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Donald Trump ya está, oficialmente, de vuelta. Y con él, su 'America First', que en su traducción al comercio internacional trae una peligrosa derivada: la imposición de aranceles. El magnate los ha confirmado en su discurso de investidura, y ahora aquellos socios que mantienen fuertes -es decir, multimillonarias- relaciones en este ámbito aguantan la respiración. Andalucía es uno de ellos.

Un nada despreciable 8% de las ventas globales de la comunidad van a este país, que es el primer mercado fuera de la Unión Europea para Andalucía. Un mercado en crecimiento: las exportaciones han aumentado un 0,5% en los once primeros meses del año pasado, mientras que las de España en su conjunto se redujeron un 4%.

En total, Andalucía sumó 2.940 millones en ese periodo, y la duda que sobrevuela es si esas cifras se verán impactadas por aranceles. Teniendo en cuenta la experiencia de su primera legislatura, en la que también se impusieron sobre 113 productos españoles, hay dos bazas identificadas para afrontar estos años: sortear de nuevo la amenaza con alianzas con empresas locales, y que los "aranceles masivos" prometidos por Trump se vuelquen sobre todo en el coche eléctrico y en China.

Es la gran esperanza para mantener las principales partidas andaluzas que allí se mandan al margen de una eventual batalla comercial. A saber: aceite de oliva, con 807 millones de euros en los primeros once meses del año pasado (27,4% del total); combustibles y aceites minerales, con 707 millones (24%); manufacturas de piedra y yeso, con 296 millones (el 10,1%) y preparación de hortalizas y frutas, con 160 millones (5,4%).

Sobresalen también máquinas, aparatos y material eléctrico, con 157 millones (5,3%) unas cifras "históricas nunca alcanzadas para el periodo"; seguido de aeronaves y vehículos espaciales, con ventas récord de hasta 131 millones (4,4%).

Cerrando la lista, los productos cerámicos, con 74 millones; pescados, crustáceos y moluscos, con 35 millones (1,2%); preparaciones a base de cereales, con 34 millones (1,2%) y plásticos y sus manufacturas, con 32 millones (1,1%).

Crecimiento con Trump

A todos estos productos se abre ahora un panorama incierto. Tanto desde el Gobierno central como la Junta de Andalucía y la CEA se apela a la prudencia, al esperar para ver qué sucede realmente. Aunque los economistas van haciendo sus cálculos.

Es el caso del BBVA Research, que en un análisis ha alertado de que las semimanufacturas y los bienes de equipo muestran una mayor exposición a Estados Unidos y por ello "serán previsiblemente de los más desfavorecidos".

Es un escenario que perjudica a especialmente a Comunidad Valenciana, Comunidad de Madrid y País Vasco en el caso de bienes de equipo, y a Cataluña en el caso de las ventas de productos químicos.

El tercer sector con mayor exposición, advierte el informe, es el de la alimentación, siendo Andalucía y Cataluña las principales regiones exportadoras a los EEUU. De particular importancia, creen, puede ser el impacto sobre las ventas de aceite de oliva.

Y aquí llega la paradoja. El aceite salió airoso cuando en la primera legislatura de Trump también le tocaron aranceles: en aquel periodo (2017-2021), y pese a la pandemia, las exportaciones de oro líquido desde Andalucía a Estados Unidos aumentaron un 15,4%.

De hecho, tal y como muestran los datos de Trade, el total de exportaciones andaluzas creció un 27,5%. Salvo la aceituna de mesa, la gran damnificada al caer sus ventas por los aranceles un 35%, las grandes partidas avanzaron: la piedra natural subió sus ventas un 37%, y la aeronáutica un 74%.

¿Cómo lo hicieron? Un camino para evitar el impacto, ya puesto en práctica, es el de las alianzas con empresas locales para esquivar los aranceles. Ahora además se ve otra ventana que puede dar cierto aire: que Trump se ciña a lo prometido.

Coche eléctrico y China

"Las prioridades en aranceles de Estados Unidos parecen ir más dirigidos a sectores industriales, como el vehículo eléctrico, y a China, que hacia el agro y la UE, a la que previsiblemente interesa tener de aliada", sostiene Antonio Castro, director general de Trade.

De hecho, el coche eléctrico ha tenido especial protagonismo en el discurso de investidura de Trump, que ha prometido acabar con con los subsidios para su compra, así como fabricar más automóviles en Estados Unidos. También están muy presentes las tensiones con China, a la que ha nombrado en relación al Canal de Panamá.

Sostuvo al respecto que China está "operando" esta vía fluvial, "y no se lo dimos a China. Se lo dimos a Panamá y lo vamos a recuperar".

Investidura de Trump. EFE

En todo ese laberinto, el agroalimentario está, al menos por ahora, alejado del foco. Castro cree que no es un apartado que a priori vaya a entrar en tensiones dentro de la relación comercial con Estados Unidos, que se basa "en el interés mutuo".

Pero a nadie se le escapa que el agro suele ser moneda de cambio. Los aranceles impuestos a la aceituna de mesa, y aún en litigio ante la Organización Mundial del Comercio, fueron una retaliación por un conflicto de subsidios a Boeing y Airbus.

Y por eso ahora el llamado desde Andalucía es el de ejecutar una "diplomacia proactiva", que evite situaciones similares, en lugar de intentar reparar rotos que suelen contarse en cientos de millones de euros.