Economía

Cámara Comercio UE en China pide a firmas que se preparen para crédito social

28 agosto, 2019 09:26

Pekín, 28 ago (EFECOM).- La Cámara de Comercio de la Unión Europea (UE) en China publicó hoy un informe en el que pide a las empresas europeas que se preparen para la introducción del sistema de crédito social, con el que el Gobierno del país asiático elaborará una tabla en la que clasificará a personas y empresas según su puntuación.

El sistema tendrá en cuenta más de 25 variables como el impacto ambiental, la protección de los derechos de autor o incluso lo satisfechos que quedan los clientes que compran por vía electrónica; en caso de que una empresa acumule puntuaciones negativas, el sistema aplicará automáticamente un castigo.

"El sistema de crédito social corporativo de China es el intento más coordinado por parte de cualquier Gobierno para imponer un mercado autorregulado, y podría suponer la vida o la muerte para algunas empresas", indicó en la presentación del dossier, llevada a cabo hoy en Pekín, el presidente de la Cámara, Jörg Wuttke.

Con el estudio, la Cámara quiere dar "un toque de atención" a las empresas, a las que recuerda que "todavía no es demasiado tarde" para llevar a cabo los cambios necesarios.

En palabras de Björn Conrad, consejero delegado de la consultora especializada en China Sinolytics, coautora del informe, el sistema de crédito social corporativo generará más "igualdad de condiciones" entre empresas extranjeras y chinas, una de las principales reclamaciones históricas de los negocios foráneos en el país, ya que todas las firmas serán analizadas bajo los mismos criterios.

Eso sí, la situación "será mucho más dura" ya que "nadie va a volver a salirse con la suya" tras no cumplir con las regulaciones chinas después de que el sistema entre en funcionamiento total, algo que podría ocurrir el próximo año.

¿Y qué pasa si una empresa incumple las normas? El peor desenlace será ser inscrita en una lista negra, aunque el catálogo de penalizaciones pasa por un aumento de las inspecciones aduaneras o por un incremento de los impuestos que ha de pagar.

Esto provocará que las compañías tengan que estar atentas a las puntuaciones de sus socios para evitar verse salpicadas por las malas praxis de éstos: "Ahora, los problemas de tu suministrador se convierten en tus problemas. El Gobierno nos echa la presión de que los suministradores cumplan", explicó Wuttke.

Conrad descartó que el sistema sea utilizado como un arma contra algunas empresas concretas en el marco de la guerra comercial con Estados Unidos: "Es un instrumento muy potente. No está diseñado para acosar a ninguna empresa. ¿Se podría usar para eso? Por supuesto, pero no hay pruebas".

También se contempla, para las empresas que obtengan una buena puntuación, una serie de recompensas, "menos desarrolladas" hasta ahora que los castigos.

Conrad aseguró que el sistema, calificado en ocasiones de orwelliano, es "transparente, claro y explícito": "No hay secretismo".

"No es un nuevo marco regulatorio. Significa que las normas existentes están ahora bajo un marco de implementación y cumplimiento -agregó-. Lo diferente es que las puntuaciones, los castigos y las recompensas se dan de forma automática".

La Cámara celebró que, al ser un sistema informático el que acumule e interprete los datos, en principio evitará que "los funcionarios locales malinterpreten las normas de forma accidental o intencionada", que es otra de las quejas que tienen las compañías que forman parte de la Cámara.

Eso sí, hay algunos puntos que no terminan de convencer a las empresas extranjeras: pese a que "el 97 o el 99 por ciento" de los datos que las sociedades deben facilitar a las autoridades chinas "no son sensibles", en ese pequeño porcentaje restante podría haber informaciones clave, por ejemplo, de investigación y desarrollo, que las empresas no querrían compartir.

Asimismo, y aunque todavía no se esté aplicando, las compañías temen que la videovigilancia dentro de las empresas se convierta en una realidad.