Durante el arranque del curso político escenificado ayer en La Casa América por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, volvió a quedar de manifiesto el carácter central que van a tener los fondos europeos en su estrategia de cara a lo que queda de año. El Plan de Recuperación pactado con Bruselas va a ser la hoja de ruta que marcará lo que queda de legislatura en los principales ministerios. Una estrategia en el que los PERTE prometen acaparar una atención extra.

Los denominados como Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica son el instrumento central del plan presentado a la Comisión Europea. Estas iniciativas persiguen que, a través de la colaboración público-privada, generar un efecto arrastre sobre la economía española. Para ello se han centrado, por el momento, en cuatro industrias clave: automóvil, agroalimentaria, salud y aeronáutica. 

El primero de ellos fue presentado el 13 de mayo y busca acelerar el proceso de transformación de cara a la electrificación de la industria automovilística. Para ello movilizará unos 4.300 millones de euros públicos hasta 2023 que irán destinados, principalmente, a dotar de ayudas a aquellos fabricantes que apuesten por manufacturar sus vehículos eléctricos en España.

En paralelo, también se dedicarán a generar la red de carga necesaria en las carreteras y las ciudades españolas para que estos vehículos se muevan con la misma libertad que hoy lo hacen los automóviles de gasolina. 

Ahora, tras el parón veraniego, el Gobierno pretende continuar con la puesta en marcha de estas iniciativas en el resto de industrias. Un proceso que arrancará en las próximas semanas y que promete ocupar un lugar importante en muchos Consejos de Ministros de aquí a final de año.

Sanidad y agricultura, los siguientes

El segundo de los PERTE que el Gobierno tiene previsto desplegar tiene como protagonista al sector de la sanidad. Una iniciativa en la que unirán esfuerzos los ministerios de Sanidad e Industria. Bajo el nombre de 'Salud de vanguardia', este proyecto pretende "impulsar avances innovadores de la biotecnología en la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y el manejo clínico de los pacientes", según explicó Sánchez en su presentación el pasado mes de mayo.

Los esfuerzos se centrarán en reforzar el sistema de salud español e implicarlo directa e íntimamente con el sistema de ciencia. "La solvencia del Sistema Nacional de Salud está avalada por los meses de pandemia y este PERTE estará orientado a la creación de conocimiento y su inmediata aplicación a la salud, convirtiendo a España en un gran líder europeo en el marco de la Unión Europea”, explicó el presidente del Gobierno.

En la misma dirección, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, junto al de Industria, Comercio y Turismo, presentará en otoño el PERTE del sector agroalimentario. Esta iniciativa contará con una dotación que rondará los 1.000 millones de euros y también se espera que pase por Consejo de Ministros antes de final de año.

Este sector fue el segundo que más manifestaciones de interés presentó en el periodo en el que el Gobierno recavó propuestas para el Plan de Recuperación y Resiliencia. En este caso los esfuerzos se centrarán en impulsar la digitalización y la innovación.

Para ello, el ministro Luis Planas explicó que están buscando proyectos unificadores que a nivel sectorial y de las propias federaciones y asociaciones, sean gestionados colectivamente. "No una ventanilla individual para empresas, sino proyectos que puedan ser trasversales y que puedan sectorialmente llevar un proceso de innovación o un proyecto de digitalización que sea positivo".

Nueva etapa para la industria aeronáutica

Por último, el cuarto de los PERTE que se concretarán en próximas fechas estará centrado en la industria aeronáutica. En este caso, engloba un conjunto de actuaciones orientadas a mejorar y generar capacidades tecnológicas e industriales del sector aeroespacial español. En el área de espacio, el PERTE persigue el establecimiento de un programa de tecnología espacial que genere nuevas capacidades propias a las compañías españolas.

Una iniciativa que cuenta como fuente de inspiración el primer Plan de I+D para el Sector Aeronáutico. Esta iniciativa permitió con una inversión de tan sólo 360 millones de euros convertir a la industria aeronáutica española en una referencia mundial en la utilización de fibra de carbono durante más de una década. Gracias a esta posición España pudo contribuir de forma muy importante a programas punteros de Airbus como el A350 o el A380.

Ahora, el futuro de esta industria mira, principalmente, en dos direcciones. Por un lado, la búsqueda de alternativas que permitan a los aviones operar sin generar emisiones. Por el otro, el aumento del peso de la automatización y la inteligencia artificial tanto en la aviación comercial como en las futuras actividades aéreas urbanas tanto en lo que respecta a las mercancías como a los pasajeros.

En definitiva, tres proyectos que se suman al coche eléctrico como elementos singulares del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Gracias a ellos estos sectores vivirán la llegada de miles de millones que pretenden permitirles hacer en años lo que habría costado décadas. Unas iniciativas con un tremendo potencial que vivirán durante las próximas fechas sucesivos pistoletazos de salida en próximos Consejos de Ministros. 

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