Bruselas

Pese a la caída libre que sufre la economía de la eurozona, el Banco Central Europeo (BCE) reserva su munición. En su reunión regular de este jueves, el Consejo de Gobierno ha decidido mantener sin cambios el potente plan de compra de deuda que ya ha puesto en marcha para amortiguar el impacto de la crisis del Covid-19.

La única novedad que ha dejado la reunión del BCE es una mejora de las condiciones de sus programas de inyección masiva de liquidez barata para los bancos con el fin de que mantengan el crédito a empresas y hogares con problemas.

La nueva ronda de operaciones de refinanciación a largo plazo (TLTROs) que su presidenta, Christine Lagarde, tiene previsto lanzar en el periodo entre junio de 2020 y hasta junio de 2021 tendrá un tipo de interés de hasta el -1%. Es decir, el BCE pagará a los bancos por prestar. Además, en mayo habrá una serie de inyecciones especiales de liquidez sin límite para garantizar que los bancos dispongan de todos los recursos que necesitan.

Por lo demás, el organismo dirigido por Christine Lagarde se mantiene en modo espera al menos hasta conocer en las próximas semanas los detalles del fondo de reconstrucción que prepara Bruselas para asistir a los países más afectados por la pandemia, como Italia y España.

En concreto, el tipo de interés general se mantiene en el mínimo histórico del 0%, mientras que el tipo de la facilidad de depósito, la remuneración de los bancos por aparcar su exceso de liquidez en Fráncfort, se queda en el -0,5%.

El BCE continuará con su programa masivo de compra de deuda pública, que hasta ahora ha conseguido mantener bajo control la prima de riesgo de Italia y España. Lagarde aprobó a finales de marzo una bazuca especial contra la pandemia por valor de 750.000 millones de euros, que sumado al resto de programas activos supera el billón de euros de aquí a final de año. Los analistas creen que esta cantidad es insuficiente y deberá aumentarse en la próxima reunión de junio.

"El Consejo de Gobierno está totalmente preparado para aumentar el tamaño del programa y ajustar su composición, todo lo que sea necesario y durante el tiempo que sea necesario", asegura el comunicado difundido desde Fráncfort.

Un desplome de hasta el 15%

La decisión del Consejo de Gobierno se produce tras conocerse que la economía de la eurozona se desplomó un 3,8% durante el primer trimestre de 2020 debido al Covid-19, la mayor caída intertrimestral desde que se inició la serie histórica en 1995, superando el anterior récord de la Gran Recesión. 

Aunque todavía no se han publicado todos los datos desagregados por países, España (5,2%), Italia (4,7%) y Francia (5,8%) registran una contracción económica mucho más grave que la media de la eurozona. Este hundimiento es sólo el principio: sólo recoge el impacto de las dos últimas semanas de marzo, cuando la mayoría de Estados miembros iniciaron el confinamiento. Las cifras del segundo trimestre serán las más brutales, avisan los economistas.

De hecho, la propia Lagarde avisó a los jefes de Estado y de Gobierno durante la última videocumbre celebrada el 23 de abril de que la pandemia provocará un desplome económico sin precedentes en la eurozona de hasta el 15% del PIB. Una contracción económica será mucho más grave que la que se produjo durante la crisis financiera.

La banquera francesa les dijo a los líderes europeos que el mayor riesgo ahora es la complacencia: hacer "demasiado poco, demasiado tarde". El BCE reclama a los Gobiernos de la UE que pongan en marcha "un fondo de recuperación rápido, firme y flexible". El objetivo final debe ser que todos los Estados miembros, incluso los más endeudados como Italia o España, puedan adoptar las medidas de estímulo presupuestario necesarias para superar la crisis.

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