Los fondos que España recibirá a partir del próximo año de la Unión Europea ayudarán a apuntalar la lenta recuperación económica que tenemos por delante, pero podrían no ser la panacea que el Gobierno español promete. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha rebajado a la mitad el impacto que tendrán esas ayudas en el crecimiento de 2021.

Tras una visita oficial a nuestro país realizada por sus técnicos, el organismo con sede en Washington ha mejorado las previsiones para la economía española para el próximo año, aunque no para este. Tras la dura caída del 12,8% que sufrirá el PIB español en 2020, el próximo ejercicio España crecerá un 7,2%, frente al 6,3% que había anticipado en junio.

Se trata de una mejora en sus expectativas cercana al 1% del PIB (0,9%) y se achaca prácticamente en exclusiva al impacto que tendrá la recepción de los primeros fondos europeos sobre la economía española, según explicó este miércoles en una rueda de prensa la responsable de la Misión para España del FMI, Andrea Schaecter. 

Sin embargo, aunque todo ayuda, lo cierto es que el impacto calculado por Washington reduce a la mitad lo que prometió el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a los empresarios en el acto con el que inauguró el curso político en la Casa de América.

El jefe del Ejecutivo aseguró que el impacto potencial en el crecimiento del PIB de esas ayudas de la UE alcanzaría el 2% a partir del próximo año.

De cumplirse la promesa de Sánchez, España recibiría un importante balón de oxígeno gracias a esas ayudas, cuya negociación todavía no está cerrada del todo. Esto ayudaría a levantar un país decaído por la dureza con la que la Covid-19 está golpeando a su sociedad y su economía, con un impacto mayor que en sus vecinos de Europa.

El Banco de España

Lo cierto es que las estimaciones del Ejecutivo son en parte compartidas por algunos servicios de estudio nacionales. Hace dos semanas, en un ejercicio teórico, el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, afirmó que en el mejor de los escenarios, la llegada a España de unos 60.000 millones de euros de los fondos de recuperación europeos podría aportar hasta dos puntos de PIB en el crecimiento de 2021 y 2022.

Ese es el dinero que vendría a través de transferencias no reembolsables destinadas a proyectos de inversión para el periodo 2021-2023.

Sin embargo, el Banco de España no incorporó después esa estimación a las proyecciones para la economía española en 2021, cuando espera un crecimiento de entre el 7,3% y el 4,1% en función de los dos escenarios que maneja (el primero con una caída del PIB del 10,5% y el segundo del 12,6% en 2020). Descartó incluir ese impacto porque las ayudas todavía no están terminadas de tramitar.

El que sí contará con ellas en sus previsiones es el Gobierno. Como avanzó este periódico, el Ministerio de Economía tiene ya preparada su revisión a la baja del cuadro macroeconómico para este año y el que viene. En su caso, sí ha incorporado el impacto de las ayudas de la UE en el crecimiento que espera para 2021.

Para reformas estructurales

Desde el FMI, Schaecter recordó este miércoles que la recepción de estas ayudas son una gran oportunidad para España, un país que tiene muchas reformas estructurales pendientes para modernizar su economía.

En su Declaración Final de la Misión de la Consulta del Artículo IV de 2020, el Fondo apuntaba los sectores que podrían beneficiarse del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de la UE.

En concreto, citaba la rehabilitación de edificios, la creación de estaciones de carga de vehículos eléctricos o la mejora de la infraestructura de distribución de agua y de gestión de residuos.

Se trata de nichos con potenciales inversiones que crearían empleo a corto plazo y a su vez contribuirían a cumplir con la agenda sostenible del Ejecutivo.

El FMI también reclamaba el uso de los fondos para mejorar las políticas activas de empleo y la formación, así como para acabar con la dualidad del mercado de trabajo.

"La disponibilidad de fondos de la UE ofrece una oportunidad para facilitar la

introducción de reformas laborales. Por ejemplo, cualquier coste de transición ocasionado por la introducción de un fondo para despidos que haga al mismo tiempo más atractivos los contratos indefinidos podría suavizarse potencialmente mediante el uso de fondos de la UE", apuntaba en su informe.

Los técnicos del FMI también incluían otras sugerencias, como el uso de fondos para la Formación Profesional, para la digitalización o para que España apueste más por la innovación.

La gestión del reparto

Pero en el mismo documento advertían de la importancia que tiene para el país contar con una buena "gobernanza" para el reparto de estas ayudas.

Esto es algo que también ha sido puesto de relieve por Funcas. La institución ligada a la CECA alertó recientemente del peligro de no aprovechar bien las ayudas. Y puso un ejemplo concreto.

En el actual periodo presupuestario europeo (2014-2020) España ha gastado el 34% de los más 56.000 millones de euros disponibles en fondos estructurales. Por lo tanto, sin mejoras organizativas para el seguimiento y la ejecución de los proyectos, España no sería capaz de atraer toda la inversión que puede captar hasta 2027.

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