ManpowerGroup estima que el impacto de la crisis del Covid en la ocupación se situaría en 6,7 millones de personas a finales de abril, si bien calcula una pérdida media de 1,5 millones de puestos de trabajo este año, cifra que no se recuperará hasta 2023, si bien avisa de que si en 2021 un 25% de los ERTE se convierten en ERES, no se recuperará la pérdida ocupacional hasta el ejercicio 2026.

Estas son las últimas proyecciones de empleo como consecuencia del impacto de la crisis del Covid-19 realizadas y presentadas este jueves por ManpowerGroup, que tras analizar los datos de afiliación a la Seguridad Social estima que España podría tardar casi una década en recuperar la pérdida ocupacional provocada por la pandemia.

El estudio señala que los 883.000 afiliados perdidos (4,6%) entre el 28 de febrero y el 31 de abril equivalen a la pérdida registrada en los nueve primeros meses de la crisis financiera, desde septiembre de 2008 a marzo de 2009 o los dos primeros años de la crisis de 1991-94.

En una hipótesis de mejora de la actividad durante la segunda mitad de 2020, calcula que se habrán destruido 1,5 millones de empleos en 2020, sin tener en cuenta los 1,2 millones de autónomos que han solicitado prestación por cese de actividad, y los 4 millones de profesionales incluidos en ERTE.

De hecho, si se confirma que el perfil de la crisis es en forma de una "V particularmente aguda", en 2021 cree que debería producirse una mejora de la ocupación, quizás en el entorno del 2%, sin embargo, y en la hipótesis que en 2021 un 25% de los ocupados protegidos hoy en el esquema de ERTE terminaran perdiendo su empleo, no será hasta 2026 cuando calcula que se podrá reabsorber las pérdidas de ocupación provocadas por la pandemia.

A finales de abril, sumando las pérdidas de empleo a los 4 millones de ocupados incluidos en ERTE y los 1,2 millones de autónomos que han solicitado prestación por cese de actividad, cifra el impacto del Covid-19 sobre la ocupación en unos 6,7 millones.

Restauración y comercio

El sector que más ha contribuido a la pérdida de afiliación es el de restauración que, entre febrero y abril, ha retrocedido un 10,5%, perdiendo unos 136.000 afiliados, aportando por tanto el 17,2% de la pérdida de afiliación de estos dos meses.

A continuación, destacan las actividades de construcción especializada y la construcción de edificios que, conjuntamente, acumulan un retroceso de 130.000 empleos, explicando el 16,5% de la destrucción de afiliación.

Finalmente, el comercio al por menor, excepto vehículos de motor y educación, disminuyó un 3,4% su afiliación, con 63.000 ocupados menos, mientras que la educación se ha contraído más aún, un 5,1%, con 56.000 afiliados menos.

La pérdida de afiliación entre la media de febrero y abril refleja la caída del Régimen General, que ha perdido unos 745.000 afiliados (-5%), unos registros que explican más del 90% de la afiliación destruida en marzo y abril.

A esto se añaden los empleados del hogar (un 3% menos, con pérdida de 12.000 afiliados) y del régimen especial de autónomos (-1,5%, unos 47.000 afiliados menos).

Asalariados

Por tipología de contratación, de febrero a abril, la afiliación con contrato temporal se reduce en 602.000 personas, un 14,7% menos, por encima de la merma del 1,1% de los indefinidos (100.000 menos).

En el ámbito de la jornada, los afiliados han caído notablemente más entre los trabajadores a jornada parcial (-10,1%, 373.000 afiliados menos) que a tiempo completo (-3,8%, 379.000 afiliados menos). Esto refleja, según ManpowerGroup, la intensa contracción de la jornada parcial en los contratos temporales (-18,9%, 284.000 afiliados menos).

Menores de 35 años, hombres e inmigrantes

Por edades, la pérdida de afiliación de los más jóvenes en marzo y abril alcanza el 8,2%, frente a la bajada del 2,8% de los mayores de 35 años. De hecho, la franja de 16 a 34 años ha aportado más del 49% de la pérdida total de afiliación.

El análisis refleja que el impacto ha sido menor en las mujeres, que pesaban un 46,6% de la afiliación en febrero, al caer un 3,6% la afiliación (321.000 mujeres), aportando el 41% de las pérdidas, frente a la bajada del 4,6% entre los hombres (471.000 afiliados). Los hombres jóvenes (16 a 34 años), son los que más han sufrido el choque del coronavirus, con una pérdida relativa entre febrero y abril del 8,5%.

Según la nacionalidad, los extranjeros han presentado una contracción entre finales de febrero y de marzo mucho más intensa que los españoles (7,7% frente al 3,9%), aunque en términos absolutos su reducción es sensiblemente menor (unos 164.000 frente a los 670.000 de los españoles).

Por comunidades autónomas

Por zonas geográficas, constata una gran dispersión en las caídas de afiliación por CCAA: la franja norte del país, desde Galicia a Cataluña, pierde menos empleo entre febrero y abril que la media del 4,1%, mientras las caídas son más elevadas que la media en el centro, el sur y el sudeste peninsular más las Canarias (-7,2%).

En detalle, explica que la hostelería ha contribuido con más de un tercio del total a la caída de la ocupación en Canarias, mientras en Andalucía es el aporte negativo de la construcción (cerca de un 23% de la pérdida) y la hostelería (casi el 20%), dos sectores que explican el grueso de su pérdida (del -8,3%), algo parecido a lo que sucede en Castilla- León, dónde hay que sumar a las actividades administrativas.

En la Comunidad Valenciana y la de Madrid, es la combinación de las pérdidas generadas en las principales ramas afectadas por el Covid-19 la que explica sus resultados. Además, apunta que los aumentos de afiliación en sanidad han impedido que las pérdidas agregadas fueran mayores, en particular en Castilla-La Mancha, Navarra, País Vasco, y Castilla-León.

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