María Vega Juan Sanhermelando

A 72 horas de que los españoles acudan a las urnas el próximo domingo, la Comisión Europea ha asestado un durísimo golpe a Pedro Sánchez y su candidata a la vicepresidencia económica del futuro Gobierno, Nadia Calviño.

La Comisión Europea ha recortado nada menos que cuatro décimas su previsión de crecimiento de España para este año y el próximo. Espera que la economía de este país crezca un 1,9% en 2019 y un 1,5% en 2020 en un contexto de enfriamiento económico del conjunto de la Eurozona con un diagnóstico cada vez más preocupante y de "mayor incertidumbre".

La enmienda al Gobierno no viene solo por el drástico recorte de su estimación del PIB. También porque considera que el impacto de la desaceleración económica es mucho mayor del que viene reconociendo Calviño.

El pasado octubre, en el borrador del Plan Presupuestario que el Gobierno en funciones envió a la Comisión Europea, el Ministerio de Economía rebajó el crecimiento tan solo una décima para este año desde el 2,2% al 2,1% y lo mismo para el próximo ejercicio, hasta el 1,8%.

En ese recorte se incluyó un ajuste estadístico del INE por el que se ha rebajado en dos décimas el crecimiento económico de años pasados. Es decir, se restó importancia a los efectos de la desaceleración al ajustar el crecimiento incluso por encima de lo que aconsejaba la nueva metodología aplicada por Estadística para calcular el PIB.

Ese optimismo se vuelve hoy en contra del Ejecutivo que no había seguido los pasos de otras instituciones y servicios de Estudios, como el Banco de España, que habían asumido el impacto estadístico total del INE más un recorte adicional por el enfriamiento de la economía. 

En este contexto de débil crecimiento, Bruselas también ha corregido otros números del Ejecutivo en las Previsiones de Otoño anunciadas este jueves.

Los antiguos compañeros de la ministra de Economía desconfían del déficit del 2% que había prometido el Gobierno en funciones. Calculan un déficit del 2,3% para este año y del 2,2% para 2020. Ni siquiera en 2021 se llegaría a la meta del borrador presupuestario, puesto que el Ejecutivo comunitario espera para ese ejercicio un desfase entre los ingresos y gastos públicos del 2%. Y enmarcan estos incumplimientos en la ausencia de un Presupuesto ante la falta de Gobierno. Además, advierte que el aumento de gasto en pensiones complica enderezar las cuentas públicas de España.

En el apartado del empleo, Bruselas advierte de un "debilitamiento" de la creación de puestos de trabajo, con lo que la tasa de paro no bajará del 13% hasta 2021. El empleo pasará de crecer, según las nuevas previsiones, un 2,2% este año a un tímido 0,8% en 2021.

Frenazo en la UE por las guerras comerciales y la industria

El Ejecutivo comunitario rebaja también las previsiones de crecimiento para la eurozona  y para el conjunto de la Unión Europea. "El camino se anuncia difícil", admite la Comisión. La economía europea se dirige hacia un periodo prolongado de crecimiento débil y baja inflación debido a la incertidumbre generada por las guerras comerciales de Donald Trump, las tensiones geopolíticas, la debilidad persistente del sector industrial y el brexit.

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Bruselas calcula que la eurozona crecerá apenas un 1,1% este año y un 1,2% en 2020 y 2021. Estas cifras suponen un recorte de 0,1 puntos porcentuales en 2019 y de 0,2 puntos en 2020 en comparación con las anteriores previsiones de verano que se publicaron en julio. El conjunto de la eurozona avanzará un 1,4% tanto en 2019 como en 2020 y 2021.

Italia vuelve a aparecer como el principal enfermo de Europa. Su economía se estancó a principios de 2018 y sigue sin mostrar ningún signo de recuperación: se mantendrá prácticamente plana en el 0,1% este año, el 0,4% en 2020 y el 0,7% en 2021. El déficit y la deuda siguen disparados. 

Pero el otro gran protagonista negativo de las previsiones es Alemania. Desde mediados de 2019 se encuentra en recesión técnica por los problemas en su industria, especialmente la automovilística, y apenas se expandirá un 0,4% este año y un 1% en 2020 y 2021. En contraste, Francia aguanta mejor las turbulencias y crece un 1,3% en 2019 y 2020.

Para contrarrestar esta debilidad económica generalizada, el Ejecutivo comunitario ha vuelto a lanzar un llamamiento a los países con superávit presupuestario, en particular Alemania y Holanda, para que aumenten el gasto público. En contraste, los que tienen alto déficit y deuda, como España, Italia y Francia, deben mantener la disciplina fiscal.

"Invito a todos los países de la UE con elevada deuda pública a llevar a cabo políticas fiscales prudentes y a situar su nivel de endeudamiento en una trayectoria descendente. En contraste, los Estados miembros que disponen de margen de maniobra presupuestaria deberían utilizarla", ha dicho el vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis.  

Pese al frenazo económico en la UE, la creación de empleo resiste y la tasa de paro bajará del 6,3% este año al 6,2% en 2020. La inflación en la eurozona seguirá siendo muy débil, de apenas el 1,2% este año y el que viene, muy lejos del objetivo del 2% del Banco Central Europeo.

El Ejecutivo comunitario avisa además de que persisten los riesgos a la baja que podrían  empeorar incluso estas cifras. En particular, un agravamiento de las tensiones comerciales y geopolíticas, un enfriamiento brutal en China o la posibilidad, todavía no despejada del todo, de un brexit caótico sin acuerdo.