.976 millones relacionado con el menor valor de plantas de etanol de primera y segunda generación americanas, que se encuentran al amparo del denominado Chapter 11 (Ley de Quiebras) en Estados Unidos, con el impacto por la pérdida de control de la planta de Rotterdam tras el proceso de quiebra y liquidación, así como con la minusvalía registrada en las plantas de Brasil ante una eventual desinversión de las mismas.

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