Bruselas

El comisario de Asuntos Económicos, el socialdemócrata italiano Paolo Gentiloni, defiende crear un nuevo fondo europeo anticrisis para afrontar la actual crisis energética. Un fondo que se financiaría con la emisión de deuda conjunta europea y que concedería créditos blandos a los Estados miembros más golpeados por la escalada de precios. El modelo en el que piensa Gentiloni es el instrumento SURE de 100.000 millones de euros que se creó durante la pandemia para financiar los ERTE.

A juicio de Gentiloni, esta iniciativa es imprescindible para evitar una fragmentación del mercado único, dado que los países altamente endeudados (como Italia, España o también Francia) no disponen de la misma potencia de fuego que Alemania, que acaba de anunciar un plan de 200.000 millones de euros para salir al rescate de sus empresas.

El comisario de Asuntos Económicos apuesta por el modelo de créditos blandos sabedor de que Berlín y los 'frugales' nórdicos nunca aceptarán ampliar el fondo Next Generation, que se basa mayoritariamente en subvenciones a fondo perdido.

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"Si queremos evitar la fragmentación, si queremos afrontar esta crisis, creo que necesitamos un mayor nivel de solidaridad y necesitamos poner en marcha instrumentos adicionales comunes", ha dicho Gentiloni este martes durante la reunión del Ecofin celebrada en Luxemburgo.

"Por ejemplo, lo que hicimos con este mecanismo SURE durante la pandemia fue una propuesta interesante. Se basa en créditos y creo que podría ser realista. Nuestro objetivo es aumentar la solidaridad y evitar el riesgo de fragmentación, y no criticar a tal o cual Estado miembro", asegura el comisario de Asuntos Económicos en referencia a Alemania.

El ministro alemán de Finanzas, Christian Lindner, conversa con su homólogo francés, Bruno Le Maire, durante el Ecofin de este martes UE

Con esta propuesta, Gentiloni se alinea con las posiciones de Francia, Italia y España, que llevan meses reclamando un nuevo fondo europeo para hacer frente al impacto de la crisis energética y la guerra en Ucrania. Sin embargo, sus ideas no cuentan con apoyo suficiente ni siquiera dentro de la propia Comisión de Ursula von der Leyen. Su colega francés, Thierry Breton, responsable de Mercado Interior, es el único que de momento se ha sumado a este plan en una carta conjunta con Gentiloni publicada en varios periódicos europeos.

Pero en su reciente discurso sobre el estado de la Unión, la propia presidenta descartó poner en marcha otro fondo anticrisis y apostó en su lugar por gastar todo el dinero del fondo Next Generation: sólo se han desembolsado 100.000 millones de los 800.000 millones previstos. Tampoco el vicepresidente económico, el conservador letón Valdis Dombrovskis, apoya a Gentiloni. "Las opiniones sobre este tema varían entre los Estados miembros", ha dicho este martes.

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De hecho, Alemania y los 'frugales' se oponen rotundamente a crear un nuevo instrumento europeo de solidaridad. El ministro alemán de Finanzas, Christian Lindner, aduce que este tipo de herramientas no sería eficaz en un contexto como el actual de crisis de la oferta y escenario de inflación. A su juicio, la respuesta adecuada en este momento pasaría por la reforma del mercado europeo de la electricidad y las compras conjuntas de gas.

Lindner se ha visto forzado a dar explicaciones a sus homólogos sobre el paquete alemán de 200.000 millones para hacer frente a la crisis energética. "Ha habido un malentendido: nuestra medida es selectiva y es para los años 2022, 2023 y 2024. Nuestro paquete no es desproporcionado. De hecho, es proporcionado si se compara el tamaño y la vulnerabilidad de la economía alemana", ha asegurado este martes.

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