El futuro de los expedientes de regulación de empleo temporal (ERTE) excepcionales, de los que dependen las prestaciones de 2,8 millones de trabajadores, se está cocinando a fuego lento. A pesar de las prisas que tiene la patronal por cerrar un acuerdo en el Diálogo Social para saber qué sectores podrán contar con fórmulas excepcionales de estas herramientas y que las empresas se puedan preparar, no se espera que esto suceda, al menos, hasta el 24 de junio.

Así lo indican fuentes del Diálogo Social cercanas a la Comisión Tripartita que decidirá el futuro de los ERTE. Cabe recordar que en ella no se sientan los primeros espadas del Gobierno, los sindicatos y la patronal, sino el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, con representantes técnicos de CCOO y UGT así como de CEOE y Cepyme.

De esta manera, no se espera un acuerdo, o avances de relevancia, en la reunión que la Comisión celebra este miércoles. Y es que las negociaciones todavía están muy verdes. Por lo pronto, solo se cuenta con unos primeros consensos sobre los criterios técnicos que puntuarán para decidir qué sectores seguirán contando con ERTE y una primera oferta inicial del Ministerio de Trabajo: mantenerlos hasta septiembre, pero siempre en ámbitos concretos, no de forma generalizada.

Representantes de Gobierno, sindicatos y patronales en la mesa tripartita.

Sin embargo, estas mismas fuentes no descartan que se pudiera producir un consenso inesperado y hasta cierto punto apresurado antes, como sucedió con el acuerdo para desligar los ERTE del estado de alarma y ampliarlos hasta el 30 de junio. La Comisión Tripartita no es ajena a las presiones que desde fuera están haciendo los representantes de los actores implicados.

Uno de ellos es Antonio Garamendi, presidente de la CEOE. El líder de la patronal ha reclamado que haya consenso y pacto antes del 15 de junio, es decir, del próximo lunes. "El acuerdo de ERTE debiera venir la semana que viene antes que la siguiente", ha apostillado, tras afirmar que no le gustaría llegar al último día del mes sin tenerlo cerrado, porque "las empresas necesitan un planteamiento serio de cómo pueden trabajar los temas para hacer su plan de negocio a corto plazo".

Flexibilidad

El presidente de la patronal ha señalado estas cuestiones en un encuentro digital organizado por el Consejo General de Economistas, en el que ha reclamado que los ERTE deben ser flexibles. "Flexibilidad llamo a que si hablamos de un hotel que tiene 20 recepcionistas, tiene poco sentido que solo tres estén trabajando, lo lógico es que los 20 estén rotando", ha añadido.

"La Seguridad Social se va a ahorrar mucho dinero si somos capaces de gestionar este tema, porque generamos riqueza y somos capaces de integrar a más gente en la empresa", ha añadido.

En este punto, también ha remarcado que el acuerdo debe ser hasta diciembre, porque "no se puede estar cada mes negociando qué pasa el siguiente". "Tenemos que ver que haya un espacio y que se marque cuáles son las normas para que las empresas puedan gestionar de forma ordenada", ha añadido.

Adiós a la fuerza mayor

De hecho, en los planes del Gobierno estaría el mantener determinados ERTE hasta diciembre, como reclama la patronal. Eso sí: en el planteamiento del Ejecutivo también está -como ha contado Invertia- el poner fin los ERTE de fuerza mayor habilitados por el Covid-19, dejando solo los de fuerza mayor parcial.

Yolanda Díaz, en el Senado.

La idea es que los ERTE se adapten a la casuística y necesidades de cada uno de los sectores afectados y se formulen como medidas de acompañamiento para el retorno de la actividad o la caída repentina del negocio, algo que puede suceder en el sector turístico tras el verano y sobre todo si hay segunda oleada del coronavirus en otoño.

De hecho, como ya ha expresado la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, la idea es que los ajustes que se hagan con los ERTE sean en “horas, no en trabajadores”, al tiempo que se tiene que impulsar la reorientación profesional de los afectados.

Cabe recordar que la patronal quiere lograr, además, una flexibilización en materia de despidos. La actual normativa dice que una empresa acogida a un ERTE no puede efectuar ajuste de plantilla hasta que pasen seis meses desde que puso en marcha el ERTE por fuerza mayor. 

Se trata de una medida que la patronal aspira a modificar en futuras negociaciones y que seguro protagonizará parte de los debates que todavía restan en la mesa de negociación.

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