La petrolera brasileña Petrobras anunció este jueves que pretende ampliar y acelerar su proceso de venta de refinerías, aunque con un modelo diferente al inicialmente previsto para evitar la creación de monopolios regionales y garantizar la competitividad en el sector.

"El proceso de venta de las refinerías no está suspendido. Sólo estamos anunciando que el modelo inicialmente anunciado no es competitivo y que anunciaremos un nuevo modelo", afirmó el presidente de la estatal, Roberto Castello Branco, en rueda de prensa.

El presidente de la mayor empresa de Brasil afirmó que el plan de desinversiones de la compañía, que prevé la venta de activos de hasta 21.000 millones de dólares en dos años, será ampliado.

"Seremos más agresivos y eso significa no sólo ser más rápidos en las ventas sino incluir nuevos activos, como refinerías. Por ahora no podemos dar una cifra de la meta de desinversiones debido a que el que determinará el valor de los activos será el mercado", afirmó.

"Queremos incluir nuevos activos en el proceso de desinversión, como las refinerías, así como áreas de producción de petróleo en aguas rasas, campos terrestres y campos maduros. También incluiremos algunas de las termoeléctricas, pero antes analizaremos activo por activo", dijo.

Petrobras ejerce actualmente un monopolio en el área de refino de petróleo en Brasil y su objetivo es vender algunas de sus unidades para aumentar la competitividad en el país.

La dirección de la empresa había anunciado, el año pasado, en el Gobierno del ahora expresidente Michel Temer, un plan para vender hasta el 25 % de sus activos de refinerías en dos diferentes áreas del país.

El proceso inicial de venta de refinerías preveía la creación de dos subsidiarias, una reuniendo los activos de refinerías, ductos y terminales de almacenamiento en la región nordeste y otra en la región sur, y venderle una participación a empresas que se asociarían con Petrobras.

La estatal se quedaría con sus refinerías en la región sudeste, que son las más importantes y productivas.

"Estamos analizando un nuevo modelo que atienda nuestros intereses, que son los de generar recursos para reducir la deuda y para financiar la producción, pero con cuidado de no darle origen a monopolios regionales controlados por empresas socias. Queremos un mercado competitivo y cuando definamos ese modelo lo anunciaremos", afirmó el presidente de Petrobras, quien calcula que ese proceso puede demorara unos tres meses.

Agregó que la intención de la nueva dirección, nombrada por el ultraderechista Jair Bolsonaro, que asumió su mandato el 1 de enero pasado, es anunciar un modelo que no excluya ningún comprador, que atienda los intereses de Petrobras, que genere competitividad en el sector de refino, con lo que se ofrecería hasta el 50 % del control, y que no cree nuevos monopolios.