La amenaza de Donald Trump de adoptar represalias comerciales contra España por no querer elevar su gasto en Defensa hasta el 5% del PIB, ha despertado viejos fantasmas en el sector agroalimentario. Y es que no es la primera que esta industria acaba siendo víctima de un conflicto con Estados Unidos que poco tiene que ver con su actividad.
Durante el primer mandato de Trump en la Casa Blanca, el Gobierno de EEUU aplicó durante casi dos años aranceles del 25% a centenares de productos de varios países de la Unión Europea (UE), entre ellos España, como medida de represalia en el marco del conocido como caso 'Airbus Boeing'.
EEUU y la UE se acusaron mutuamente de otorgar ayudas ilegales a sus respectivos fabricantes de aviones, distorsionando la competencia en el sector. La Organización Mundial del Comercio (OMC) dio la razón a ambos y les autorizó a imponer sanciones a la otra parte.
Sobre esta base, Trump anunció en 2019 nuevos y variados aranceles que provocaron fuertes caídas en las exportaciones de determinados productos españoles a Estados Unidos, como aceite de oliva, quesos o vinos, que llegaron a alcanzar en algunos casos el 42%.
Tras la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, en junio de 2021, Estados Unidos y la Unión Europea acordaron suspender estos aranceles durante un periodo de cinco años. Es decir, si no hay acuerdo entre las partes, volverán a entrar en vigor en apenas un año.
Tras las palabras del presidente de EEUU del pasado miércoles en la cumbre de la OTAN, lo ocurrido en 2019 vuelve a la mente de muchos sectores, pese a que todavía se desconoce a qué productos y en qué grado afectarán las represalias con los que amenaza Trump, si es que se adoptan.
Por ello, en los sectores que ya sufrieron los efectos colaterales de una guerra comercial hace seis años conviven la cautela con la preocupación. Antes de especular con el impacto de posibles represalias comerciales, muchos prefieren esperar a conocer qué medidas se aplicarán.
Aceite
Para el aceite de oliva español, Estados Unidos es desde 2017 su segundo mejor cliente tras Italia, ya que representa aproximadamente el 15% de sus exportaciones. Por ello, cualquier traba que se imponga a su exportación tiene un importante efecto en sus ventas internacionales.
Los aranceles aplicados a este producto en el marco del caso 'Airbus - Boeing' fueron del 25%, un porcentaje superior al gravamen especial del 10% a los aviones exportados a Estados Unidos, que era supuestamente el motivo de enfrentamiento con la UE.
Esta medida afectó sólo a los aceites de oliva envasados, mientras que aquellos que entraban a granel esquivaron esta penalización. El problema es que los productos afectados fueron los aceites con marca España, que son los de mayor valor añadido y los que generan identificación con el país productor.
Tras su entrada en vigor, las exportaciones a Estados Unidos cayeron con fuerza y los aceites de oliva españoles vieron como otros grandes productores de países como Italia o Túnez aprovecharon el vacío dejado en los lineales de las grandes superficies norteamericanas.
Así lo reflejan las cifras. 2019 fue un año excepcionalmente bueno para el aceite español en EEUU con unas ventas récord de 146.289 toneladas, frente a las 102.006 toneladas de Italia, según datos del Departamento de Comercio de EEUU remitidos a este periódico desde el sector.
La foto cambió radicalmente en 2020. Los aranceles provocaron un desplome del 42% de las ventas de aceite de oliva en EEUU, hasta las 84.830 toneladas. El país se vio superado por Italia y Túnez, con 127.955 y 100.254 toneladas respectivamente.
Los aranceles se suspendieron provisionalmente en marzo de 2021 y en junio se acordó ampliar la suspensión hasta 2026. En pocos meses las ventas se recuperaron con fuerza, hasta alcanzar las 108.650 toneladas, un 28,1% más que en 2020. Además, en un año en el que EEUU importó un 9,31% menos de aceite de oliva en general.
En 2022 llegó la normalidad, con unas ventas de 170.383 toneladas, un 41,5% del total de las importaciones de Estados Unidos, 11 puntos porcentuales más que Italia. En 2023 y 2024, por culpa de la crisis de producción que vivió España, las ventas cayeron a unas 110.000 toneladas en 2023, para luego subir a 127.000 en 2024.
Quesos
En la lista de 113 productos agroalimentarios que se vieron afectados por el caso 'Airbus - Boeing' también había varios productos lácteos, como los quesos de oveja y algunas mezclas. Ya entonces, la Federación Nacional de Industrias Lácteas (FeNIL) denunció que los problemas comerciales que pudieran existir en el sector aeronáutico no deberían trasladarse al sector agroalimentario.
