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La huelga indefinida del metal de Cádiz tiene una fecha de inicio oficial, este lunes, y otras dos oficiosas. Está, por ejemplo, el martes, cuando saltó definitivamente por los aires un preacuerdo entre UGT y la patronal, Femca, que hizo pensar que se abortaría el paro. Y está el miércoles.

El miércoles fue el día de la reconfiguración y reinicio de las negociaciones, de la primera reunión desde que comenzó el paro en el que se escenifica la fuerza sindical. Porque están frente a la patronal y con mediación de la Junta UGT y, por primera vez desde el lunes, CCOO.

Se dice así 'basta' a lo que venía sucediendo en las primeras jornadas, y que ha ido calentando a los trabajadores del metal y otros sindicatos minoritarios como CGT y CTM, que no entienden que UGT, el mayoritario, firmara en solitario un preacuerdo con la patronal.

El enfado ha estallado este miércoles, con más de 4.000 personas concluyendo la manifestación más numerosa desde que comenzó la huelga ante la sede de UGT. Pidiendo la dimisión del secretario general de UGT FICA Cádiz, Antonio Montoro.

En cuestión de horas, el escenario se modificaba y viajaban a la negociación en Sevilla también desde CCOO para ampliar la representatividad en la mesa y salvar el primer gran tropiezo del paro, convocado al encallar las negociaciones para un nuevo convenio.

De modo que vuelve a cero el contador de las negociaciones, que se abren ahora a una nueva fase: ahora sí están todos los que deben, es decir, quienes cuentan con al menos un 10% de representatividad en el conjunto de las empresas del sector metal en Cádiz.

Es un cambio sustantivo también de perspectiva. Los cambios que se requieran pueden no ser tan superficiales como se pensaba hace 24 horas, dadas las pegas presentadas por CCOO al preacuerdo. Es tanto como decir que esta huelga indefinida puede tener un camino largo.

Puntos clave

Esas reticencias al preacuerdo eran profundas. "Ese acuerdo es un retroceso importante en nuestro convenio y recorta derechos", sostienen desde CCOO.

El sindicato defendía cuatro puntos clave, alineados también con las reclamaciones trasladadas por UGT: subida salarial, una regulación de los fijos discontinuos, la eliminación de la doble escala salarial y una nueva literatura que mejorara la que actualmente regula el complemento a las bajas por enfermedades.

Pero lo preacordado les sentó como un jarro de agua fría. "Hipoteca el futuro de los jóvenes y de toda una generación en el sector del metal en Cádiz", dijeron desde CCOO en su primera reacción.

Primero porque, aseguran, "acalla" las futuras reclamaciones que puedan tener los trabajadores durante una década, dado que se proponía que el nuevo convenio tuviera una vigencia de nueve años desde que caducó el anterior, hasta 2032, sumado a los dos años de ultraactividad.

Manifestación de trabajadores del metal, este miércoles en Cádiz. EFE.

Este será por tanto un punto en el que busquen modificaciones. Pero no solo. También quieren apartarse de otros aspectos en los que UGT y patronal se habían entendido, como que la eliminación de la brecha salarial se retrase más de ocho años y que no sea en todo caso para todos los trabajadores.

Además, van a pedir ir más allá en la regulación del fijo discontinuo, que por ahora les parece "incompleta", y rectificar en las bajas por enfermedad común, que con el cambio propuesto quedarían, a juicio de CCOO, "penalizadas económicamente".

Protestas más numerosas

En paralelo al discurrir de las negociaciones, la movilización va ganando fuerza en las calles de Cádiz. La manifestación del miércoles ha sido la más numerosa hasta el momento, también la más pacífica y con carácter hasta casi familiar al participar también parientes de los huelguistas.

Una escena diferente a la vista la víspera, en la que piquetes y grupos de manifestantes cortaron vías y arrojaron clavos, pinchos metálicos y otros objetos punzantes a la calzada para dañar neumáticos de vehículos, y que afectaron a muchos trabajadores de Navantia, según fuentes policiales.

Son los incidentes más destacados de esta semana, la primera de huelga indefinida y que llega después de que en la anterior se realizaran dos jornadas de paro.

En aquel caso, el balance incluyó barricadas, cortes de tráfico y trenes y hasta cargas policiales desarrolladas ante la sede de la patronal. Hasta seis personas fueron detenidas, una de ellos menor.