Bruselas

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha confirmado este miércoles que volverá a subir los tipos de interés 0,50 puntos en la próxima reunión del 16 de marzo, hasta situarlos en el 3,5%, con el fin de combatir la elevada inflación en la eurozona. Lagarde ha avisado de que el crecimiento seguirá siendo débil a corto plazo pese al aumento de la cofianza y la caída de los precios de la energía.

"En vista de las presiones inflacionarias subyacentes, tenemos la intención de aumentar los tipos de interés en otros 50 puntos básicos en nuestra próxima reunión en marzo, y luego evaluaremos la trayectoria posterior de nuestra política monetaria", ha dicho Lagarde en un discurso ante el pleno de la Eurocámara en Estrasburgo.

"Mantener los tipos de interés en niveles restrictivos reducirá con el tiempo la inflación al frenar la demanda y también protegerá contra el riesgo de un aumento persistente en las expectativas de inflación. Nuestras futuras decisiones sobre tipos seguirán dependiendo de los datos y seguirán un enfoque de reunión por reunión", apunta la presidenta.

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La intervención de Lagarde en la Eurocámara ha sido mucho menos contundente que su rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno del 2 de febrero. Mientras que en aquel momento dio por seguro que habría nuevas subidas de tipos más allá de marzo, ahora la presidenta del BCE ha eludido cualquier compromiso en ese sentido.

Lagarde ha destacado que el crecimiento de la eurozona se desaceleró en el cuarto trimestre de 2022, aunque el resultado fue mejor de lo esperado. El PIB esquivó una contracción, aunque apenas avanzó un 0,1%. El impacto de la guerra en Ucrania se vio parcialmente amortiguado por la mejora de las cadenas de suministro y las ayudas energéticas de los Gobiernos.

No obstante, la presidenta ha avisado de que a corto plazo las perspectivas no son buenas. "Si bien la confianza está aumentando y los precios de la energía han caído, esperamos que la actividad se mantenga débil a corto plazo", ha dicho.

Según la estimación preliminar de Eurostat, la inflación fue del 8,5% en enero, siete décimas menos que en diciembre. Una disminución que según Lagarde se explica por "una fuerte caída de los precios de la energía".

"En general, las presiones sobre los precios siguen siendo fuertes y la inflación subyacente sigue siendo alta; si se excluyen la energía y los alimentos, se mantuvo en el 5,2 % en enero", ha destacado la presidenta del BCE.

Lagarde apunta que "los riesgos para las perspectivas de crecimiento ahora están más equilibrados que en diciembre". La guerra de Rusia contra Ucrania sigue siendo un riesgo significativo a la baja, pero una resolución más rápida de la crisis energética impulsaría el crecimiento. "Los riesgos para las perspectivas de inflación también se han vuelto más equilibrados, especialmente a corto plazo", ha admitido la presidenta.