Bruselas, 5 nov (EFECOM).- La débil demanda interna, las estrecheces del mercado laboral y las tensiones comerciales representan los principales desafíos de cara a 2020 para las empresas europeas, cuya confianza sobre lo que les depara el futuro ha caído a cotas que no se registraban desde 2014, según señaló este martes Eurochambres.

La organización que representa a las cámaras de comercio europeas publicó su informe anual sobre las expectativas empresariales para el año próximo, según el cual el índice de confianza ha bajado hasta los seis puntos y España es el cuarto país dónde más cayó.

La confianza de los empresarios españoles se redujo 12,9 puntos con respecto al año anterior y, aunque la mayoría de los encuestados cree que su situación se mantendrá estable (45,7 %), un tercio (33,6 %) espera sea desfavorable y solo uno de cada cinco (20,7 %) que sea favorable.

En general, la cautela es el denominador común del informe, que ha recogido el parecer de 53.000 empresarios de 28 países europeos -incluidos los extracomunitarios Turquía, Suecia, Serbia y Montenegro- y, si bien revela un menor optimismo que en 2019, descarta el miedo a una recesión.

"La perspectiva no es de celebración pero tampoco de desesperación. Esto significa que estamos cerca del estancamiento el año próximo, pero no hay un riesgo real de caer en una recesión severa", resumió el presidente de Eurochambres, Christoph Leilt.

En general, la debilidad de la demanda interna es vista como el principal reto por las empresas europeas (un 43 % lo mencionan), que esperan un descenso de los ingresos en sus mercados domésticos por la ralentización del crecimiento.

Le siguen de cerca la falta de personal con la cualificación adecuada (37 %) y el aumento de los costes laborales (36 %), sobre todo en el este de Europa por reformas que han elevado los salarios.

Como consecuencia esperan que el empleo siga creciendo pero a menor ritmo que en años anteriores, una tendencia que también se daría en las inversiones. Tanto el empleo como la inversión retrocederían a cotas de 2015, según sus estimaciones.

También supondrá un reto la subida del precio de la energía, fruto del aumento del precio del crudo y de la introducción de impuestos climáticos, así como el sector exterior, dónde las expectativas de exportaciones son las más bajas desde 2010.

"El aumento de la incertidumbre sobre el comercio internacional, los enfrentamientos entre actores globales (EEUU y China) y las señales de un mayor proteccionismo están minando las expectativas exportadoras entre las empresas europeas", apunta el informe.

En medio de esta incertidumbre global, sin embargo, el "brexit" aparece solo como la sexta preocupación entre las empresas, algo que desde Eurochambres atribuyen al optimismo sobre la posibilidad de que la UE y el Reino Unido encuentren una solución satisfactoria.

El Reino Unido "se suicidaría si no busca una solución apropiada (...). Somos optimistas y nuestros miembros también y por tanto no es una amenaza", dijo Leitl, recordando que el 50 % de las exportaciones británicas van a la UE.

Las empresas, agregó, no están "infravalorando" el riesgo del "brexit", sino que están trabajando para prepararse desde hace meses.

El viceconsejero delegado de Eurochambres, Ben Butters, admitió, no obstante, que persiste el riesgo de un "brexit" abrupto si no se cierra un acuerdo de libre comercio entre la UE y el Reino Unido durante el periodo de transición, que terminaría a finales de 2020 según el acuerdo actual, pendiente de aprobar por Londres.

En España, los resultados son similares a los generales. Las empresas (73,5 % de ellas) identifican la debilidad de la demanda interna como su principal reto, seguido del aumento de los costes laborales (45,5 %), la demanda exterior (26,5 %) y la falta de personal con cualificación adecuada (25,4 %).

Solo el 12,5 % ve problemático el mayor precio de la energía, en tanto que el "brexit" preocupa a un 3,9 % de las empresas españolas.

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