La incertidumbre determina el panorama que se abre para España y Reino Unido en el que deben reconfigurar toda una serie de acuerdos. “Parecía que el Brexit iba a jugar un papel desestabilizante dentro de la Unión Europea. Hoy el Covid-19 plantea unos nuevos parámetros y que la negociación que se está haciendo también sea diferente”, ha indicado el presidente de la Fundación Cajasol, Antonio Pulido.

La política migratoria y las relaciones comerciales entre España y Reino Unido son dos de las incógnitas que el Brexit ya había sembrado durante los últimos meses. Estos acontecimientos llegan en un momento en el que la cantidad de inversión procedente de Reino Unido sobrepasa a la recibida por Estados Unidos, como ha destacado Susana Rodríguez, vicepresidenta de la Cámara de Comercio Británica en Madrid y chief Commercial Officer de Savills Aguirre Newman de la Cámara de Comercio Británica en España: “El Reino Unido pasa a ser el primer país de origen de la inversión extranjera en España. En solo cinco años ha pasado a ser el primer inversor”. 

Son datos del quinto barómetro realizado por el Comité de Inversión Británica en España sobre el clima y perspectivas de inversión, las telecomunicaciones y el tabaco son los sectores más beneficiados, aunque este año se detecta un repunte en las áreas destinadas al apoyo de la extracción de petróleo y gas natural..

Conclusiones de un estudio que se presentará la próxima semana en la Cámara de Comercio Británica en España y que se han adelantado en el evento online organizado por EL ESPAÑOL junto a Fundación Cajasol para reflexionar sobre el futuro de las relaciones entre ambos países.

Los retos de los acuerdos futuros

A pesar de este dato positivo, la salida de Reino Unido de la Unión Europea marcan un antes y un después en el libre tránsito entre ambos países. Pablo Antonio Fernández, catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad de Sevilla, considera que la política migratoria ha sido “el gran problema que ha tenido Reino Unido durante la salida. Ahora pasaremos todos a ser migrantes

Entre los escenarios que se contemplan, está por ver si será España la que establezca acuerdos bilaterales con Reino Unido para ir estableciendo un nuevo marco jurídico y mercantil; o será la Unión Europea en su conjunto la que establezca acuerdos con el país del Brexit. Expertos como José María O'Kean Alonso, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, han coincidido en señalar que los nuevos tiempos estarán marcados por una constante "multilateralidad" en materia de relaciones. 

En el caso concreto de España. está por ver cómo será la nueva normalidad en las relaciones con España, que afectará a muchos aspectos cotidianos que hasta ahora se encontraban regidas por las normas de la Unión Europea. “La economía está en función de las personas y la situación jurídica va a ser fundamental. Para proteger a las personas hay que pensar en las personas, no solo son tránsito, también hay que ver cómo va a quedar la política agraria común, los títulos universitarios, los permisos de conducir”, ha precisado Fernández durante su intervención. 

Efectos en el tejido empresarial

No obstante, el foco no debe ponerse tan solo en los acuerdos entre gobiernos. Rodríguez ha querido llamar la atención sobre las empresas “que están revisando las cadenas de producción para acercarlas a lo local y no ser tan dependientes del exterior”. 

Tras un periodo de globalización, la pandemia ha generado una modificación en la tendencia productiva de las empresas. Sobre esto ha llamado la atención O'Kean: “La deslocalización va a venir por la parte de la cadena de suministros. Por la parte de las empresas, tanto por el Brexit como el Covid-19, las empresas están intentando recuperarse. Pero la cuestión no está en la oferta, pero ¿la demanda va a ser suficiente o ha cambiado? ”. 

El catedrático en Economía Aplicada ha planteado un posible cambio en el escenario en el que las empresas, al margen de su empeño por recuperar su actividad, deberán atravesar un proceso para adecuarse a las demandas que ofrezca una sociedad que ha podido ver modificados sus intereses tras el periodo de confinamiento. Con todo, ve fundamental desarrollar una “política de diferenciación, que tiene que ser principalmente fiscal para hacer que la economía se active y atraiga la inversión”.