Las claves
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La deuda pública española sigue creciendo mes tras mes... al menos en cifras brutas. En porcentaje de producto interior bruto (PIB), respecto al año pasado, los números rojos españoles han logrado un descenso que les ha permitido colocarse en el 103,4% del PIB en el segundo trimestre de 2025, 1,8 puntos menos. Pese a ello, España sigue siendo uno de los líderes europeos en deuda pública.
Concretamente, y según la información de Eurostat, España es el quinto país de la Unión Europea con más deuda pública.
De hecho, supera en más de 20 puntos la media comunitaria de deuda pública (que está en el 81,9% del PIB) y en más de 15 la de los países de la zona del euro (88,2% del PIB).
Nuestro país sólo es superado por históricos líderes en esta materia como Grecia (151,2% del PIB), Italia (138,2%), Francia (115,8%) y Bélgica (106,2%).
Con todo, aunque la deuda española ha mejorado en términos de PIB (gracias al desempeño económico del país), no es así en millones de euros. La deuda pública patria se ha elevado hasta los 1,69 millones, un 4% más que en el segundo trimestre de 2024.
Las previsiones apuntan que España no va a abandonar los niveles elevados de deuda en los próximos años, aunque va a descender paulatinamente. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuando acabe el presente año bajará al 100,4% y seguirá disminuyendo en relación con el PIB, situándose en el 98,7% del PIB en 2026, bajando así del umbral psicológico del 100% por primera vez desde 2019.
A más largo plazo, el FMI prevé ahora que la deuda pública española en relación con el PIB se situará en 2028 en el 95,5% y en el 94,1% en 2029 para bajar al 92,6% en 2030, lo que supondría el nivel más bajo desde 2012.
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) es menos optimista. Prevé que la deuda pública se quede en el 99,1% del PIB en 2029. Esto, sin embargo, supone un descenso de 2,7 puntos respecto a 2024.
No obstante, esta tendencia de reducción mostrará signos de agotamiento a medida que avanza la década. 2030 marcará un punto de inflexión en la evolución de la deuda, "con un retorno a la senda ascendente por el impacto del envejecimiento", indica la AIReF en uno de sus análisis.
Así, para 2050, a pesar de la menor presión demográfica, la trayectoria ascendente se mantiene por el incremento del gasto en intereses. En el largo plazo, la Autoridad proyecta en su escenario inercial una evolución desfavorable de la ratio que alcanzará el 181% del PIB en 2070.
