El Instituto Nacional de Estadística (INE) confirmó este viernes que la inflación subió en diciembre un 6,5% en España. Se trata de un dato dos décimas menor al avanzado, pero no por ello, el encarecimiento de los precios es menos preocupante para el Gobierno y para las autoridades europeas. En el conjunto de 2021, un año que arrancó con riesgo de deflación, la inflación media se incrementó un 3,1% y las previsiones económicas indican que en el corto plazo los precios de la energía no darán tregua.

Hasta ahora, el discurso oficial en Europa ha sido que este fenómeno es "transitorio", pero cada vez hay más voces que se están sumando a los economistas que consideran que esta subida de precios pueda ser duradera. Entre ellos, el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, que este jueves afirmó en un coloquio organizado por UBS que la alta inflación del último año en la zona euro "quizás no sea tan transitoria" como se había previsto hace unos meses.

La posibilidad de que los efectos de segunda ronda -los que se producen cuando la subida de la inflación se traslada a los salarios- fuerce al BCE acometer una subida de tipos y a acelerar la retirada de estímulos ya planteada es motivo de preocupación en España y en Europa por la fragilidad de la recuperación económica. 

La vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño, aprovechó la apertura del año financiero que supone el Spain Investors Day (SID) el pasado jueves para reclamar a Fráncfort que continue con su política monetaria laxa pese a esta subida de precios que, insistió, está provocada por los altos precios de la energía.

"Es importante evitar una retirada prematura de la política monetaria y fiscal acomodaticia. Apoyar la recuperación económica y del mercado de trabajo debe ser la prioridad número uno", afirmó Calviño.

La vicepresidenta primera insistió en que "los precios de la energía son el factor clave que está impulsando los precios al alza y debemos afrontarlo".

Su preocupación es compartida por el Banco de España que centró parte de su discurso en ese mismo foro a reclamar a empresas y trabajadores contención salarial para evitar que esta espiral de los precios se consolide.

Inflación en 2022

Tanto el Gobierno español, como el BCE, como el Banco de España contemplan que la inflación se estabilice en la segunda mitad de 2022, pero son conscientes de que en el primer semestre del año los precios seguirán subiendo presionados por la crisis energética. Las previsiones que maneja el gobernador indican que la media anual de este año debería cerrar en España en el 2%

Es un dato más optimista que el de Funcas, que tras conocer los datos de cierre de 2021, elevó sus previsiones para la tasa de inflación para 2022. En concreto, estima que se mantendrá por encima del 5% en los primeros meses de este año y después empezará a descender, hasta cerrar el ejercicio en el 0,6%. Esto implica que la media anual de inflación para 2022 calculada por este servicio de estudios sube al 3,7%, frente al 2,9% previo.

Para el conjunto de la eurozona, el BCE espera que la inflación escale este año al 3,2%, aunque sin alimentos, ni energía (la inflación subyacente) será del 1,9%.

Este está siendo el principal argumento manejado por Fráncfort para no alterar más su hoja de ruta de retirada de estímulos y subida de tipos lejana. Otros bancos centrales, como la Reserva Federal o el Banco de Inglaterra, han sido mucho más drásticos en su respuesta a la inflación y ya han decidido subir los tipos de interés.

Sin embargo, en Europa se está intentando retrasar lo máximo posible esa decisión por el impacto que tendría en la recuperación. De ahí que Luis de Guindos insistiera en el citado foro en que "la inflación será más alta durante más tiempo, pero acabará bajando", aunque reconoció que existe el riesgo de que los efectos de segunda ronda impidan esa esperada bajada, informa Europa Press.

De momento, la tasa de inflación en la zona euro es del 5% y la inflación subyacente fue del 2,6%. El mandato del BCE establece que debe velar por la estabilidad de los precios en el en torno del 2%.

Preocupación de CEOE

En este contexto, la CEOE se ha sumado a los organismos que han expresado en público su preocupación por la derivada de los precios. Tras conocer el dato del INE, la patronal advirtió este viernes que "tanto el Banco Central Europeo como la Comisión Europea ven el aumento de las materias primas actual como algo transitorio y se debe evitar, en la medida de lo posible, su traslado a precios finales o salarios para no prolongar su efecto".

De momento, en 2021, los salarios pactados en convenio subieron un 1,47%, muy por debajo de la inflación, pero ahora está por ver cómo queda la negociación salarial ya abierta para 2022.

Su preocupación es, además, que el mayor impacto que está teniendo el precio de la energía en la inflación en España lastre la competitividad de las empresas españolas frente a las de otros países europeos.

Coste de la deuda

Para España, un cambio en la política monetaria es una amenaza, puesto que este año prevé hacer nuevas emisiones de deuda pública por importe de 205 millones de euros al día para tapar los agujeros del déficit. Gracias al apoyo del BCE, la factura de intereses de la deuda no ha dejado de bajar en los útlimos años.

En 2021, desendió 1.281 millones de euros, un dinero que el Gobierno pudo utilizar para financiar sus políticas. No obstante, el coste de intereses sigue representando el 1,95% del PIB (más 21.877 millones de euros) y esa factura subirá cuando el BCE abandone su política acomodaticia.

Suben los alimentos

Para el Gobierno la subida de la inflación representa, además, otro problema por el impacto directo que tiene en el bolsillo de los ciudadanos. 

Según los datos del INE, los alimentos de primera necesidad se encarecieron en 2021. El pan subió un 3,8%, la leche un 4,5%, los huevos un 6,2%, la fruta fresca un 9%, la carne de vacuno y los pescados un 6%, mientras que para otras carnes -como la de ovino- la subida alcanzó el 21,8%. El aceite también se disparó un 24,4% y los suministros de calefacción, agua y alumbrado un 46,8%.

El ocio también fue más caro -con una subida de los precios de la hostelería y los hoteles del 3,3%- y los muebles incrementaron su coste en un 4,9%.

En variación anual, también destaca el incremento de precios de los servicios Covid-19 (como las pruebas PCR) que subieron un 17,7% anual en diciembre y de los test de antígenos para los que el Gobierno acaba de establecer un tope de precios (se encarecieron un 3,9%).

Con todo, la subida de la inflación del mes de diciembre es la mayor en 30 años. Mientras, la inflación subyacente en España ha registrado el avance más alto desde 2013.

Noticias relacionadas

Contenido exclusivo para suscriptores
Descubre nuestra mejor oferta
Suscríbete a la explicación Cancela cuando quieras

O gestiona tu suscripción con Google

¿Qué incluye tu suscripción?

  • +Acceso limitado a todo el contenido
  • +Navega sin publicidad intrusiva
  • +La Primera del Domingo
  • +Newsletters informativas
  • +Revistas Spain media
  • +Zona Ñ
  • +La Edición
  • +Eventos
Más información