Según reflejan los datos de exportaciones a Estados Unidos, aquella imposición de aranceles de 2019 supuso una caída significativa de las ventas de quesos españoles en volumen (toneladas). En concreto, ese año registraron un descenso del 10%, que en 2020 se amplió hasta el 16,7%.
Tras suspender los aranceles, las empresas comenzaron a recuperarse y en 2024 lograron crecer un 14,8%. Sin embargo, los datos reflejan el sector quesero español no ha podido aún alcanzar los niveles de 2019.
En declaraciones a EL ESPAÑOL-Invertia, FeNIL destaca que, a todo lo anterior, se unen las decisiones unilaterales que está adoptando la actual Administración de Estados Unidos a nivel de comercio "y que, claramente, no benefician a nadie".
"De hecho, los consumidores norteamericanos son los principales afectados por este tipo de medidas unilaterales, ya que los quesos tradicionales españoles y europeos, como es el caso del Manchego, no se producen en EEUU", incide.
Por ello, la Federación confía en que se llegue a una solución negociada de todos estos conflictos comerciales con EEUU desde la Unión Europea, "ya que podrían tener un efecto distorsionador del mercado quesero español y de la UE".
Bebidas
En el caso del vino, los aranceles del 25% aplicados por la Administración Trump afectaron a aquellos envasados en botellas de menos de dos litros y con una graduación alcohólica por debajo de 14%. Es decir, el gravamen se centró sobre todo en vinos jóvenes y blancos como el albariño.
Según datos de la Federación Española del Vino (FEV), EEUU es el segundo mayor destino de exportación en general y el primero en el caso de los vinos espumosos, representando alrededor de un 13% de las ventas externas totales. En 2024 se exportaron 97 millones de litros por un valor de alrededor de 390 millones de euros.
Como explica a este periódico José Luis Benítez, director general de la FEV, este episodio tuvo un impacto limitado, gracias a que su duración no fue demasiado larga. Además, no hubo "gran pérdida ni de valor ni de volumen", pero sí de márgenes, porque muchas bodegas se vieron obligadas a absorber gran parte del 25%.
Respecto al momento actual, Benítez apunta que el actual arancel del 10% es "mucho más asumible" y, por el momento, se sigue vendiendo con cierta normalidad a Estados Unidos a la espera de ver qué ocurre a partir de las negociaciones que mantienen EEUU y la UE.
El director general de la FEV admite que hay que estar "tranquilo", pero no oculta su preocupación porque desde el 2 de abril ya se han producido dos anuncios de que se quieren poner más aranceles a la UE en general, y a España en particular.
Marqués de Atrio.
Marqués de Atrio logró esquivar los aranceles impuestos al vino en 2019, debido tanto a la graduación de sus productos como a que habían decidido montar estructura propia en EEUU sólo un año antes. "Nos pilló en un momento de lanzamiento de la distribución y de los distribuidores", explica Jorge Rivero, director comercial.
Sin embargo, admite que el actual arancel del 10% ha provocado que en el primer semestre del año se hayan ralentizado bastante las importaciones por la incertidumbre. Y añade que existe "mucho miedo" entre los distribuidores tras lo ocurrido en la OTAN.
Rivero espera que los políticos puedan "limar asperezas" porque más aranceles y más altos "no beneficia a nadie". La oficina americana ya está buscando otros mercados alternativos, como Canadá o México, pero la bodega ha invertido mucho en crecer en EEUU.
"Es una pena que por movimientos políticos se te caiga la estrategia", agrega el director comercial, que no descarta tener que trasladar su oficina de Miami a México si la situación empeora. "Para Rioja el mercado de EEUU son 10 millones de litros. ¿Dónde vas a meter eso? Es complicado", avisa..
"Lo que está en juego es mucho", incide Benítez, quien reclama a Bruselas y al Gobierno español que no paguen "justos por pecadores". "Es decir, si aquí el problema grave son los coches del acero y el aluminio, pues que se deje al margen al vino y al resto de los productos agroalimentarios", solicita.
Pero el vino no es la única bebida que España vende en Estados Unidos. Los espirituosos se juegan 250 millones en exportaciones. Y como señaló recientemente la patronal del sector, el problema "es que no hay alternativas para capear este temporal" si se fijan nuevos gravámenes.
"Si te ponen un arancel del 20%, te sacan del mercado. Y lo que nos preocupa es volver a entrar, porque es muy complejo", avisó Bosco Torremocha, director ejecutivo de Espirituosos España.
