Hace más de un año que el Consejo de Ministros aprobó la introducción de nuevas patronales en el Consejo Económico y Social (CES), algo que hizo sin consultar a este órgano ni a sus integrantes. ¿El objetivo? Dar entrada a Pimec, que forma parte de Conpymes (enemiga de CEOE y Cepyme), en la organización.
Sin embargo, Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda, ministra de Trabajo e impulsora de la medida, no ha tomado la determinación de llevar a cabo esta acción aún. ¿Por qué? Según indican fuentes presentes dentro del CES, tanto las patronales como los sindicatos han prometido hacerle la guerra a Díaz si, finalmente, se introduce a la patronal catalana (o a cualquier otra) dentro del ente.
Cabe recordar que ahora mismo el consejo está formado por tres grupos: el de los sindicatos, el de las organizaciones empresariales y un tercero que representa los intereses de varios sectores. Cada uno cuenta con 20 puestos.
En el de las organizaciones empresariales sólo están presentes CEOE y Cepyme. Y esto es lo que el Gobierno quería cambiar. A través del real decreto-ley que contenía la reforma del subsidio de paro, se modificó el reglamento del CES.
Con todo, el Consejo de Ministros tenía que aprobar también un real decreto en el que indicara las nuevas patronales a incluir, pero esto aún no ha ocurrido. Pese a que en conversaciones informales Trabajo ha trasladado que esta iniciativa se haría en breve, lo cierto es que ha pasado más de un año y todavía no se sabe nada de él.
Voces internas del CES indican que la clave está en la oposición dentro de los grupos al cambio. No sólo por Antón Costas, presidente de la institución (que ya mostró su disgusto con cómo el Gobierno aplicó esta medida), y, obviamente, las citadas CEOE y Cepyme. Los sindicatos también han mostrado su más encendido rechazo a los planes de Díaz. Y ya le han dado a entender que habrá guerra si hace los movimientos precisos para introducir a Pimec.
Las organizaciones de trabajadores consideran que, para empezar, no hay pruebas oficiales a día de hoy de la validez de patronales como Pimec.
Si bien en el caso de los sindicatos hay elecciones que prueban su representatividad periódicamente, no existe un mecanismo parecido en el caso de las patronales. Por tanto, el Gobierno no cuenta con un aval técnico para introducir a nuevas organizaciones.
Pero hay más. Esto también podría abrir la puerta a que se introdujeran nuevas organizaciones en el grupo de los sindicatos, en el que ya están CCOO y UGT y los regionales Converxencia Intersindical Galega (CIG) y Euskal Languilelen Alkartasuna (ELA). De ahí, los recelos adicionales en sus integrantes, que podría perder parte de sus puestos.
En cualquier caso, Díaz y Pimec y Conpymes se han ido distanciando poco a poco. El punto de ruptura ha sido la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales sin rebaja salarial y por ley.
Pese a que la norma todavía no se ha presentado en el Congreso, la oposición de ambas organizaciones ha sido feroz. Tanta que organizaron un acto contra el proyecto en Madrid hace unos meses.
Una postura que, por cierto, no ha cambiado, pese a que poco a poco Conpymes ha ido entrando en determinados órganos de diálogo con el Gobierno, como la Comisión Nacional de Convenios Colectivos.
Es más: como ya ha contado este periódico, el Gobierno planea reformular la representatividad empresarial, que ahora mismo está en manos de CEOE y Cepyme, por la vía legislativa. ¿Otro frente de batalla para la relación entre las patronales y el Ejecutivo? Eso parece. Aunque el CES, por ahora, no vaya a ser parte de esta guerra (por ahora).
