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El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha presentado este viernes oficialmente su candidatura para la presidencia del Eurogrupo -el foro que reúne a los ministros de Economía de la eurozona y se encarga de coordinar las políticas económicas de los Estados miembros- pese a ser consciente de que sus posibilidades de victoria son casi nulas.

Cuerpo competirá con el actual presidente, el irlandés Paschal Donohoe, que parte como favorito absoluto para renovar el cargo puesto que cuenta con el apoyo de su familia política, el Partido Popular Europeo, que es mayoritario en el Eurogrupo y el resto de instituciones de la UE.

Cuerpo -que ha revelado que el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le animó a presentarse- ha mantenido la incógnita hasta el último minuto y ha enviado su candidatura a Bruselas justo antes de que finalizara el plazo, este viernes a las 12:00.

Además del ministro de Economía y de Donohoe, se ha presentado un tercer candidato a la presidencia del Eurogrupo, el lituano Rimantas Sadzius, que también es socialista y amenaza con dividir los escasos votos disponibles para Cuerpo. Sadzius es todo un veterano ya que ha sido ministro en tres periodos: entre 2007 y 2008, entre 2012 y 2016 y desde 2024 hasta la actualidad.

Cuerpo ha dado el paso en plena oleada de críticas contra España por su negativa a subir al 5% el gasto en Defensa, una cuestión que ha cobrado una importancia creciente también en las reuniones de ministros de Economía. El aspirante ha dicho que espera que los escándalos de corrupción no lastren su candidatura.

La votación está programada para la próxima reunión del Eurogrupo, que se celebra el 7 de julio en en Bruselas. El presidente se elige por mayoría simple de sus miembros, con lo que todos los países miembros tienen el mismo peso. El ganador necesitará por tanto al menos 11 votos.

De los 20 miembros del Eurogrupo, un total de 7 son del PPE: Irlanda, Bélgica, Luxemburgo, Letonia, Croacia, Grecia y Portugal. Además, otros dos países, Finlandia e Italia, tienen ministros adscritos a la derecha radical.

Cuerpo ha justificado su candidatura por la necesidad de "potenciar al máximo" el papel del Eurogrupo, que alcanzó su máximo protagonismo político durante la crisis de deuda de la eurozona al ser el órgano responsable de gestionar los rescates de Grecia, Portugal, Irlanda, España o Chipre. Pero desde entonces se ha visto relegado a un papel secundario, hasta caer prácticamente en la irrelevancia.

"Ese nuevo impulso permitiría avanzar en ámbitos determinantes para el crecimiento, el refuerzo del estado del bienestar y la integración entre los países de la eurozona", explican fuentes del ministerio de Economía.

En particular, las prioridades de Cuerpo en caso de ser elegido presidente del Eurogrupo son "el impulso de la competitividad, la profundización de la Unión de Ahorros e Inversiones para avanzar en el mercado único europeo y el refuerzo del papel internacional del euro, así como la estabilidad financiera y la responsabilidad fiscal".

"El ministro Cuerpo es firme defensor del proyecto común y está convencido de que el Eurogrupo puede y debe ser una palanca para impulsarlo", señalan las fuentes consultadas.

El favorito absoluto para revalidar el cargo es el irlandés Paschal Donohoe, que fue elegido en julio de 2020 -derrotando a Nadia Calviño- para un primer mandato de dos años y medio, y renovó el puesto sin ninguna oposición en 2022.

Donohoe no es que suscite un gran entusiasmo entre sus pares y sigue siendo un gran desconocido para el gran público, pero tampoco se ha granjeado enemigos durante su mandato y le cae simpático a casi todos los ministros.

En contraste, los únicos socialistas aparte de España en el Eurogrupo son Alemania (donde el SPD conserva la cartera de Finanzas en la gran coalición con Friedrich Merz), Malta y Lituania. La familia política no es el único criterio que decanta el voto, sino que también pesan otras afinidades como la posición geográfica (norte frente a sur).

Las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL-Invertia interpretan la candidatura de Cuerpo como un intento de ganarse un perfil político y personal propio en la escena europea, convertirse en un peso pesado cuyas opiniones sean tenidas en cuenta aunque esté en minoría y poder optar a otros altos cargos en el futuro.

En definitiva, seguir la estela de Luis de Guindos, que cayó derrotado frente al holandés Jeroen Dijsselbloem para la presidencia del Eurogrupo, pero luego fue elegido como presidente del Banco Central Europeo (BCE). O de la propia Calviño, que ahora es presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Aunque sólo lleva un año y medio en el cargo, el ministro de Economía español no es en absoluto un desconocido en Bruselas y conoce al dedillo la compleja maquinaria comunitaria.

En su anterior cargo de Secretario General del Tesoro, Cuerpo fue uno de los arquitectos de la reforma de las reglas de disciplina fiscal durante la presidencia española de la UE.

Además, el ministro de Economía ha asumido un papel de activismo en el Eurogrupo y el Ecofin, presentando diversas iniciativas para hacer avanzar los debates.

Suya es la propuesta del Laboratorio Europeo de Competitividad, al que se han sumado Alemania, Francia, Italia, Polonia, Luxemburgo y Países Bajos, una especie de avanzadilla para experimentar proyectos innovadores en materia de integración económica, a los que luego puedan sumarse el resto de países si resultan exitosos.

Cuerpo ha promovido además una carta conjunta con Alemania, Francia, Italia y Países Bajos -las potencias de la eurozona- en la que aboga por dar este nuevo impulso al Eurogrupo, aunque los firmantes aseguran que el hecho de que la hayan suscrito no significa que apoyen la candidatura de España.