La Reserva Federal de EEUU (Fed) ha optado este miércoles por mantener sin cambios sus tipos de referencia en la horquilla entre el 0% y el 0,25%. Allí prevé que se queden, al menos, hasta 2022. Además, ha anunciado que para asegurar la liquidez del país y de la banca reforzará sus compras de bonos federales y cédulas hipotecarias "en los próximos meses".

Al término de su reunión de junio, la institución presidida por Jerome Powell ha reiterado su compromiso de "utilizar su gama completa de herramientas para apoyar la economía estadounidense". Antes bien, no ha anunciado nuevas partidas de presupuesto para salir a la compra de deuda en los mercados, sino que ha acotado dónde focalizará sus adquisiciones.

El comunicado final del Comité de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) reconoce que "el brote de coronavirus está causando enormes dificultades humanas y económicas", de manera que ya descuenta que "la actual crisis de salud pública tendrá un gran peso en la actividad económica, el empleo y la inflación a corto plazo, y plantea riesgos considerables para las perspectivas económicas a medio plazo".

Desplome del 6,5% en el PIB

En este sentido, la Fed ha revisado su cuadro macro para la primera economía del mundo a la baja. Ahora, estima que el PIB de EEUU se desplomará un 6,5% en 2020, frente a la previsión de crecer un 2% que anunció en diciembre. No obstante, para 2021 se prevé un repunte del 5%. En lo que se refiere al desempleo, se augura una tasa de paro del 9,3% para este año frente al 3,5% señalado en diciembre. Aquí, la recuperación será más lenta y la proyección es que un ejercicio después un 6,5% de los estadounidenses sigan desempleados.

Con estas magnitudes sobre la mesa, el mapa de puntos muestra que todos los miembros del FOMC consideran ahora que los tipos se mantendrán en su nivel actual hasta, por lo menos, 2022. Solo dos miembros del organismo consideran que estarán algún punto por encima del 0%. La inflación, principal mandato del banco central, estará en el 0,8% en 2020 según sus proyecciones, frente al 1,9% que se esperaba en diciembre.

El impacto del petróleo

La institución monetaria reconoce que EEUU se enfrenta a un "momento difícil" en el que "la demanda más débil y los precios del petróleo significativamente más bajos están frenando la inflación de precios al consumidor". Sin embargo, explica que "las condiciones financieras han mejorado" gracias a su bazuca sin límite para "apoyar la economía y el flujo de crédito a los hogares y empresas estadounidenses".

Después de avisar de que "utilizará sus herramientas y actuará según sea apropiado para apoyar la economía". En este sentido ha adelantado que "en los próximos meses aumentará sus tenencias de valores del Tesoro y cédulas hipotecarias residenciales y comerciales de agencias". Del mismo modo, ha confirmado su intención de mantener sus operaciones de recompra.

Sin rumbo a la bolsa

Lo que de momento queda fuera del punto de mira de la Fed es el mercado de renta variable. A diferencia de lo que otros bancos centrales, como el de Japón, ha hecho recientemente, Jerome Powell ha señalado en su comparecencia ante los medios que la bolsa no está entre sus activos elegibles. En este sentido ha planteado "qué pasaría si tuviéramos que detenernos porque pensamos que los precios de los activos son demasiado altos".

Como hace un mes, el presidente de la Reserva Federal ha urgido a la Administración al establecimiento de cuantas medidas fiscales sean necesarias para salir al rescate de la "economía real". En este sentido, ha elogiado la agilidad del Congreso en brindar una "grande, contundente y muy rápida" respuesta a la crisis. Sin embargo, no ha descartado que tengan que "hacer más" para amortiguar el golpe del Covid-19 en EEUU.

Sin poner fecha tope para los estímulos desplegados hasta la fecha, Powell se ha limitado a señalar que "cuando pase la crisis, meteremos las herramientas otra vez en su caja".

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