Hace un año el pesimismo corría por las casas de análisis. La parálisis política resultante de las elecciones del 20 de diciembre contagiaba los indicadores de confianza empresarial y de los consumidores, parecía que el país se iba a paralizar. En esos meses economistas y periodistas esperábamos con urgencia los datos de la inversión empresarial para conocer el verdadero impacto de la incertidumbre política en el crecimiento de corto y de medio plazo.

Hoy ya están disponibles los datos del conjunto del año y la realidad es que las empresas invirtieron como no se había visto desde el año 2008. Los datos de Contabilidad Nacional Trimestral publicados hoy por el INE muestran que la inversión en bienes de equipo y activos cultivados alcanzó los 78.500 millones de euros, un dato que no se había visto durante toda la crisis. Esta cifra no tiene en cuenta la construcción, que también está creciendo con fuerza, pero que no es reflejo de la inversión productiva y que viene del estallido de la burbuja, por lo que está distorsionada.

Los datos del INE reflejan que, lejos de asustarse por el escenario político, las empresas aprovecharon la inercia positiva de la economía y el tirón de la demanda interna para acelerar sus procesos de inversión. En precios corrientes avanzó un 6,3% y, si se toman los datos reales de volumen encadenado, el incremento también es importante, del 5%.

El resultado es que el peso de la inversión productiva sobre el PIB superó el 7% por primera vez desde el año 2008. Aunque es cierto que todavía está lejos de los años de bonanza económica de la década de los dos mil, cuando el peso de la inversión en bienes de equipo sobre el PIB llegó a superar el 8%.

El final de la crisis

El INE ha confirmado hoy el dato adelantado: el PIB creció un 0,7% en el cuarto trimestre de 2016, lo que deja un crecimiento en el conjunto del año del 3,2%, el mismo que en el año anterior. Estos datos son teniendo en cuenta volumen encadenado y corregido de la inflación, pero si se toma el dato corriente, el crecimiento fue del 3,55%.

El tamaño de la economía española alcanzó los 1.113.851 millones de euros (1,113 billones), lo que supone el segundo mejor dato de la historia y que España se quede a un paso de recuperar el nivel de PIB que tenía antes del inicio de la crisis. En concreto, la renta de 2016 se quedó a sólo 2.356 millones de euros del máximo previo al estallido de la burbuja inmobiliaria y financiera

El principal motor de crecimiento volvió a ser el consumo de los hogares, que aumentó un 3,2% en términos de volumen encadenado. En total, las familias destinaron 632.320 millones de euros al consumo, el mayor dato de toda la historia, superando los 623.029 millones que emplearon en 2008. 

El Gasto de las Administraciones Públicas también creció, como resultado de los Presupuestos Generales del Estado generosos que aprobó el Gobierno antes de las elecciones del 20 de diciembre. En concreto, el gasto público creció un 0,8% y en términos totales alcanzó los 210.308 millones de euros. Sin embargo, los recortes aplicados entre 2011 y 2013 hacen que el gasto de las Administraciones esté todavía lejos de los niveles que alcanzó antes de la crisis, cuando se llegaron a gastar 222.000 millones en un solo ejercicio. El peso del consumo público sobre el PIB cayó hasta el 18,9% del PIB, el dato más bajo desde 2008.

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