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El progresivo control de las llamas que pusieron en jaque a buena parte de España la semana pasada empieza a dar paso a otra tarea compleja: la estimación de daños. Casas, comercios, vehículos y, sobre todo, cultivos y animales, dada la zona ardida, están bajo la lupa de los seguros, que ya reciben partes.

El primer impacto de envergadura se espera, precisamente, en el terreno agro. Con el grueso de daños en el oeste español aún por valorar, ya se estima que las indemnizaciones a abonar en este campo triplicarán las pagadas el año pasado, considerado "normal" en términos de incendios.

Así lo reflejan los cálculos preliminares de Agroseguro, que estiman, con apenas contabilizados los incendios de este verano en Cataluña y Andalucía, que van a abonar 3 millones de euros.

La superficie quemada que está bajo paraguas de los seguros agrarios supera las 19.000 hectáreas ya, o sea, es la mayor desde el inicio de esta década, cuando comenzó el gran crecimiento del capital asegurado por estas pólizas, fundamental para proteger al sector primario de toda suerte de retos climáticos.

Son números que van a subir. Porque la próxima semana se espera que entre el grueso de los partes relativos a los incendios de agosto en Extremadura, Castilla y León y Galicia. Con todo, seguramente la cantidad a abonar no superará los 3,9 millones abonados por incendios en 2022.

Es lo que cree Sergio de Andrés, director general de Agroseguro. "La cifra final será similar, pero sin sobrepasarla", apunta a EL ESPAÑOL-Invertia, por la fecha en la que se han producido los fuegos.

Entrados en agosto, la mayoría de cultivos de las zonas afectadas han sido recogidos, lo que lleva a pensar que la cifra final será inferior a la del aciago 2022. Ya se ha cosechado, por ejemplo, el cereal castellano y otros frutos de gran valor, como las cerezas del Jerte, pero habrá que poner atención al estado de estos árboles.

Sobre ellos y sobre las viñas gallegas de los codiciados albariño y godello, a los que las llamas han encontrado a las puertas de la vendimia, se centran las expectativas de daños por los incendios de los últimos días.

En lo referido al ganado, se observan por ahora menos daños. Esto teniendo en cuenta que se puede saber con relativa facilidad el estado de las granjas, pero en lo relativo a ganadería extensiva, de nuevo, habrá que esperar a la próxima semana para ver cuántos partes se emiten.

"La prioridad durante el fuego es salvar vidas. Ya vendrán los días en que se cuenten las cabezas de ganado que faltan", resume De Andrés.

Para tener perspectiva sobre el coste de las indemnizaciones por incendios, según datos de Agroseguro el año 2024 cerró con una siniestralidad superior a los 712 millones por todos los riesgos ocurridos sobre todas las producciones agrícolas y ganaderas que cubre el seguro agrario. El año 2023, que fue el de la peor sequía generalizada de la historia de esta cobertura, se pagaron 1.241,2 millones por todos los siniestros.

No cubren todas las pérdidas

Los seguros agrarios, subvencionados en un 50% de su prima por el Estado, no llegan, pese a su gran crecimiento de los últimos años –encadenan una década con récord en capital asegurado, por encima de los 18.000 millones de euros en 2024–, a cubrir toda la producción.

Desde Agroseguro se estima que entre el 70% y el 80% de los herbáceos y entre el 60% y el 70% de la viña están asegurados. Esta circunstancia, junto a la falta aún de datos definitivos sobre daños, explica el desfase de cálculos entre los seguros y la organización agraria COAG.

COAG cifra en más de 600 millones de euros las pérdidas derivadas de la ola de incendios. Entran aquí el perjuicio sobre leñosos, pastos y asentamientos apícolas, según las cuentas expuestas por el responsable de Medio Ambiente de COAG, Javier Fatás.

"La situación es catastrófica", ha apuntado esta semana Fatás, que ha asegurado que la agricultura y ganadería necesitarán "todo el apoyo" de las distintas administraciones.

Las llamas vienen a agravar un complejo año para el sector en términos climáticos. El mayor golpe recibido este 2025 es en realidad otro: el pedrisco.

"El daño por pedrisco este año es el mayor en la historia de los seguros agrarios", afirma De Andrés. Estiman que abonarán por este perjuicio al menos 400 millones en indemnizaciones.

Casas, coches y comercios quemados

Las aseguradoras también están empezando a recibir solicitudes para dar cobertura a los siniestros ocurridos en casas, comercios y vehículos por los incendios que este verano han asolado diferentes puntos de la geografía española.

Incluso por los que han tenido lugar en las últimas dos semanas en Castilla y León, Galicia y Extremadura. Fuentes de varias aseguradoras explican a EL ESPAÑOL-Invertia que se están recibiendo algunas solicitudes, pero pocas.

Y esto se debe, principalmente, a dos circunstancias. La primera, que es muy pronto para ver el grueso de los siniestros que se han producido en las viviendas, los establecimientos comerciales y los vehículos. La segunda, que la mayoría de la superficie quemada corresponde a masa forestal y de cultivo, más que a zonas residenciales.

De acuerdo con los datos de 2024 de la Memoria Social del Seguro de Unespa, la patronal de las aseguradoras, más del 60% de las viviendas de las zonas más afectadas por estos incendios tiene contratada una cobertura de hogar.

Algo que es clave para poder reclamar a las aseguradoras, pues si no se tiene contratado el seguro no podrá reclamarse ni a las compañías ni al Consorcio de Compensación de Seguros (CCS).

La cobertura que ofrece esta entidad dependiente del Ministerio de Economía tiene que ver con las indemnizaciones para personas que sufran accidentes corporales (heridos o fallecidos) con motivo de su participación en los trabajos de extinción.

Con todo, mientras que el seguro es obligatorio en el caso de los vehículos, no lo es en el de las viviendas ni en el de los comercios.